Según el cálculo de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCC), los mejores precios internacionales al momento de la cosecha no alcanzaron a compensar la merma en los rindes producto de la histórica sequía, por lo que, en superficie arrendada, el margen bruto de la reciente campaña resultó negativo
El tiempo no fue benigno con la actividad agropecuaria este año y, como consecuencia de la sequía que afectó la producción de soja durante su período crítico y los excesos hídricos durante la cosecha, el rendimiento promedio de la oleaginosa en la provincia de Córdoba se ubicó en 20,5 quintales por hectárea, uno de los valores más bajos de los últimos años. En consecuencia, el resultado de la actividad económica se vio afectado.
Según un informe del Departamento Agroeconómico de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCC), la caída en el rendimiento no pudo ser compensada por el mayor precio a cosecha, y la reducción de los gastos comerciales y los costos directos.
En efecto, contrariamente a lo sucedido con la producción, en materia de precios la soja registró el mayor valor de las últimas cuatro campañas, con un precio promedio de 305 dólares por tonelada al momento de su recolección.
Pese a ello, la producción tuvo una caída del margen bruto a escala provincial. Según el cálculo de la entidad bursátil, se obtuvieron 225 dólares por hectárea en la producción en campo propio, es decir 64 dólares menos por hectárea respecto a la campaña previa, en la que se habían obtenido 289 dólares por hectárea, sin considerar los gastos de estructura.
Si, en cambio, el cultivo fue en campo alquilado, el aumento en el costo de los arrendamientos para la actual campaña causó que el resultado bruto fuera negativo 95 dólares por hectárea.
Así, al comparar con campañas previas, la de 2017/18 para soja “cierra con uno de los peores resultados, tanto en campo propio como campo arrendado, situación que se agrava para la última opción al ser un resultado de quebranto que no sucedía desde la campaña 2011/2012”, aseguró la BCC en el trabajo difundido ayer.
En el mismo sentido, destacó que es preciso considerar “que el cálculo de márgenes no tiene en cuenta aquellos productores que sufrieron una pérdida total o parcial en sus lotes, obteniendo un resultado negativo equivalente a la inversión al comienzo del ciclo productivo”.
Como es sabido, Córdoba presenta grandes diferencias en su territorio respecto a la calidad de sus suelos y las condiciones agrometeorológicas, lo cual se evidencia en los distintos rendimientos promedio de cada departamento. Así, los valores obtenidos en soja oscilan entre ocho y 50 quintales por hectárea.
Según la BCC, con excepción de San Alberto, en la reciente campaña todos los departamentos de la provincia tuvieron una caída en los rendimientos respecto al ciclo previo. Y en el caso de campos arrendados, los márgenes brutos resultaron negativos para todos los departamentos, con excepción de Unión, Marcos Juárez, General Roca y Presidente Roque Saénz Peña.
El caso del maíz
En cuanto al maíz, al igual que en el caso de la soja, las condiciones climáticas durante el período crítico del cultivo afectaron en forma negativa el rendimiento, que se estima en 65 quintales por hectárea, 20 por debajo del obtenido en el ciclo 2016/17. En tanto, el precio del cereal repuntó durante la cosecha: alcanzó 160 dólares por tonelada -crecimiento interanual de 24 dólares-.
Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con la oleaginosa, el aumento en el precio en conjunto con la disminución de los costos sí compensó el menor rendimiento, lo que generó un resultado positivo en campo propio para la provincia de Córdoba de 327 dólares por tonelada, 98 dólares más que en la campaña anterior.
En campo arrendando, el margen bruto fue de apenas 6,4 dólares por tonelada, casi nueve dólares más que el resultado del ciclo anterior, que fue negativo en 2,3 dólares por hectárea.
Finalmente, la BCC indicó que el rinde de inferencia se ubicó en 64,5 quintales por hectárea, “prácticamente el mismo valor alcanzado en promedio para la provincia de Córdoba”.
Asimismo, resaltó que el cálculo no tiene en cuenta a aquellos productores que perdieron su producción por las inclemencias climáticas durante la producción del cultivo.
Resultados 2017/18
En promedio, productores y contratistas que sembraron y cosecharon soja en un campo alquilado perdieron 95 dólares por hectárea.
Es la primera vez que la oleaginosa deja un margen negativo desde el ciclo 2011/12, cuando se perdieron 153 dólares por hectárea.
En el maíz, en tanto, la perspectiva mejoró pero no de forma tan atractiva: luego de perder dos dólares por hectárea en el ciclo 2016/17, en la última campaña ganó seis dólares.