La salida del plan de saneamiento por parte de Bancor pondrá fin a un derrotero que supo de desmanejos e impericias y cuya salida insumirá más de 20 años.
El Banco de Córdoba quedó fuera de encuadramiento a mediados de los años 90, incluso antes de la fusión con el ex Banco Social, ocurrida en marzo de 1998 durante la gestión de Ramón Bautista Mestre en la Provincia.
De acuerdo con los artículos 34, 35 y 35 bis de la Ley de Entidades Financieras, “la entidad que no cumpla con las disposiciones de este título o con las respectivas normas dictadas por el BCRA, deberá dar las explicaciones pertinentes, dentro de los plazos que éste establezca y presentar un plan de regularización y saneamiento”, señala el Nº 34.
La falta de presentación de ese plan habilitará a la autoridad monetaria a activar diferentes mecanismos y llegar, en caso extremo, a “la revocación de la autorización para funcionar”.
En el caso del Córdoba , según la propia entidad, “como consecuencia, entre otros aspectos, de las dificultades económico-financieras provocadas por la incorporación del ex Banco Social y el enfrentamiento con una estructura debilitada de la crisis del año 2001/02, se encontraba desde antigua data encuadrado en las previsiones del Artículo 34 de la Ley de Entidades Financieras por hallarse afectada su liquidez y solvencia, siendo sus principales debilidades las siguientes: baja calidad de su cartera crediticia; deficiencias en la valuación de los activos y pasivos; deficiente gobierno corporativo e incumplimiento de las regulaciones prudenciales establecidas por el BCRA, entre ellas una inadecuada capitalización, excesos a los límites en la posición global neta en moneda extranjera, excesos en materia de asistencia a clientes vinculados, fraccionamiento del riesgo crediticio y graduación del crédito y excesos en la relación de activos inmovilizados”.
Luego de diferentes presentaciones de un plan de encuadramiento, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) aprobó la última formulación el 16 de febrero de 2011.
El plan tiene como objetivo el fortalecimiento patrimonial de la entidad de modo tal de permitir el encuadramiento gradual en las relaciones técnicas de solvencia requeridas por el BCRA.
En ese marco, éste concedió al Córdoba “determinadas facilidades, sujetas al cumplimiento de limitaciones y condicionamientos. Asimismo, con fecha 26 de junio de 2012, la Superintendencia de Entidades Financieras resolvió aprobar determinadas franquicias y facilidades adicionales a las contempladas”.