ESCUCHARAsí definió la Procuración Penitenciaria de la Nación la situación que viven miles de mujeres que están alojadas en las cárceles federales. En los últimos años creció la cantidad de presas
“La inclusión de mujeres dentro de cárceles agudiza las asimetrías de género y pérdidas de derechos que tienen raíces sociales y culturales profundas relacionadas con las problemáticas de género”. A esa conclusión llegó la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) en su último relevamiento realizado sobre las cárceles federales argentinas.
El informe es preocupante: revela un aumento de muertes de mujeres detenidas en situaciones dudosas y de una violencia que se traduce no sólo mediante la acción represiva directa sino también mediante la medicalización de las internas.
La PPN advierte de un uso abusivo de la mediación psiquiátrica y el uso frecuente de la utilización de espacios destinados a tratamientos de salud mental como una modalidad de sanción para las mujeres presas. Asimismo, se señala como una mala práctica penitenciaria la implementación de requisas vejatorias e intrusivas, que incluyen desnudos parciales y totales.
La medicalización en ocasiones es acompañada por encierro psiquiátrico, destaca el relevamiento, y en muchos casos la medicalización no se condice con ningún diagnóstico de salud mental que la fundamente, al igual que la internación en el psiquiátrico.
De esta manera, en forma de castigo y ejemplaridad, las golpean, encierran, desnudan, inyectan y observan.
Ante semejante panorama, la PPN denuncia en su último trabajo la ausencia de seguimiento de la situación de esas mujeres por parte de los juzgados y las defensorías. “Si bien la inclusión en un dispositivo psiquiátrico se informa a los juzgados correspondientes, dicha modalidad no se ajusta a la Ley Nacional de Salud Mental, por lo menos en el hecho de que no se agotan previamente las alternativas terapéuticas menos restrictivas”, destaca la PPN.
Locas
La “locura” es disruptiva para el Servicio Penitenciario Federal (SPF), sostiene el estudio.
Es decir, las mujeres que cuestionan, que son “violentas”, que no se subordinan, que sufren crisis personales o familiares, son “locas” destinadas a ser internadas en un dispositivo de salud mental.
La Procuración asegura que la medicación y la observación es realizada por personal del SPF sin ningún tipo de capacitación en cuestiones de salud (mental).
En el documento se afirmó que tiende a homologarse la angustia y el enojo con la excitación psicomotriz, culminando muchas veces en la internación de cualquier persona -mujer- “angustiada, enojada o rebelde”.
“La ausencia de profesionales del ámbito de la salud mental las veinticuatro horas, la falta de guardia psiquiátrica y la observación en manos de agentes penitenciarios dejaría un margen para suplir con medicación, en ocasiones desregulada”, concluye el informe.
Panorama
-Desde 2015 viene observándose un incremento significativo de mujeres detenidas, en particular en las cárceles federales argentinas, acusadas de delitos vinculados con transporte y comercialización de drogas ilegales.
– En 2016 se registraron 1.265 víctimas de torturas y/o malos tratos. De ellas, 81 son mujeres, es decir 6,4% de los casos.Datos
En los últimos años se han incrementado las muertes de mujeres en situaciones dudosas y, en varias oportunidades, se constató un contexto de consumo excesivo de sustancias psicoactivas.
No quedan claros los criterios de internación de mujeres a quienes se detecta de riesgo suicida en Urgencias Psiquiátricas; no se las aborda en el marco del programa correspondiente.
La confusión y la indeterminación son variables de la gestión penitenciaria asistencial que intentan escamotear protocolos de aplicación y principios regulatorios de las prácticas en salud mental.
