La pobreza afecta al 33,7% de la población y la indigencia al 6,8%. En ambos casos hubo un fuerte incremento respecto a 2017 pero también con relación al primer semestre del año pasado. La incidencia de planes no monetarios provinciales logró sin embargo sacar de esa condición a 17 mil y 30 mil personas, respectivamente
El índice de pobreza alcanzó en el segundo semestre de 2018 en el Gran Córdoba al 33,7 por ciento de la población, 3,8 puntos porcentuales por encima de un año atrás. De esta forma, 552 mil personas se encontraban bajo la línea de pobreza al cierre del año pasado, 67 mil por encima de 12 meses atrás.
En tanto, si la comparación se realiza respecto al primer semestre de 2018, se registró un crecimiento de 59 mil personas en esa situación.
Por su parte, la indigencia afectó al 6,8 por ciento de los habitantes del Gran Córdoba, esto es 110 mil personas. El porcentaje subió 2,5 puntos porcentuales respecto al año anterior cuando se contabilizaban 70 mil personas en esa condición. De esta forma, en un año se sumaron 40 mil nuevos indigentes en la ciudad capital.
Los datos que corresponden al Monitoreo de Condiciones de Vida elaborado por la Dirección de Estadísticas y Censos de la Provincia de Córdoba se conoce horas antes de que el Gobierno nacional a través del Indec, difunda los indicadores nacionales.
En el caso del Gobierno de Córdoba, además de la medición que coteja los datos a partir de una canasta básica alimentaria y otra total y que se traduce en ingresos monetarios de los hogares para llegar a esos parámetros, también avanza con un cálculo de pobreza e indigencia conforme planes no monetarios implementados y fondeados desde el propio Gobierno de Córdoba.
En ese sentido, y según el informe difundido anoche, la cifra de pobreza desciende del 33,7 por ciento al 32,7 por ciento. En términos nominales, son 17 mil cordobeses menos que, a partir de los planes no monetarios, salen de la pobreza.
En cuanto a la indigencia, el impacto de las medidas de asistencia permiten que baje del 6,8 por ciento al 5 por ciento de la población, esto es 30 mil personas que dejan de ser indigentes -pasan a ser pobres- a partir del apoyo de los distintos planes no monetarios.
De acuerdo a los resultados oficiales, el 95,8 por ciento de las personas en situación de indigencia y el 90,6 por ciento de las personas en situación de pobreza residen en hogares beneficiarios de al menos uno de los planes no monetarios relevados.
El documento indica que, en el segundo semestre del 2018 se observa un crecimiento de la pobreza y de la indigencia explicado principalmente por el efecto de la inflación en la economía doméstica y, en segundo lugar, por mermas de ingresos en los hogares. Este contexto generó el ingreso a la pobreza a nuevos hogares y el deterioro de la situación económica de aquellos que ya se encontraban en esa situación.
Canasta del Indec
Una pareja con dos hijos de 6 y 8 años requirió de $ 27.570,42 para comprar en febrero la Canasta Básica Total, y no caer por debajo de la línea de la pobreza, unos $10.032 más que en igual mes del año pasado, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Este aumento representó un alza de 4,3% en febrero de la Canasta Básica Total, considerada ésta como la cantidad mínima de alimentos, indumentaria, y servicios necesarios para no caer por debajo de la línea de la pobreza.
En tanto, que la Canasta Básica Alimentaria, es decir, la cantidad mínima de alimentos para subsistir y no caer por debajo de la línea de indigencia, aumentó 5,1% durante febrero.
De esta manera, el mismo núcleo familiar necesitó de $ 11.117,11 para comprar la CBA y no ingresar en la indigencia.
Con este resultado, el Indec precisó que en el primer bimestre del año, el costo de la CBT aumentó 8,1% y de la CBA el 9 %.y en los últimos 12 meses 57,2% y 59,1% respectivamente
El organismo que reúne las estadísticas nacionales dio a conocer ayer estos datos, y hoy informará los índices de Pobreza e Indigencia a finales del 2018.
Tanto estimaciones privadas como oficiales, ubican al nivel de pobreza en torno al 30%, por sobre el 25,7% de finales del 2017.
El cálculo del índice de pobreza del Indec contrapone lo que gasta una pareja con dos hijos de 6 y 8 años en alimentos, bebidas, indumentaria y el pago de algunos servicios, contra los ingresos que ese grupo familiar tiene.
Según el Indec, el índice de Salarios aumentó durante el segundo semestre del año el 18,7% y en ese mismo período la Canasta Básica Total se incrementó 30% al pasar de $10.601 a $25.493.
Algo similar ocurrió con la Canasta Básica Alimentaria, que reúne la cantidad mínima indispensable de comida para la subsistencia, y que se incrementó 29% al pasar de $7.840 en junio a $10.197 en diciembre.
El pasado lunes un relevamiento de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer su índice de pobreza a través de una medición multidimensional, que aumentó a fines del año pasado al 31,3% desde el 26,6 % del último trimestre del 2017.
Si bien la UCA destacó que durante el año pasado se redujo la cantidad de hogares sin acceso a cloacas, bajo contaminación o con vivienda precaria, faltó dinero para acceder a alimentación, salud y seguridad social.
Si se tiene en cuenta que la población urbana es de unos 40,5 millones, en 2017 había unos 10.773.000 pobres multidimensionales urbanos (26,6% de la población), pero el año pasado esa cifra creció hasta alcanzar los 12.676.500 (31.3%). Es decir 1.903.500 nuevos pobres.