Un trabajo de Cifra-CTA remarca que son escasas las oportunidades de inversión productiva, que los salarios no recuperaron poder adquisitivo -por lo que no mejorará el consumo-, que son elevados el índice de desempleo y el nivel de endeudamiento externo, todo lo que define como una encrucijada
Si bien el Centro de Investigación de Formación de la República Argentina (Cifra) reconoce que los primeros meses de 2017 muestran un leve crecimiento económico y la desaceleración de la inflación, advierte de que la situación económica es aún crítica y es muy probable que el ritmo de crecimiento y la inflación experimenten fluctuaciones de corto plazo.
Así, el instituto ligado a la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) detalló que el sector primario, los servicios, el sector financiero y la construcción, impulsada por la obra pública, explicaron el “cambio de tendencia”, en tanto que la industria disminuyó “el vértigo de la caída” y en mayo anotó la primera suba interanual después de 15 meses negativos.
Sin embargo, y más allá de esta “foto”, Cifra explicó que la “película” refleja la “escasa sustentabilidad del cambio de tendencia”.
“En primer lugar, el cierre de un conjunto amplio de acuerdos paritarios por debajo del nivel de inflación esperada indican que el consumo no será la variable decisiva para sustentar el crecimiento, máxime si se tiene en cuenta la elevación del desempleo por encima de 9% en el total del país, y de 10% en varios de los aglomerados más grandes”, se indicó.
“En segundo lugar, son escasas las oportunidades de inversión productiva en el marco del sostenimiento de altas tasas de interés, la apreciación cambiaria y la compleja situación internacional en la que resalta la crisis de Brasil”, se dijo y agregó: “Bajo estas circunstancias, los problemas en el sector externo se acentuaron en el marco del nuevo ciclo de endeudamiento, la valorización financiera y la fuga de capitales”, marcó el trabajo difundido ayer.
Al respecto, Cifra destacó que las colocaciones de la deuda externa del Gobierno nacional durante el primer semestre (US$33.948 millones) fueron similares al endeudamiento de todo 2016, “con el agravante de que la aceleración de las emisiones de corto plazo generó una carga de vencimientos de tal magnitud que, sumados a los preexistentes al gobierno actual (US$14.255), alcanzaron a US$29.429 millones en el primer semestre del año”.
Es decir, “las elevadas colocaciones de deuda externa en lo que va del año alcanzaron, principalmente, a refinanciar los vencimientos, lo cual es una expresión de la peligrosa ‘bola de nieve’ que se está generando”, se dijo.
Para Cifra, el escenario empeora si se tiene en cuenta que aún resta financiar casi US$16.095 millones de vencimientos en moneda extranjera en el segundo semestre; la fuga de capitales al exterior -“que superó con creces los US$6.000 millones en los primeros cinco meses del año, acelerándose recientemente”-, y que se registraron en los primeros cinco meses “considerables” déficit gemelos: un saldo comercial negativo de casi US$2.000 millones y un déficit fiscal financiero de casi $165.000 millones, en el marco de la duplicación del pago de intereses de la deuda pública.
“En ese marco, cayeron las reservas internacionales y se eleva el tipo de cambio, lo cual restringe las posibilidades de reducir las altas tasas de interés de las Lebac”, dijo Cifra y destacó: “Se expresa así el escaso margen de maniobra que tiene el actual planteo económico para evitar que los inversores privados dolaricen sus carteras y presionen aún más sobre el tipo de cambio. Al mismo tiempo, las altas tasas de interés alimentan la especulación financiera y la consiguiente fuga de capitales al exterior”.
“Se trata de una encrucijada inherente al proceso de acumulación en marcha”, finalizó.
Según Cifra
En el primer trimestre, el PIB tuvo un leve crecimiento interanual de 0,3%, es decir, prácticamente un estancamiento del nivel de actividad.
En los primeros cinco meses se advierte la dificultad de la economía para revertir la tendencia recesiva del consumo, lo que es consistente con la evolución de salarios reales que no recuperaron poder adquisitivo en la primera parte del año.