De mil encuestados, 67% hizo el intento de tomar más agua o bajar de peso, realizar más actividad física o dejar de fumar en los últimos 12 meses. Pero de ellos, apenas la mitad logró sostener la modificación al cabo de un año
Alimentarse mejor, moverse, alcanzar un descanso nocturno reparador, evitar el consumo de sustancias tóxicas y combatir el estrés son sólo algunas de las medidas que debemos tomar para vivir mejor. Según resultados de un relevamiento hecho por el movimiento Revolución Saludable entre mil argentinos, 87% considera que debería realizar algún cambio concreto para llevar una vida más saludable.
Las modificaciones que los encuestados refirieron que más necesitaban proponerse fueron tomar más agua, bajar de peso, realizar más actividad física, dejar de fumar y reducir el consumo de sal. Sin embargo, 67% hizo el intento de modificar algún hábito en los últimos 12 meses y, de ellos, apenas la mitad logró sostenerlo al cabo de un año.
Tal como sugirió el médico Jorge Tartaglione, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) e impulsor del movimiento Revolución Saludable, “es complejo combatir aquellos hábitos arraigados que atentan contra una vida plena y saludable. Cada uno sabe qué es lo que debería mejorar a pesar de que no sea sencillo. La buena noticia es que la evidencia muestra que para lograrlo, el primer paso es reconocer el problema y proponerse cambiar”.
Quienes no lograron sostener sus nuevos hábitos en los últimos 12 meses, listaron como principales razones la falta de voluntad (6 de cada 10 casos) y la falta de tiempo (1 de cada 4).
Revolución Saludable liderada por Tartaglione es una propuesta para contribuir a la mejora del bienestar general. Se trata de un movimiento que invita a participar a otros profesionales de la salud y a la población en general con un mismo objetivo: incorporar al estilo de vida de cada uno hábitos saludables que se mantengan en el tiempo. A través de los medios de comunicación y las redes sociales, brinda recomendaciones prácticas e información calificada en función de los pilares del bienestar: alimentación, actividad física, manejo del estrés, hábitos tóxicos, salud en el trabajo, factores de riesgo y consejos para padres.
“Hoy, cuando los protagonistas de nuestra vida son el estrés, lo instantáneo, la comida poco saludable y el sueño escaso, Revolución Saludable surge como un espacio que invita a ‘bajar un cambio’ y comenzar a preocuparnos por nuestro cuerpo, que es el único que tenemos, priorizando las cosas realmente importantes para ser más felices. Con modificar algunas conductas, estamos muy cerca de disfrutar más de la vida”, afirmó el galeno.
“Las personas están hartas de que les digan lo que tienen que hacer. En líneas generales todos sabemos lo que es saludable y lo que no, pero falta generar motivación y allanar el camino explicando cómo llevar ese conocimiento a la práctica, teniendo en cuenta todos los obstáculos que debe enfrentar la sociedad actual: falta de tiempo, exceso de trabajo, el estar ‘enchufados’ a las nuevas tecnologías, la falta de recursos económicos, entre otros”, subrayó.
En ese sentido, los profesionales destacan que inclusive pequeños cambios en el estilo de vida influyen favorablemente y eso debe contribuir a sostener la motivación.
Objetivos medibles
Según pudo verse en la encuesta, los cambios más fáciles de sostener en el tiempo fueron realizarse chequeos de salud periódicos (lo logró el 90% que se lo propuso), disminuir el consumo de sal y de carne (81% y 79%) y moderar o dejar el consumo de alcohol (73%). Por el contrario, los más difíciles de sostener han sido dejar de fumar (39%) y dormir más de noche (53%).
Si bien en la encuesta se vio que 93% considera que la decisión de cambiar hábitos es personal, tres de cada cuatro (74%) coincidieron en que es difícil lograrlo si el entorno no acompaña.
Tartaglione expresó que “la motivación más fuerte para lograr cambiar un hábito es la propia: hay que ansiar dar un vuelco en la vida y comprometerse a llevar una vida más saludable. Por lo general, cuando el cambio está impulsado por miedo, presión, culpa o arrepentimiento es muy difícil que se sostenga en el tiempo”.
Asimismo, hizo hincapié en que cambiar hábitos en la adultez cuesta muchísimo más y por eso es clave comenzar a inculcar los hábitos saludables desde la infancia.
Igual de cierto es que “los mejores resultados se logran cuando el entorno contribuye. Si uno se propone comer mejor pero el resto de la familia pide con frecuencia delivery de pizzas y empanadas, resultará más dificultoso sostener los cambios”.
Los resultados del estudio ponen de manifiesto la necesidad de gran parte de la población de incorporar hábitos más saludables para tener una mejor calidad de vida. Existe una importante proporción de argentinos que cree que debe modificar alguna de sus conductas para lograr una vida sana, y otros que ya intentan llevar a la práctica acciones más saludables para modificar su estilo de vida.
“El beneficio a largo plazo es que estas medidas contribuyen a prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, que son causas severas de mortalidad y morbilidad”, agregó el especialista.
Asimismo, para aumentar las chances de tener éxito, en la propuesta se recomienda generar objetivos específicos y medibles -como “caminar media hora por día cuando vuelvo del trabajo”- y no objetivos ambiguos como “hacer más ejercicio”.
También aconseja trabajar para que las excusas se transformen en oportunidades: si no se cuenta con media hora de corrido para caminar, el objetivo puede adaptarse a dos bloques de 15 minutos o complementar con subir los pisos por las escaleras en vez de hacerlo por el ascensor.