Galp, desarrollistaespecializada en solucionar gestiones inmobiliarias que no llegan a término, junto al estudio Eguía, lanzaron Distrito F, tres bloques de usos mixtos que aportan casi 50 unidades al mercado, sobre la calle Deán Funes al 900
Un abogado, un contador y un administrador de empresas unieron sus especialidades y conformaron una desarrollista, con la que además de encarar obras inmobiliarias pretenden dar soluciones a todo tipo de emprendimiento constructivo que, por diversas razones -legales, financieras o contractuales- se haya quedado a mitad de camino.
Se trata de Galp Inversiones, empresa que a lo largo de sus nueve años de vida ha asesorado varias gestiones de este tipo, experiencia que le ha permitido abordar su primera intervención de prinicipio a fin, con éxito: compró una construcción antigua y en desuso, la remodeló y la está comercializando con alto grado de aceptación en el público.
Así lo reveló a Comercio y Justicia Juan Pablo Cmet, uno de los socios fundadores de Galp, en el marco de la presentación de Distrito F, edificio de usos múltiples para el que se asociaron con el agente de la propiedad industrial Javier Eguía.
“Eran tres edificios que estaban en construcción, uno de departamentos grandes, otro de monoambientes y uno corporativo, lo compró una familia hace 20 años y luego tuvo una situación por la que no pudieron venderlo ni alquilarlo. Entonces quedó en desuso. Javier Eguía estuvo al tanto de la situación de los propietarios, nos presentó la oportunidad y comenzamos a analizar”, contó Cmet.
“Había muchas cuestiones que obstaculizaban la venta y nos pusimos a estudiar bien la parte de contratos para intentar destrabar la situación. Con este tipo de cuestiones nos enfrentamos a diario, con gente que no sabe cómo instrumentarlas o que por consejos de terceros abortan la idea. Por eso nos estamos especializando en ofrecer este tipo de soluciones y este caso es el primero en que pudimos intervenir de principio a fin: compramos finalmente la propiedad, que reestructuramos y lanzamos a la venta”, explicó.
Distrito F es un edificio de usos múltiples situado en calle Deán Funes 980. Cuenta con un bloque de oficinas de cinco pisos que da a la calle, otro bloque de 39 unidades, entre departamentos de un dormitorio y monoambientes, y otro residencial, con departamentos de tres dormitorios.
Se trata de una superficie total de 3.000 m2 cubiertos en la que se invirtieron $8 millones para remodelación y reestructuración del estilo.
La recepción del público
Según los integrantes de la empresa, la apuesta ha sido todo un éxito al punto que la mitad de la torre corporativa se ha vendido a Officenter, empresa especializada en servicio de Worksplace Resources para empresas internacionales. De igual modo, la mitad de las dos torres residenciales también han sido vendidas.
“Lo que tiene de particular, es que la construcción está hecha con código de edificación viejo, entonces son departamentos más pequeños, una alternativa que no existe en el mercado, con precios más accesibles y con una demanda que está a la vista”, aportó Javier Eguía.
Con buen tino, los asociados también supieron darle una impronta arquitectónica al emprendimiento, que lo puso en un lugar destacado como precursor en materia de revalorización de esa zona céntrica, un tanto abandonada en ese sentido. El proyecto de restyling, arte y reciclado del edificio estuvo a cargo del estudio de arquitectura de Pablo Dellatorre, destacado artista cordobés reconocido por su estilo de reciclado “vintage industrial” y su sello personal en la definición de la identidad de los espacios.
Es con todo, que el palier de la entrada de los tres bloques, bien se asemeja a las galerías comerciales de Güemes, Barrio Jardín y la calle Tejeda en el Cerro de las Rosas, donde el estudio de arquitectura Montevideo, con quien trabaja Dellatorre, ya ha dado sus primeros pasos.
“Este mix residencial, corporativo y de estilo vintage sienta precedente en Córdoba, queremos ser pioneros y extenderlo en otros emprendimientos en los que ya estamos trabajando”, adelantó el socio a Comercio y Justicia.
Galp Inversiones está constituida además por los socios Lucas Zunino y Ariel Bourguet. Hace nueve años nacieron en Córdoba y construyeron nuevo edificios, entre Alta Córdoba, Alto Alberdi y Nueva Córdoba. En éstos momentos avanzan con “Las Américas”, una de las torres más grandes, de 5000 m2 frente a Ciudad Universitaria. Desarrollan también un loteo en Santa Rosa de Calamuchita y avanzan con el lanzamiento de un housing en la zona norte de Córdoba.
“Con manejo de las cuestiones legales y contables, somos una empresa que administramos la inversión y el plan comercial, estamos en la miras de rescatar nuevos emprendimientos que han caído en crisis y desarrollarlos. Hay muchos casos de algunos que han tenido alta rentabilidad y crecimiento y luego se encontraron con problemas y necesitaron de otra estrategia financiera”, resumen los directivos parte del core business de su empresa, un servicio que en momentos en el que el mercado se depura, es altamente demandado.
Expertos en reactivar
“Generamos esta sinergia con el objetivo de hacer realidad este negocio inmobiliario innovador, que implicó reactivar un edificio completo en desuso en pleno centro y que todas las partes intervinientes en el negocio resultaran beneficiadas”, detalló Cmet.
Devolver a la ciudad
“El proyecto constituyó todo un desafío por tratarse de un mercado en el que siempre estuve interesado. Devolvimos a la ciudad un edificio totalmente renovado, sumando arte y estilo en el exterior y los interiores”, agregaron Eguía.
Aportes
Casi 50 unidades en desuso se pusieron en marcha en una zona donde la demanda de viviendas de menor tamaño es alta, al igual que la de oficinas corporativas.
El estilo arquitectónico vintage -que generalmente se aplica a galerías comerciales, muy usado en Palermo, Buenos Aires, fue volcado al mix residencial dotándolo de exclusividad. El palier aporta a esta zona céntrica un espacio destacado, que inaugura una tendencia en busca de la revalorización del centro cordobés.
Mix de innovación
Distrito F ocupa 3.000 m2 e incluye tres torres. La primera es corporativa, tiene 1.000 m2 de plantas libres en cinco pisos; la segunda está conformada por departamentos de ambientes integrados y de un dormitorio, de entre 25 y 40 m2 propios; y el tercer bloque se integra por amplios departamentos de tres dormitorios con dependencias de servicios. En total, el complejo posee 48 unidades.