El ex vocal del TSJ asume como presidente de la Academia Nacional de Derecho. Llega con objetivos de mayor presencia en el órgano de evaluación y selección de jueces. Considera que eso “les hará muy bien” a magistrados, aspirantes y poderes del Estado. Avanzará sobre los desafíos de la IA en tribunales
Por Carolina Klepp – [email protected]
Quiere una academia Nacional de Derecho “que sin perder identidad- gane actualidad”; buscará aggiornarla. Volverá al ruedo con más presencia en el sitio que por ley le corresponde a esa institución en el Consejo de la Magistratura. Considera que esa presencia “les va a hacer muy bien” a los magistrados, a los que rinden y a los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Abordará el escenario de la inteligencia artificial en la función judicial, un tema que ya ingresó a los tribunales, al que -considera- le falta reflexión colectiva interdisciplinaria. Éstos son algunos de los temas a los que se refirió Armando Andruet en diálogo con Comercio y Justicia, a horas de asumir mañana al frente de la Academia Nacional de Derecho hasta 2022.
– ¿Qué impronta le dará a la academia?
– Profundizaré el ámbito de la vinculación de la academia con lo público y con lo social. La academia es nacional, es una institución de la República, está sostenida en una buena medida por el tesoro de la nación. Desde ese punto de vista, debemos hacer un mayor esfuerzo para vincularnos justamente con lo público. En ese sentido, por lo pronto, va a pasar fundamentalmente por reconfigurar la vinculación de la academia con el Consejo de la Magistratura de la Provincia. Por ley, la academia integra uno de esos sitios preferenciales dentro del consejo y hay que reubicar esa presencia que es muy importante -por algo el legislador lo ha tenido en cuenta- y por muchos años la academia ha estado presente y, luego, por diversas dificultades vinculadas con los académicos, los tiempos, no fue posible esa continuidad. A la provincia de Córdoba, a la magistratura, al Poder Judicial, al Poder Ejecutivo, a todos los ámbitos les va a hacer muy bien que esté la academia.
-¿Cómo debe estar representada?
– Por su presidente o por un académico que la presidencia designe.
– ¿En qué instancia actuará?
– En la parte donde se asigna el último puntaje en créditos al aspirante y es donde se lo entrevista. Como academia no intervendríamos, porque la ley no lo faculta, en la parte de corrección de la prueba escrita. En la entrevista hay tres representantes del Poder Legislativo, del Ministerio Público, del Poder Judicial, del Ministerio de Justicia. Son ocho sitiales las que están en la ley y uno de ellos para la academia.
– ¿Cuáles son los temas de agenda que abordará la institución en cuanto a reformas legislativas o problemáticas del derecho?
– Eso se va generando desde los institutos; la academia tiene una docena de ellos que están dirigidos por un académico de número y por un conjunto de personas que no son necesariamente académicos de número. En esos institutos hay líneas de trabajo que se van proyectando año a año. Hay dos temas interesantes que están avanzados en su proyección. Uno es este desafío de pensar la inteligencia artificial y la función judicial que está muy vinculado con desarrollos tecnológicos que poco a poco van avanzando sobre las áreas judiciales. Entonces, hay que empezar a tener una reflexión. Hace muchos años se discutía la cuestión de la neurociencia, cómo impactaba en el derecho; de allí pasó a la prueba científica y hoy estamos frente al tema de la inteligencia artificial. Éste es un tema en el que estamos muy orientados a hacer una proyección durante este año.
– ¿Es un tema que les preocupa? Hay a quienes les resulta urticante que la inteligencia artificial esté dentro de los tribunales y otros consideran que es una herramienta necesaria para agilizar el trabajo.
– Ni preocupa ni no preocupa. He dado dos conferencias en la academia vinculadas con estos temas, abriendo un poco la reflexión. Tampoco todos los académicos hemos prestado la misma atención al problema; entonces, la idea está en reflexionar más colectivamente y con una buena dinámica interdisciplinaria como corresponde a esa temática.
Por otro lado, estamos generando un ámbito de cooperación internacional para intentar formalizar una red de estudios iberoamericanos sobre ética judicial. Por distintas razones Córdoba se ha convertido en un eje muy interesante de análisis, de tratamiento; entonces, hay algún interés de organismos internacionales de girar sobre el centro de Córdoba y allí la Academia de Derecho tendría un papel importantísimo, además del Poder Judicial.
Vínculo con el mundo empresarial
Andruet adelantó que para noviembre preparan una actividad vinculada con los institutos regionales de la academia. “En el país hay dos academias de Derecho, una en Córdoba y otra en Buenos Aires.
Lo que Córdoba se ha distinguido es que puso en marcha institutos en el Nordeste, Noroeste, Centro y Cuyo. El conjunto de gente que está asociada a la academia, directa o indirectamente, son una 500 personas en todo el país.
Los cuatro institutos regionales tratarán el tema del rol de la empresa en la República Argentina. Buscamos un tema absolutamente federal para discutir todos los entornos que el mundo empresarial tiene.
La academia debe generar un vínculo mucho más activo con el mundo empresarial, hay que explorarlo, sin la pérdidas de identidades, pero hay puntos de mucho interés entre una y otra”.
– ¿Cuáles son esos puntos de interés común?
– Si uno piensa, el derecho del consumidor es un tema que tiene una gravitación trascendente del mundo de la empresa y muchas veces los juristas, académicos, perdemos esa dimensión con el mundo empresarial. También lo cruza todo lo referido a derecho laboral. Hoy, también, con todo lo referido a la ley penal y la vinculación con la ética empresarial. Además, la discusión vinculada con las patentes, la industria farmacéutica, la empresa y la academia. Todo ese nicho hay que explorarlo para comprender y ver cómo recíprocamente nos aportamos cosas. Hay ciertas ignorancias que son muy graves. La idea está siempre en generar mayores espacios interdisciplinarios de la academia con otros ámbitos vinculados con lo real y lo social.
– ¿Qué definición de academia le gustaría tener?
– Una academia que -sin perder identidad- gane actualidad. Los modelos de las academias tienen que ir aggiornándose en el tiempo. Hay que respetar que no podemos hacer en la academia lo que no sea académico, pero sí podemos hacerlo acorde a este tiempo.
Por ejemplo, la academia tiene que socializar en las redes sociales. Hoy todas las instituciones importantes del mundo tienen un perfil adecuado en Facebook, porque cada vez la gente se relaciona más de esa forma.