En 2017, se triplicó la cantidad de mediaciones a distancia en Córdoba

Hubo 204 causas que se resolvieron con esta herramienta. En la mayoría de los casos se abordan problemáticas de indole familiar. Son mujeres que contactan a sus ex parejas por cuestiones de responsabilidad parental. Siete de cada diez casos alcanzan a un resultado favorable

Por Silvina Bazterrechea – [email protected]

Sabido es que la mediación es una herramienta que viene consolidándose en Córdoba año tras año, pero la mediación a distancia se ha convertido en un fenómeno que ha crecido exponencialmente y todo hace presumir que seguirá en ese camino.
En 2017, hubo 204 mediaciones a distancia (MAD) en Córdoba , casi el triple de la cantidad que se concretó en 2016, cuando se realizaron 70 mediaciones de este tipo.
Nueve de cada diez fueron causas que involucran cuestiones de índole familiar y son requerimientos realizados desde Córdoba a otras provincias. Sin embargo, el tema no se agota en nuestro país: también hay pedidos de mediaciones a otros países. Por ejemplo, se realizó el año pasado una decena de mediaciones internacionales y, para este año, ya hay tres causas esperando una mediación internacional.
“Nos han pedido mediar un caso en Chile, otro en Barcelona y un tercero en Lima”, explica a Comercio y Justicia Gabriela Samamé, encargada de la MAD, dependiente del Centro de Mediación del Poder Judicial de Córdoba.

Samamé asegura que son en su mayoría mujeres las que se acercan a plantear cuestiones relativas a responsabilidad parental: pedido de alimentos, régimen de visitas, etcétera. A partir del pedido, comienza la búsqueda y el contacto con la otra parte.
A diferencia de lo que ocurre en el resto de las mediaciones, en el que se diligencia una cédula para solicitar a una persona su presencia para participar de un proceso de mediación, en estos casos el contacto “es mucho más personalizado”.
“A veces contamos con muy poca información de la persona a la que tenemos que contactar y usamos todas las herramientas para conseguir el contacto”, explicó Samamé. Llamadas telefónicas, cartas simples, WhatsApp, todo es válido para contactar a la persona buscada.
El nivel de acuerdos entre la partes es realmente alto: siete de cada 10 causas que son abordadas por esta vía obtienen un resultado favorable. Pero, además, hay un alto volumen de causas que -de otra manera- se habrían perdido en el sistema judicial. “Recuperamos 70 % de esas causas que ni siquiera habrían podido llegar a la notificación de la otra parte”, explica orgullosa Samamé.
Quizás sea esta la razón por la cual, durante 2017, las cantidad de mediaciones a distancia se triplicó y, cada vez, son más los abogados que se acercan o los jueces que remiten estos casos al Centro de Mediación. “La gente se va a enterando y viene para ver qué podemos hacer desde aquí”, afirma Samamé.

Por Skype
La herramienta de la mediación a distancia es muy versátil y, si bien cuentan con un protocolo de trabajo, las mediadoras son muy creativas a la hora de concretar el acercamiento.
El Centro de Mediación judicial cuenta con una sala especial donde realizan estos procedimientos- en la mayoría de los casos- a través de Skype. Pero si el contacto no puede realizarse por esta vía, también utilizan otras herramientas, por caso la comunicación telefónica.
En la mayoría de los casos el procedimiento se realiza desde el Centro de Mediación de Córdoba y se cita a la otra parte para que se acerque a otro centro de mediación en otra provincia u otro país. Si en ese lugar no existe la herramienta, se buscan alternativas que no frustren la posibilidad de avanzar en el contacto ente las partes.

Panorama

Formalmente, la mediación  a distancia comenzó a implementarse en Córdoba en abril de 2016.

Ocho de cada de diez causas se inician en nuestra provincia y sólo 20% es requerimiento realizado por otras provincias.

Siete de cada 10 casos se resuelven favorablemente y prácticamente no hay objeciones judiciales sobre los acuerdos suscriptos.

El reencuentro de un padre con su hija
La mujer de 37 años buscaba a su progenitor en Santiago del Estero

Los casos que llegan a mediación son muy disímiles y las herramientas para abordarlos también lo son. Gabriela Samamé cuenta emocionada un caso de filiación que le tocó abordar el año pasado.
“Un día se acercó al Centro de Mediación una mujer de 37 años con un teléfono que había conseguido de un hombre que vivía en Santiago del Estero y que ella creía que era su padre. Ella esperaba contactarse con él y pedirle la filiación”.
“En Tribunales este pedido no hubiera prosperado pero nosotros le dimos trámite”, destaca la mediadora, quien tras algunas gestiones consiguió contactarse con el hombre, un médico que vivía y trabajaba en Santiago del Estero. En aquella provincia no existe la herramienta de la mediación y, por lo tanto, avanzar en un proceso de mediación era más complicado. Sin embargo, notificaron al hombre sobre lo que estaba ocurriendo y el médico aceptó someterse a un examen de ADN.
El resultado del examen dio positivo, la mujer se reencontró con su padre y conoció a su hermano. “Cuando regresó de su viaje de Santiago del Estero , la mujer vino emocionada a agradecernos lo que habíamos hecho, que ni siquiera llegó a ser una mediación en el estricto sentido de la palabra”, recuerda Samamé.