El ministro de Producción, Dante Sica, mantuvo el fin de semana reuniones con su par de Brasil, Marcos Jorge, para profundizar la agenda bilateral y coincidieron en la necesidad de llegar a un rápido acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.
También participaron el canciller brasileño, Aloysio Nunes; el senador y ex presidente (destituido por impeachment en 1992) Fernando Collor de Mello; el presidente de Banco Nacional de Desarrollo, Dyogo Oliveira, y el secretario de la Receita Federal (órgano análogo a la AFIP), Jorge Antonio Deher Rachid.
Según informó el ministerio, el objetivo de la visita fue “profundizar la agenda bilateral y plantear los temas de la séptima Comisión Bilateral de Producción y Comercio, que se desarrollará en agosto; entre ellos: facilitación de comercio, convergencia regulatoria y la agenda externa común de ambos países”.
Sin embargo, el principal tema fue la industria automotriz. A Argentina le preocupa el decreto que el presidente Michel Temer firmó el jueves pasado, por el que otorga poderosos incentivos al sector automotor brasileño en los próximos 15 años.
Esta nueva norma significa subsidios anuales de casi US$400 millones del país vecino a su industria y, para el nuestro implica un fuerte estímulo para que las inversiones de las terminales opten por abandonar nuestro territorio y volar al suyo. Según el comunicado oficial, Sica acordó con los brasileños tratar el tema en el próximo Comité Automotriz.
A su vez, con el canciller Nunes dialogó sobre las conversaciones iniciadas con Japón y Singapur, y sobre el trabajo conjunto de cara al G20 que organizará Argentina a fin de este año.
Con el BNDES se acordó estudiar la posibilidad de incluir el comercio de camiones, y se comprometieron a tratar el tema en la próxima Comisión Bilateral.