La consultora Ecolatina trazó dos escenarios posibles para las próximos meses, con relación a la evolución de la cotización del dólar
En un escenario macroeconómico “poco favorable”, se advierte de que para los próximos meses será clave “domar” la presión cambiaria, según un nuevo informe de la consultora Ecolatina referido a cómo se presenta el escenario preelectoral.
Luego de conocerse las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que precisaron que al finalizar 2018 la economía se contrajo 2,5% respecto de 2017 -lo que significa una baja en términos per cápita de 3,5%-, el comportamiento de la variables macroeconómicas será fundamental y determinará en gran parte cuál será el resultado de las próximas elecciones presidenciales en el país.
“Para 2019, las perspectivas no son favorables. En la primera mitad del año, el aumento de tarifas y el fuerte componente inercial del actual proceso inflacionario no permitirá una recuperación significativa del poder adquisitivo”, aseveró el documento elaborado por la entidad especialista en análisis económicos y agregó: “En este marco, es esperable que el consumo privado continúe en terreno negativo a lo largo del primer semestre”, precisando además que “al mismo tiempo, la inversión se reducirá significativamente, debido al elevado costo de financiamiento, a la caída de los ingresos en dólares –impulsores de adquisición de bienes durables como inmuebles y maquinarias-, al desplome del consumo interno y a la elevada capacidad ociosa del aparato productivo”.
Apacigua un poco esta coyuntura sumamente negativa el hecho de que existan buenas perspectivas respecto de la cosecha agrícola y de las exportaciones, lo cual permitirá -en principio- algún tipo de reactivación de la economía a partir de abril próximo.
Teniendo en cuenta estas variables que se presentan actualmente, indicó Ecolatina, “lo que suceda en materia cambiaria definirá el escenario macroeconómico del segundo semestre”, considerando que “las presiones sobre el tipo de cambio se irán acrecentando con la típica dolarización preelectoral, por lo que domar o no dichas presiones será clave para que el nivel de actividad consolide un sendero de recuperación o vuelva al terreno negativo”.
Para poder estimar cómo será lo que resta del año, los especialistas delinearon dos escenarios posibles, con sus respectivas consecuencias.
Según se detalló en el texto distribuido ayer, en la primera alternativa prevista, se puede asumir que el Gobierno podrá controlar la creciente demanda de dólares manteniendo el tipo de cambio cercano al límite inferior de la zona de no intervención. Si efectivamente sucediera esto “la inflación podría retornar a la zona de dos por ciento mensual en la previa electoral, propiciando mejoras en el salario real”, logrando además una reactivación del consumo privado, un mayor dinamismo de las actividades comerciales e industriales relacionadas con el mercado interno y podría crecer la inversión.
Por otro lado, en caso de que estas previsiones no fueran posibles -registrándose una intensa dolarización de las carteras y una insuficiencia de los dólares que el Tesoro pondrá en el mercado (debido al acuerdo con el FMI para la venta de US$60 millones diarios provenientes de la toma de deuda)- se “acelerará nuevamente la inflación en la previa electoral y deteriorará aún más el salario real posponiendo la recuperación del consumo privado”, anticipó Ecolatina y concluyó que de esta manera “las chances de reelección” se reducirían, generando aún más incertidumbre en los mercados.
Pobreza
Esta semana se conocerán las cifras oficiales al cierre de 2018El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dará a conocer el jueves un aumento en el índice de la Pobreza para el segundo semestre del año pasado, un período signado por la caída de la economía y un incremento en los precios por sobre los salarios. Según estimaciones privadas realizadas previamente, se espera que la medición se ubique en torno a 30%, por encima del 25,7% que se registró en igual período del 2017.
De esta manera, el porcentaje de la población argentina alcanzada por la pobreza también se colocaría por encima del 27,3% relevado en el primer semestre de 2018, que tuvo tres primeros meses de crecimiento en la economía para luego ingresar en una “meseta” por la falta de financiamiento y la sequía.
Vale señalar que también según los datos del Indec, durante el acumulado del año pasado la inflación llegó a 47,6% y la desocupación subió a 9,1% desde el 7,2% de finales del 2017.