El Gobierno nacional prevé invertir US$91 millones en el Programa de Desarrollo de Tecnologías Satelitales (Prosat II), para aumentar la efectividad de las políticas de gestión de riesgos y de fomento productivo, con “alto impacto en el agro, la planificación territorial y la mitigación y adaptación al cambio climático”. El programa contará con un aporte de US$60 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y prevé financiar los gastos de ingeniería, finalización de construcción, lanzamiento y puesta en órbita (en marzo de 2020) del satélite Saocom 1B, así como la actualización del software y el hardware requeridos para bajar los datos generados.
Así se prevé la continuidad de la misión Saocom (Satélite Argentino de Observación con Microondas) de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).
La misión consiste en un sistema de dos satélites (el primero se lanzó en octubre pasado) que -con cuatro adicionales de la Agencia Espacial Italiana (ASI)- integrarán el Sistema Ítalo Argentino de Satélites de Emergencia, según se explica en la solicitud del préstamo del BID presentada por el Gobierno.
Estos satélites utilizan la tecnología de Radar de Apertura Sintética (SAR) que permite una observación terrestre con características disruptivas, como la capacidad de obtener información de humedad de los suelos y de hacer estas mediciones a través de las nubes, de día y de noche, lo que no es posible con satélites basados en sensores ópticos.
Utilidad
La misión Saocom tiene por principal objetivo suministrar información de radar con tecnología SAR, “independiente de las condiciones meteorológicas y de la hora del día, en tiempo real y almacenado”.
Se ofrecerán además “productos derivados de esta información, especialmente mapas de humedad del suelo, de gran utilidad para la agricultura, la hidrología y la salud, con gran impacto socio económico”. La tecnología SAR, concretamente, “genera una cantidad y calidad de información que permitirá mejorar la toma de decisiones de productores agrícolas, así como mejorar la gestión de riesgos y emergencias hidrológicas”.
Adicionalmente, dado que el país ya registró un aumento de promedio de temperaturas acompañado de mayor frecuencia de precipitaciones intensas, el monitoreo de humedad del suelo permitirá la generación de alertas tempranas de inundaciones y aparición y/o dispersión de enfermedades.
Entre los resultados del programa, el Instituto Nacional del Agua prevé “aumentar la calidad de la hidrografía que hoy tiene para cuencas fluviales claves del país” mientras la Secretaría de Agricultura “espera información mucho más detallada para aplicar la ley de emergencia agropecuaria ante desastres naturales que involucra grandes esfuerzos fiscales”.
La Dirección de Protección Civil podrá a su vez realizar medidas preventivas en caso de emergencias, con una precisión mucho mayor; y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) “usará los mapas de humedad para aconsejar sobre decisiones de la producción agrícola para cientos de miles de productores”.
A su vez, la Prefectura Naval Argentina, dispondrá de información fidedigna sobre la pesca ilegal en la enorme extensión del mar Argentino.