El director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba (BCC), Lucas Navarro, anticipó ayer que el fin de la corrida cambiaria “está cerca”, en función de que el Gobierno nacional cuenta con gran apoyo político en el Congreso para la aprobación del Presupuesto Nacional para el año que viene, y del anuncio del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que se conocerá hoy.
En ese sentido, en el marco de un nuevo Ciclo de Coyuntura de la entidad, indicó que el desafío del Gobierno pasará por “mantener la estabilidad cambiaria y continuar con las reformas estructurales” que quedaron en el camino.
Respecto de la salida de Luis Caputo del Banco Central, aseguró que “la marcha de la política económica no va a cambiar”.
En cuanto a la situación macroeconómica, el economista reflejó que entre los efectos del aumento del tipo de cambio se pueden encontrar algunos positivos y otros negativos. Entre los primeros mencionó la licuación de pasivos en pesos (Lebac) y mejora de la cuenta corriente. Mientras que entre los segundos se refirió a la mayor inflación y el traslado “parcial” a precios, y al aumento del pago de intereses por la deuda nominada en dólares.
“Se observan importantes avances en relación al saneamiento de la hoja de balance del Banco Central”, dijo y agregó: “Desde el mes de abril, los pasivos remunerados tuvieron un fuerte descenso medidos en dólares (en buena medida debido a la licuación ocurrida por el aumento del tipo de cambio al estar nominados en pesos). Por ejemplo, el stock de Lebac disminuyó entre abril y septiembre en 55 mil millones de dólares, para encontrarse en la actualidad en niveles que rondan los 8,6 mil millones de dólares”.
Según refirió, esta disminución de los pasivos, combinada con una alta acumulación de reservas a partir de 2016, “significó una rápida mejora del ratio de reservas sobre pasivos monetarios del Central (base monetaria, Pases, Leliq y Lebac). Entre abril y septiembre de 2018 este ratio más que se duplicó, pasando de representar 52% a 106%, siendo la relación actual una de las más elevadas en la serie histórica”.
Finalmente, al comparar el nivel observado de reservas con un “nivel estimado óptimo”, el economista destacó “un fortalecimiento” de la posición de las reservas.
“Mientras a fines de 2015 se alcanzó el mayor diferencial negativo entre reservas y el nivel óptimo para afrontar una interrupción repentina de los flujos de capital, la política de acumulación de reservas permitió afrontar de mejor manera el contexto adverso”, aseguró.