La politóloga Pamela Cáceres y la socióloga Claudia Laub coinciden en que se abrieron discusiones nuevas o que hacía tiempo no ocurrían en Argentina. Los obstáculos que interponen las iglesias, el avance de la participación ciudadana en políticas públicas, la fragmentación de las fuerzas políticas y el sacudón a la disciplina partidaria, así como la exigencia para elevar la calidad argumentativa y de representación de los legisladores, son temas que entraron de lleno en la agenda política del próximo año electoral
Por Carolina Klepp – [email protected]
Como educación democrática fue muy bueno, fue decepcionante la representación
“Lo que dolió y decepcionó es la representación. Me parece que había muchas mujeres que no nos sentimos representadas, pero ni a favor ni en contra, y eso es lo patético. Como educación democrática fue muy bueno, pero fue decepcionante en cuanto a la argumentación, es como si no hubieron estudiado lo suficiente en su condición de representantes de una provincia”, analizó la socióloga Claudia Laub, presidente de la Asociación El Ágora, el día después del histórico y extenso debate en el Senado.
También se refirió a la representación numérica: “Viendo los números de la votación, la votación la ganan las provincias con un número menor de representantes de las que perdieron, hablando en números absolutos”
Sin embargo, más allá de eso, insistió en las expresiones de los senadores. “Si en este tema que las mujeres conocemos mucho pasa esto, ¿qué pasará con los temas de debate del Congreso que desconozco? Escucho que una senadora dijo que no leyó el proyecto de ley y me pregunto ¿qué harán mañana cuando discutan el presupuesto, un tema que para los ciudadanos comunes es difícil de comprender y hemos delegado en ellos?”, cuestionó la socióloga.
Afirmó que el sistema parlamentario “cruje” en las discusiones sin estudio o con argumentos de tipo personal y convicciones no representativas. Por el contrario, valoró que el debate generó una organización nueva “no piramidal” tanto en el escenario político como en el social. Cuando se la consultó respecto de ejemplos comparativos con otros países, subrayó que hay procesos que se repiten en distintas sociedades. Éste es el caso de las leyes que corren atrás de los hechos, que finalmente tarde o temprano terminan viendo la luz.
“Cuando una ley como esta corre detrás de los hechos pone en evidencia un tema de salud pública que ya no se oculta y no hay vuelta atrás. Distinto es el caso cuando se trata de una nueva ley que viene a obligar algo. Pero esto es distinto, esto viene a legalizar un hecho consumado. Por eso, creo que este debate va seguir derramando para rato”.
Finalmente, sobre una de las aristas que emergió con fuerza, la de la necesidad de educación sexual en las escuelas, fue concluyente: “Eso es medio hipócrita, porque existe desde hace muchos años. Esto ya estaba propuesto desde hace muchos años, no hace falta una ley. La prevención no se legisla, se actúa y se le destina un presupuesto”.
La necesidad de distinguir entre creencias, convicciones y rol del Estado
“El resultado de ayer fue un resultado de las reglas del juego de hoy de una democracia representativa. Los votos definen la decisión y ésta fue la de no hacer nada y rechazar un proyecto. Lo importante es que los actores de ambos posicionamientos se vieron obligados a plantear y explicitar las deudas históricas respecto del problema”, sostiene Pamela Cáceres, politóloga, docente e investigadora de la Universidad Católica de Córdoba (UCC). Resalta que, más allá de los resultados, nada va a volver a ser igual. Sostuvo que lo que aconteció en torno al debate sobre el aborto “es un camino que va a exigir sincerar muchas posiciones respecto a medidas preventivas y de contención y que históricamente se han bloqueado y obstaculizado por intereses que no siempre son explícitos sino más bien corporativos”.
El papel de la iglesia hoy y la demanda de la autonomía del Estado de la tutela eclesiástica fue otro de los puntos en tensión en el país. Consultada sobre este aspecto, analizó: “Cuando hubo una discusión en torno a derechos eso se ha logrado a partir de un proceso de secularización. Eso implica sincerar que el poder corporativo de la iglesia o las iglesias actúa como obstáculo para esos avances en lo concreto. Esta vez, no sólo se habló de la legalización del aborto sino que se habló del papel de la iglesia, de la necesidad de distinguir entre creencias, convicciones y acerca del rol del Estado y esa discusión hacía mucho tiempo que no la teníamos en Argentina, en ese sentido me parece muy importante. El avance en derechos es directamente proporcional a la secularización de las políticas públicas y del Estado”, afirmó.
Por otra parte, sostuvo que la democracia electoral y representativa fue puesta en tensión. La deliberación y los argumentos que se han planteado han marcado la cancha para el próximo proceso electoral. “Muchos ciudadanos conocieron ayer quiénes son sus representantes por haber seguido el debate y van a estar atentos a las propuestas en el próximo contexto. Este tema va a a tener que estar en la agenda de las propuestas electorales y eso es muy positivo. Se han desarticulado las estructuras y prácticas de los partidos políticos porque el tema ha atravesado y ha fragmentado a las fuerzas políticas, es muy interesante pensar en cómo van a articular una propuesta en el próximo escenario”, dijo.