En el último mes de un año que para muchos será difícil de olvidar, los principales actores del sector de bienes raíces nacional analizaron lo que les dejó el civid-19 y qué pueden esperar para el año que viene
Después de dos años muy negativos para el sector inmobiliario (2018 y 2019), cuando todo parecía indicar que no se podía caer más bajo de lo que se había caído, el mundo se sorprendió con una pandemia que vino a echar por tierra todos los pronósticos.
Para los principales actores del real estate argentino, llegó el tiempo de los balances pensando en lo que viene, un 2021 que todos desean sea de recuperación para una industria golpeada.
“El impacto de la pandemia y la cuarentena con el cierre de las obras nos generó problemas de todo tipo, tanto en materia de avances de los proyectos como de problemas de cobranza de las unidades vendidas. Esto nos llevó a suspender la cobranza hasta retomar la actividad, dejando la empresa virtualmente detenida durante más de 6 meses. Todo esto llegó además luego de 2 años, como fueron el 2018 y 2019, especialmente malos para el sector. En este segundo semestre, si bien las obras han vuelto a trabajar y vamos recuperando algunas actividades, estamos lejos de la normalidad. En suma, ha sido un año completamente olvidable”, expresó Gustavo Llambías, vicepresidente de la Asociación Empresarios de la Vivienda (AEV).
Por su parte, el presiente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), Damián Tabakman, señaló que “en general no fue un buen año. Hasta la pandemia venía bien. Luego, parate total y más recientemente preparándonos para un rebote el año próximo. De los cambios surgidos durante la pandemia, creo que el home office mayoritariamente quedará. Trabajo más flexible y menos estructura fija también”.
Para los desarrolladores, se trató sin dudas de un año complejo. En esta línea, Ezequiel Chomer, director financiero de Grupo Chomer, opinó que “fue un año difícil. La primera etapa de la cuarentena se paró todo el país, entre ello, nuestras obras, por unos tres meses. Afortunadamente fuimos consiguiendo permisos para continuar con ellas, y al día de hoy estamos avanzando con un ritmo casi normal. En cuanto a las ventas, hubo un parate importante, aunque en la segunda mitad del año comenzaron a realizarse varias ventas, asumiendo, claro está, una baja considerable en los precios. Pero como la misma baja se trasladó al costo de la construcción, no nos afectó tanto”.
También para Flavio Galli, CEO de Grupo Tueroc, “el 2020, en el primer semestre, fue totalmente atípico, desconocido, con muchísimas sorpresas para nosotros. A medida que fueron avanzando los meses, lo que tratamos de hacer fue un análisis punta a punta, económico-financiero de la empresa y el estado de cada uno de los proyectos. Hecho este análisis de riesgo y luego de comprobar que los emprendimientos podían gozar de buena salud, hablamos con los inversores para ver cuál era su situación particular o personal. Luego de tres o cuatro meses, con el excedente de capital lo que pudimos hacer fue ir acopiando los materiales que nos faltaban para las obras y de esa manera tuvimos una etapa de muchísima gestión de compra y un trabajo muy arduo de oficina desde la casa, adaptándonos a esa nueva normalidad”.
En representación de los desarrolladores del interior del país, Ari Milsztejn, titular de la desarrolladora rosarina G70, consideró que “obviamente fue un año distinto. Apareció este verdadero cisne negro que cambió el paradigma del desarrollo. El primer semestre fue cuarentena y adaptación, aparece el home office y empezamos a relacionarnos de otra manera. El segundo vemos a un comprador mucho más selectivo y hasta diría especulativo, haciendo valer sus ahorros en dólares”.
Asimismo, Mariela Schenone, directora de CDS Desarrollos Inmobiliarios y MetroX Real Estate, señaló que en esas firmas “hemos tenido un año de gran expansión, aun a pesar de las dificultades. El contexto de la pandemia, como a todos, nos generó mucha incertidumbre. Nosotros prestamos servicios para desarrolladores, no sólo contables, sino especialmente de estructuración y administración de proyectos de terceros. De modo que nuestro trabajo depende en gran medida de la expansión del sector, de que se generen nuevos proyectos. Si bien el primer mes de la cuarentena fue un proceso de readecuación, desde entonces no hemos dejado de trabajar. Para nuestra sorpresa, no sólo se han estado gestando proyectos nuevos sino que también se han reflotado proyectos pospuestos en otras oportunidades y hemos logrado también expandir nuestros servicios hacia distintas provincias, de norte a sur”.
También dio su opinión Ariel Champanier, presidente de Remax Premium, quien comentó que “el primer semestre fue muy bajo ya que estuvimos cerrados prácticamente 3 meses. En cambio, el segundo semestre viene a un gran ritmo de ventas, lo cual hará que terminemos haciendo un muy buen año teniendo en cuenta el contexto en el que nos encontramos. Todo el trabajo fuerte que hicimos en el primer semestre de reacomodarnos a la nueva realidad se vio cosechado en el segundo semestre”.
En otro aspecto, Miguel Altgelt, presidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios, se refirió puntualmente al año que tuvieron los locales comerciales. Señaló que “el 2020, en la parte comercial fue diferente a las anteriores crisis, porque en este caso se agregó el aprendizaje de la pandemia. La baja de operaciones fue muy importante y aún no sabemos cuándo se producirá el cambio. Considero que el día que liberen al turismo se verá un gran cambio en la parte comercial. La Argentina será un país muy buscado por los turistas y más por lo barato que les resultará. Ambos semestres los considero similares, pero nosotros como empresa estamos esperando a los turistas que pondrán al país en su lugar”.
Expectativas para 2021
Sin dudas, las esperanzas de los principales actores del real estate nacional están puestas en el próximo año y en un rebote de la actividad que pueda de alguna manera compensar las pérdidas de 2020.
Para Llambías, “si la conducción económica empieza a dar señales que generen confianza a futuro y no tenemos una segunda ola del virus, esperamos un año de transición de la muy mala situación actual hasta retomar las condiciones prepandemia sobre el segundo semestre. Si se concretan los pronósticos oficiales de 3% de crecimiento del PBI, el sector puede llegar a crecer 15% pero arrancando de un piso histórico, es decir, sin concreciones espectaculares. Si el Gobierno pone en marcha los distintos mecanismos de promoción e incentivo del sector, sumándolos a una pequeña pero sostenida recuperación económica, el sector está en condiciones de reaccionar fuertemente, con lo que somos moderadamente optimistas, manteniendo una posición expectante”.
Chomer también espera “que se normalice la situación financiera del país. No puede ser que un país que dejó atrás un default tenga tasas de dos dígitos, cepo y restricciones a las importaciones. Creemos que si se avanza en aumentar la carga tributaria puede ser muy nocivo para el sector privado, pero confiamos también en que hay sectores como la construcción, el turismo y las commodities que van a poder ayudar a traccionar”.
Grupo Tueroc se suma al pensamiento optimista. Para Galli, sin embargo, “no hay que desconocer el contexto generado por la salud y los problemas de desabastecimiento de materiales. Pero tenemos muchas esperanzas en que todo lo que viene anunciando el Gobierno se convierta en realidad para que nuestra industria finalmente sea la generadora de muchos puestos de trabajo y el motor de la economía. Se ha trabajado mucho desde las cámaras y desde la microempresa, que es en la que definitivamente el Gobierno debería poner el foco, algo que durante la pandemia funcionó muy bien, hubo grandes acercamientos. Ojalá que no se rompa eso y que empiecen a escuchar un poco más a los microempresarios, que creo son el futuro del país, como se demuestra en el resto del mundo, donde se trabaja realmente con incentivos para las industrias”
También en MetroX confían en que 2021 será un buen año para el sector: “A mi parecer, el 2021 será para el mercado en general un año de poner la carreta en marcha con todas las herramientas y conocimientos adquiridos en el año de la pandemia. Este 2020 ha dejado a muchos desarrollos golpeados en sus estructuras pero también fortalecidos en su interior. Por eso creo que el 2021 será un año de madurez y acción. La profesionalización y el criterio harán la diferencia, por ello creo que el mercado será más fuerte y más concreto y sólo sobrevivirán los que estén preparados a seguir con esa línea de acción”
Finalmente, Champanier cree que “si no volvemos a tener un cierre como el que hubo en marzo ,va a ser un muy buen año. Nos damos cuenta con la demanda que estamos teniendo ahora, hoy estamos vendiendo más que en los últimos meses del 2018 y los últimos del 2019. Esperamos una facturación por encima del 2019 pero apuntamos a superar también al 2018, que fue un año muy bueno en sus primeros 5 meses”.