sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

“Somos fundamentalmente un organismo de derechos humanos”

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Para la Defensora de niños, niñas y adolescentes, Amelia López, es fundamental entender a los niños como sujetos de derechos y trabajar desde lo social para abordar las problemáticas que los afectan. Las cuestiones de convivencia familiar, maltrato y abuso encabezan la lista de derechos más vulnerados en la infancia

Por Silvina Bazterrechea – [email protected]

Amelia López fue ministra de Educación de la Provincia , diputada y legisladora provincial. Desde marzo de 2016 quedó al frente de la Defensoría de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes. Después de hacer un importante trabajo de visibilización, comienza 2018 con proyectos que buscarán el fortalecimiento de la mediación y el abordaje de flagelos como el bullying. Comercio y Justicia dialogó con ella, quien además hizo un repaso de su trabajo frente a la defensoría.

– ¿Cómo definiría la defensoría que tiene hoy a su cargo? ¿Qué cosas han cambiado?
– Nosotros nos definimos fundamentalmente como un organismo estatal -porque hemos sido creados por ley- y un organismo de derechos humanos. Cuando asumí en este cargo entendí que había que darle un giro importante a la defensoría para que la condición de sujeto de derecho del niño fuera asumida como una condición social, a los fines de que lo establecido jurídicamente terminara haciéndose realidad en los hechos cotidianos. Queremos cambiar la perspectiva de lo justo entendiendo que se puede construir justicia desde una mirada social y no sólo jurídica.

– Parece difícil de sostener en la práctica. Sigue muy vigente aún en el Poder Judicial la cultura del patronato, por ejemplo…
– La cultura del patronato que está muy arraigada en algunos operadores del Poder Judicial se puedo seguir sosteniendo porque es la propia sociedad la que mantiene esas representaciones sobre la niñez. Para cambiar este mirada es que nosotros nos propusimos trabajar en diferentes ejes: por un lado, visibilizar la defensoría como un organismo que está al servicio de la sociedad. Tenemos un área de promoción de derechos, pusimos en marcha una serie de programas destinados a poner en valor la palabra de los niños, hacemos talleres de solución pacífica de conflictos, de navegación segura, de prevención de adicciones, etcétera. Tenemos otra área articulada con Unicef destinada al monitoreo de derechos y otra de orientación y asistencia.

– ¿Cuáles son los casos que llegan a la Defensoría en esta área de asistencia?
– Este año, de 600 reportes, tenemos 32% de casos vinculados con problemas que denominamos de convivencia familiar: problemas de cuotas alimentarias, conflictos sobre tenencia, abuelos que piden ver a sus nietos. El segundo derecho más vulnerado es el de la integridad personal y el respeto por la dignidad: esto incluye maltrato psicológico y físico, abandono y abuso. En el maltrato psicológico se incluye el hecho de que un niño tenga que vivir constantemente en un escenario de violencia, de maltrato entre los padres que repercuten en los niños. El tercer derecho más vulnerado es el de la salud y ahí lo que más nos preocupa es el tema de salud mental y el acceso de las personas con discapacidad.

– ¿Quiénes se acercan a la Defensoría y cómo es el procedimiento?
– Llegan los padres, las madres y últimamente también los propios adolescentes. Una vez aquí, lo primero que hacemos es una escucha activa y si hay que escuchar a otra persona más, la convocamos. A veces mediamos, a veces hay que derivar el caso a la Justicia y si hace falta nos ponemos en contacto con los juzgados.

– Hubo una convocatoria de profesionales recientemente para el centro de mediación. ¿Quieren darle más impulso, han recibido muchos casos?
– El centro de mediación tuvo un fuerte impulso cuando fue creado, se hicieron experiencias, después nos tomamos un tiempo de rediseño y le hemos vuelto a dar impulso. Hemos hecho varios talleres de resolución de conflictos y hemos visto la necesidad de incrementar la mediación entre padres e hijos y también mediaciones entre pares, por eso hemos convocado ahora a mediadores con dos perfiles distintos: un grupo para trabajar con mediación comunitaria y otro para trabajar con jóvenes con alta vulnerabilidad social, no lo queremos denominar penal-juvenil para que no se confunda con lo judicial.

– El bullying y el grooming son fenómenos sociales nuevos y acuciantes en las nuevas generaciones. ¿La defensoría ha descubierto casos?
– Sí, es un tema que nos preocupa y por eso ya hemos tomado contacto con especialistas y será uno de los ejes que profundizaremos para el año próximo. Hemos visto varios casos este año y creemos que hay muchos más que no llegan.

– ¿Trabajarán con las escuelas?
– Nosotros no queremos reducir este tema al ámbito escolar porque lo que pasa en el ámbito escolar pasa también en las redes sociales o en la calle y después termina metiéndose dentro de la escuela porque los chicos van a la escuela. Nosotros hacemos también un abordaje del ciberbullying engarzado con el grooming. No se puede hacer un abordaje separado.

– Córdoba sigue sin aplicar la figura del defensor del niño. ¿Qué postura tiene sobre este tema?
-El abogado del niño hoy no está legislado en Córdoba, hay un proyecto que presentó el legislador Martín Fresneda sobre el que hicimos reflexiones. Una se relaciona con la formación y la capacitación de estos profesionales porque de nada sirve tener la figura del abogado del niño cuando en realidad la formación de los abogados hoy no tiene especialidad en niñez y adolescencia y eso es un problema. Se asume que el especialista en familia es igual al especialista en niñez y adolescencia, pero no es lo mismo. La otra reflexión se vincula con el tema de cómo hacer el registro de un modo equilibrado, se requiere de un sistema muy claro de selección de los abogados, de designación de los casos y de un comité de ética. La tercera cuestión tiene que ver con la confidencialidad que hay que preservar. Lo último es el tema de los honorarios, nosotros creemos que debe estar financiado por el Estado.

– La Defensoría intentará darle un impulso al proyecto?
– Estuvimos debatiendo el tema con diferentes asociaciones. Veremos qué pasa el próximo año, qué mejora se le puede hacer al proyecto y según eso qué posibilidad reales hay de que se trate. Lo que queremos es que este proyecto no nazca para morir sino que nazca para crecer. No queremos que sea un proyecto tan reglamentarista que encorcete ni tan amplio que deje espacio para que cada uno haga la interpretación que quiera.

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