ESCUCHARAun así, la tendencia negativa no fue general para el gasto de todos los hogares. De hecho, el consumo privado total (que incluye bienes durables y servicios) avanzó 2,5% entre 2015 y 2017. Esto se debe a comportamientos sustitutivos en el presupuesto familiar, indicó Ecolatina
Aunque el movimiento de la actividad económica general del país viene registrando signos positivos -según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en enero el incremento interanual fue de 4,1%-, las mediciones sobre el consumo masivo no acompañan esta tendencia.
De hecho, la presentación de Carrefour de un procedimiento preventivo de crisis realizada semanas atrás puso de manifiesto la reestructuración en la composición del gasto de las familias. En este contexto, se advierte que las compras de productos masivos no se recuperarán tampoco este año, según precisó un nuevo informe de Ecolatina, en el que se precisa que independientemente del panorama de cada firma en particular (supermercados y cadenas de retail), el escenario general del sector “enciende luces amarillas”.
“El consumo masivo es una de las variables más golpeadas de los últimos años. En 2016, la actividad económica disminuyó casi 2% interanual, y el consumo masivo se redujo más del doble (4% interanual, conforme a las estadísticas de Kantar WordPanel). Peor aún, el año pasado el Producto Interno Bruto (PBI) trepó casi 3%, a la par que el sector bajo análisis acumuló su segundo año consecutivo de caída (-1%.)”, precisó la consultora en su análisis. “Producto de esta dinámica, mientras que entre 2015 y 2017 la actividad agregada registró un avance de 1%, el consumo masivo marcó un retroceso mayor a -5%. Por ende, pese a que la economía local reencauzó su proceso de crecimiento (incluso superando a su anterior pico), esta rama no logra acoplarse a la tendencia positiva”, agregó la entidad.
Factores
En este escenario, el análisis sobre la situación actual del consumo en general debe incluir la realidad de que la retracción no se produce en todos los rubros de la misma manera y tampoco representa la situación general en el gasto de lo hogares. Sobre este aspecto, dice la consultora, hay varios factores que permiten analizar la complejidad.
“El consumo privado total (que incluye también la compra de bienes durables y servicios) avanzó 2,5% en los últimos dos años (sin considerar la variación de existencias). Se observa pues una sustitución en la composición del consumo hacia el interior del presupuesto de las familias”, dice Ecolatina. “Además, cabe destacar que también se está experimentando una reconfiguración dentro del consumo masivo. Según estimaciones de Kantar WordPanel, mientras que el canal mayorista acumuló un alza cercana a 25% en cantidades a lo largo de la gestión Cambiemos, los supermercados e hipermercados redujeron sus ventas en 12%. Por lo tanto, la situación negativa ataca con más fuerza a estos últimos: los hogares están optando por reestructurar sus compras habituales, no sólo en términos de volúmenes sino también de comercios y canales”, especificó. Para comprender de manera pormenorizada estos cambios, es necesario tener en cuenta también la retracción de 1,1% del poder adquisitivo de las familias entre 2015 y 2017 y la “trayectoria de las tarifas de servicios públicos que viene teniendo lugar desde el cambio de gestión”, dice la consultora. Estos factores tuvieron como consecuencia una menor disponibilidad del ingreso para destinar al consumo masivo. Pero, por otro lado, también se registra un incremento en la compra de bienes durables: vehículos, artículos electrónicos, gastos en viajes al extranjero y el ‘boom de los créditos UVA”, precisa Ecolatina, entre otros aspectos.
En este contexto, con previsiones que indican un crecimiento del PBI que rondará 2% y que el salario real se mantendrá estancado respecto a 2017, lo más probable es que el consumo masivo no logre repuntar este año, según la entidad.
