Se ubican en el segundo puesto de la utilización compulsiva de celulares, tabletas, smartphones y redes sociales. Y encabezan el listado del llamado “uso excesivo alto”. Aunque también son quienes registran un mayor impacto positivo en su productividad
Los trabajadores cordobeses se encuentran entre quienes más usan el celular de manera compulsiva y excesiva en el país. Así lo afirmó el Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21, que investigó sobre la tecnoadicción y el impacto que tiene en la vida social y laboral el uso de las tecnologías. Para ello, se encuestó a 1.045 trabajadores de entre 18 y 70 años, de Córdoba, ciudad de Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Corrientes, Mendoza, Rosario y San Miguel de Tucumán.
“Para la provincia de Córdoba, los resultados la ubican en el podio del uso compulsivo de TIC (celulares, tabletas, smartphone, redes sociales, etcétera). También los cordobeses lideran el llamado ‘uso excesivo alto’. Pero también son los que registran un mayor impacto positivo en su productividad”, precisó el estudio.
La investigación muestra también un diagnóstico de cómo el uso correcto y racional de la tecnología puede ser favorable y aumentar la productividad.
Algunos de los resultados destacados son que 27% de los encuestados en el país sufre ansiedad si no tiene acceso a las TIC. Asimismo, uno de cada cuatro encuestados siente un impulso interno que le obliga a utilizar estas tecnologías en cualquier lugar y momento.
Los hombres son más adictos
Por otra parte, 31% considera que aumenta su productividad y más de la mitad reconoce que en una instancia social, la otra persona chequea el celular mientras sucede el encuentro cara a cara.
El estudio contrastó las diferencias generacionales respecto del uso de las tecnologías: “Los millennials son los que presentan mayores niveles de riesgo frente a la adicción a las TIC ya que el uso excesivo alto es mayor en este segmento (15,5%), menor en los de generación X (11,5%) y aún menor en baby boomers (6,5%). A su vez, también el uso compulsivo alto es significativamente mayor en los millennials (48%), frente a 29% de la generación X y 20,3% de los baby boomers.
Positivo y negativo en productividad laboral
Existe un impacto positivo de la tecnología cuando favorece la productividad personal y aumenta la eficacia personal (trabajo o estudio). En ese caso, la persona lo usa cuando le conviene: como una herramienta de organización, gestión del tiempo o facilitador de tareas, entre otras posibilidades.
El estudio encontró que 31% considera que el celular aumenta su productividad; 48% afirma que le ayuda a organizarse y 34,5% siente que el uso del smartphone le hace ganar tiempo valioso.
Por el contrario, hay un impacto negativo cuando resta capacidad y eficiencia a la persona, dado que la manera como lo utiliza le hace perder tiempo, aumentan las distracciones, los problemas de metodología, procrastinación, por nombrar algunos casos.
“En tal sentido, se encontró que 16,6% considera que el celular disminuye su productividad con frecuencia o con frecuencia alta; 24,5% interrumpe sus tareas para chequearlo; a 9,8% le cuesta concentrarse en su trabajo debido a su uso, y 26,3% afirma que la utilización del celular le hace perder tiempo valioso”, se afirmó.
El mal del phubbing
El móvil es una constante interrupción de las conversaciones cara a caraSi bien el celular puede ser un instrumento que conecte a las personas, existe un riesgo de que, por no poder dejar de prestarle atención en medio de interacciones sociales, uno “destrate” (una forma leve de maltrato social) a la persona que tenga al frente. También, sin quererlo, uno puede interrumpir el diálogo social con alguien presente, por estar usando el celular. A esto se le llama phubbing. La investigación detalla que en Argentina “es frecuente o muy frecuente” el phubbing.
De los encuestados, 15,8% chequea su celular mientras está hablando con otra persona; 13,3% asume que interrumpe conversaciones familiares y con amigos para chequear el móvil y 8% asume que interrumpe conversaciones de trabajo por ese motivo.
Una cifra que llama la atención es que más de la mitad (58%) afirma que en conversaciones cara a cara, en el ámbito familiar y de amigos, la otra persona chequea el celular. Un porcentaje apenas menor (54,4%) afirma que lo mismo ocurre en conversaciones cara a cara pero en el ámbito laboral.Recomendaciones para el uso saludable de las tecnologías
Los investigadores concluyeron en una serie de recomendaciones sobre el uso adecuado de las TIC. Entre ellas: regular reflexivamente las conductas excesivas, es decir, estar atento al tiempo de uso y al valor que las tecnologías le agregan a su vida. Asimismo, aconsejan controlar las conductas compulsivas, “entrenarse en el manejo de uso racional y prudente de tecnologías equilibrando con conductas de contacto social “cara a cara”.
Respecto al uso del celular, piden cuidarse de hacer phubbing (desatención o destrato por usar el celular) mientras se está conversando cara a cara con otra persona: “Usar el celular en momentos y horarios cuando no moleste a las otras personas, o si está junto a otras personas, usarlo para sumar aportes a lo que se esté conversando”.
Asimismo, sostienen que hay que valorar el teléfono móvil como una herramienta útil si uno la sabe administrar: sugieren usar las aplicaciones que aumenten la productividad laboral. Advierten: “Usarlo racionalmente y no cada vez que se tengan deseos o ganas. Controlar horarios de uso y horarios de no uso. Estar atento a las conductas de procrastinación: controlar el deseo de estar chequeando permanentemente el celular”.