El Gobierno mantiene la ofensiva sobre todos los eslabones de la cadena para bajar 6.500 millones de pesos del gasto de la obra social en remedios. Logró el aval de las multinacionales farmacéuticas, pero los laboratorios nacionales se resisten y el sector minorista habla de “inviabilidad”
Por Javier De Pascuale – [email protected]
A tres días hábiles que venza el contrato de provisión de medicamentos a los afiliados de la mayor obra social del país, el Pami, farmacias cordobesas y del resto del país se encuentran en una situación de “muchísima incertidumbre, al igual que los propios jubilados” porque “no se sabe cómo se va a cobrar la venta de remedios, cómo se va a pagar, cómo va a funcionar el nuevo sistema”.
El mayor contrato de salud de uno de los países que más gasta en el área en todo el mundo vence el próximo sábado y las posiciones entre Gobierno, farmacias y laboratorios nacionales no presenta visos de acercamiento, ante la fuerte ofensiva del Pami para bajar 30% el gasto en remedios para todos los jubilados del país.
Sobre el cierre de la semana pasada los laboratorios multinacionales decidieron aceptar las condiciones impuestas por el Gobierno: una baja sustancial de costo y un acuerdo de fijación de precios para el resto del año.
Fue una jugada ideada por la Jefatura de Gabinete nacional, que dirige las negociaciones por primera vez en la historia. Con la clara intención de presionar a los laboratorios de bandera nacional y las farmacias, se firmó un preacuerdo entre Pami y la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme), que agrupa a las compañías farmacéuticas y biofarmacéuticas extranjeras, que permitirá a Pami, según datos oficiales, bajar 20% el gasto anual.
“Es la tercera vez que lo intentan. Siguen armando fórmulas para bajar 6.500 millones de pesos el gasto de Pami y logran firmar un preacuerdo con un sector de la industria que no es el proveedor mayoritario de la obra social, aunque sí de algunos medicamentos que son muy caros, como las drogas oncológicas”, explicó a este diario Georgina Giraldi, negociadora cordobesa en la mesa nacional, en representación del Colegio de Farmacéuticos local. “Firman con multinacionales que les hacen un descuento del 10%, pero sigue teniendo un precio muy alto para Pami y para los pacientes en comparación con los medicamentos nacionales con el mismo principio activo. ¿De qué le sirve al jubilado ese descuento cuando hay precios del mismo producto mucho más baratos en el mercado?”, cuestiona la dirigente profesional cordobesa.
Más allá de esos cuestionamientos, para el Gobierno fue una victoria que gigantes como Bayer, Roche, Pfizer y Abbott, por nombrar algunos, aceptaran el mecanismo de precios máximos, revisión trimestral por banda terapéutica y la rebaja de cinco por ciento que llevará los valores a diciembre del año pasado. No obstante, mañana martes habrá mesas técnicas que terminarán de darle forma al acuerdo.
El anuncio del preacuerdo con la industria extranjeras se hizo a pocas horas de que la industria nacional declinara firmar las mismas condiciones que quiere imponer el gobierno. Mediante una carta documento, la cámara Cilfa le anunció al Pami que no aceptaba los términos de la negociación. El espacio que nuclea a los laboratorios nacionales –en muchos casos “pamidependientes”, es decir, que hasta 90 por ciento de su producción está destinado a la obra social– está dispuesto a hacer un “esfuerzo económico adicional” a fin de contribuir a mejorar la situación financiera y económica de Pami, pero aclaró que no aceptará los “precios máximos”. En la misma línea se encuentra Cooperala, la otra cámara que agrupa a laboratorios locales.
Las farmacias son el eslabón más débil en esa cadena. El sector minorista miró hasta ahora de afuera la negociación, pero sabe que la propuesta oficial del nuevo convenio se parece a la fórmula de una “tormenta perfecta”: las condiciones ofrecidas por Pami en materia de valores, pagos y condiciones de atención son inaceptables dicen, porque ya cedieron más de la mitad de su ganancia ante la obra social y se encuentran atenazadas por la caída de ventas y el alza de costos.
“Sigue habiendo muchísima incertidumbre en las 331 farmacias cordobesas que atienden a afiliados del Pami”, confesó Giraldi, vicepresidente del colegio profesional local.
Las farmacias sufren los aumentos permanentes de precio de sus proveedores, los laboratorios, y -al mismo tiempo- la caída de ventas.
Además, les suben los costos fijos al igual que cualquier otro sector minorista. Y ahora Pami fuerza al sector a poner precios máximos.
Pero lo peor para las farmacias serían los acuerdos de congelamiento de precios que quiere Pami. Serían para todo el año.