La rentabilidad viene en caída desde hace dos años. La inflación y la suba de los costos operativos atentan. Los insumos médicos en dólares han subido hasta 45%. Aunque históricamente el sector es dador de trabajo, hoy peligran empleos
Al menos 60 clínicas privadas de todo el país corren el riesgo de cerrar sus puertas debido a la imposibilidad de afrontar los costos de los insumos dolarizados.
Se trata de 20% de un total de 300 clínicas nucleadas en la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Rep Argentina (Adecra), que desde hace dos años viene perdiendo notablemente su rentabilidad y cuya situación en estos últimos tres meses -de mayo a julio- se volvió deficitaria, según adelantó a Comercio y Justicia la gerente de la Asociación, Silvia Monet.
Esto es consecuencia de la situación generalizada que atraviesa el sector, traccionada por la inflación y la suba de los costos operativos en dólares, hecho que se ha vuelto alarmante estos últimos días, en que esa divisa se disparó.
La entidad monitorea desde hace 17 años en todo el país los costos de la inflación en el sector de salud mediante un índice específico. “Observamos durante el primer semestre cómo comenzaron a dispararse los insumos médicos -que representan más de 13% de la estructura de costos operativos de las instituciones- a la par de la dolarización, y las inversiones que tienen que ver con los equipamientos, así como los insumos y sus repuestos, que también están dolarizados. Por otra parte, también afecta los insumos no médicos, como oxígeno, alimentación, limpieza e impacto en el transporte de los residuos patógenos, que también siguieron el ritmo de la inflación. A eso se suma la suba de los servicios públicos, que al menos en Capital Federal y Buenos Aires ha sido muy notable, a diferencia del resto del país, donde cada provincia ha hecho su valoración”, detalló Monet.
El pico
De mayo a julio de este año la entidad observó que la curva de ascenso subió de manera muy precipitada, motivo por el cual convocó a la comisión de farmacéuticos con las que están vinculados, y al Cedim, para evaluar la suba de los insumos médicos, concretamente de aquellos que no se trasladan al precio del servicio, sino que son absorbidos por el costo fijo de acuerdo con el presupuesto establecido. “Se trata de los descartables, las placas y los contrastes, entre otros, elementos que deben existir para abrir una institución, haya o no haya pacientes”, aclaró la especialista.
En este punto, la sorpresa fue aún mayor. Se trata de insumos que están fuertemente dolarizados porque son comprados en su totalidad en el mercado internacional, o bien, de componentes que se compran afuera y se terminan usando para ensamblar la pieza en el país. “Desde mayo a julio el material descartables subió 37%; los contrastes, 26%; las placas, 28%, y las agujas, entre 38% y 45%”, apuntó Monet.
Estos aumentos de costos los afrontan en su totalidad los prestadores ya que no son trasladables a precios, lo que socava los resultados operativos de las empresas.
Por otra parte, los medicamentos aumentaron en el período marzo-julio 16% en promedio. Algunos ejemplos de aumentos de insumos que se evidenciaron fueron 29% en soluciones fisiológicas; 21%, en Sevofluorano, y 20%, en Decadrón.
Pero eso no es todo. Otro impacto en el costo operativo es la mano de obra, que en julio tuvo su primera paritaria, aumentando (en tramos) un total de 27%.
“Lamentablemente, si lo miramos desde el lado de los ingresos, no tenemos la misma suerte porque los traslados de los financiadores del sistema está muy complicado. Como nosotros representamos a instituciones pequeñas, medianas y grandes de todo el país, tenemos tantas realidades como instituciones”, amplió.
En ese sentido, recordó que las obras sociales nacionales esperan las firmas de las paritarias para comenzar las negociaciones del año; luego las obras sociales provinciales han tenido diferente suerte dependiendo de cada provincia, por ejemplo, el PAMI dio 22% en tramos. “El sector médico lo va trasladando a medida que lo va recibiendo, pero desde hace unos meses a julio, cuando hicimos el estudio, la preocupación fue aún mayor, y con los sucesos de los últimos días se agrava aún más porque lo que creíamos que iba a pasar a fin de año está sucediendo ahora”, remarcó.
En riesgo
“Hay empresas que corren el riesgo de cerrar o de presentarse en convocatoria de acreedores, ya no se trata de gestión sino de variación de precios de estos insumos, que concretamente no lo pueden comprar y no pueden abrir si no pueden dar el servicio básico”, dijo y agregó que, entre las más afectadas, no sólo hay clínicas sino centros de diagnóstico por imágenes.
Los 300 centros de salud privados de Adecra emplean a 90.000 trabajadores. Si bien el sector siempre ha sido considerado dador de trabajo -porque cuanto más alta es la especialización más personal se requiere-, en estos momentos, gran parte de esos empleos peligran. La profesional no pudo estimar el volumen en riesgo, dado que la cantidad de trabajadores en cada una de las clínicas es muy disímil.
Frente a este contexto, la asociación ha acentuado una serie de medidas y reclamos que viene solicitando al Gobierno, entre los cuales “considerar el sector como prestador de la salud para el Estado” es uno de los más importantes. “Hay que dejar bien claro que el gerenciamiento es privado pero que el servicio es público, estamos hablando de un tema de salud pública”, insistió. Por otra parte, agregó, que se deben retomar ejes de trabajos urgentes, a la salida de la emergencia sanitaria, prevista para diciembre de 2019, y volvió a recordar el pedido de “continuar con las mesas sectoriales entre actores públicos y privados para trabajar con el sector” . Entre los puntos que mencionó, se encuentra el tema de las contribuciones patronales, la deuda en el pago de las cargas, los aranceles por cuanto los prestadores no son formadores de precios y los derechos de la medicina privada.