En París comenzaron a ser enjuiciados cuatro empresarios que etiquetaron carne de caballo como vacuna y que tenía como destino el relleno de pastas. Los acusados distribuyeron el producto en 13 países de Europa.
El hecho sucedió en 2013, cuando los consumidores de Gran Bretaña descubrieron que la lasaña “de vacuno puro” y comida congelada de varias marcas incluía a equinos como ingrediente principal.
Según precisó el rotativo Le Parisien, el juez que instruyó la causa, Serge Tournaire, concluyó: “Si los protagonistas de este caso han intentado presentar los hechos como una serie de negligencias y de errores, la información ha permitido, por el contrario, demostrar que los hechos no eran fortuitos y provenían de una verdadera organización, premeditada y preparada y que implicaba a varias personas”.
Los imputados -dos franceses y dos holandeses- se sentaron en el banquillo por primera vez el lunes, ante un tribunal correccional.
Los imputados oriundos de Holanda son los más comprometidos y ya fueron condenados en su país por fraude, el mismo cargo que afrontan ahora en Francia, sumado a la figura de “estafa en banda organizada”.
Según detalló el diario español El País, los peritajes que se hicieron durante la instrucción del expediente indicaron que más de 4,5 millones de platos preparados bajo las marcas Findus o Picard contenían carne de caballo.
Falencias del sistema
– Los franceses responsables de la empresa procesadora podrían tener chances de ser absueltos.
– Su defensa sostiene que fueron engañados por los proveedores holandeses.
– Bajo esa premisa, argumentan que no pueden ser responsabilizados por las deficiencias del sistema de control.
– Por su parte, el abogado de los holandeses, citado por el medio Libération, alega que estaban de acuerdo en que sus representados les proporcionaría “caballo a precio de caballo”.