La vinculación es necesaria no sólo en el comercio sino en las políticas, las plataformas y la infraestructura. Los expertos sostienen que “hay una oportunidad” para no perder y que hay que sumar el sector privado
El comercio y la cooperación internacionales fueron los temas que dominaron las discusiones de los 189 ministros de Finanzas y banqueros centrales asistentes a las reuniones de la primavera del hemisferio norte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). En paralelo, ambos organismos intentaron promover el diseño de políticas para que el crecimiento favorezca la equidad, pero todos los debates pasaron por el riesgo del proteccionismo.
“Existe un amplio consenso de que el proteccionismo dañará la economía mundial y en particular las economías involucradas”, aseguró el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, durante la lectura de los acuerdos a los que llegó el G-20, que este año preside el gobierno de ese país.
Ahí mismo, el gobernador del Banco Central alemán, Jens Weidmann, respaldó lo dicho por Schäuble, cuando les preguntaron si Estados Unidos coincidió con este sentimiento de grupo: “La mayoría destacó la importancia de los mercados abiertos y la cooperación internacional”.
El ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, fue matizando la posición de los países del grupo en el que también participan EEUU y México, entre otros: “Está en el interés de las naciones que prevalezcan siempre los principios básicos del libre comercio”.
En el mismo sentido se expresó una gran cantidad de delegaciones. Por su parte, el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, sostuvo la posición de que el FMI vigile los mercados cambiarios de manera que no se generen competencias desleales con sus exportaciones. Pero no habló mucho sobre la integración comercial, quizás lo necesario para explicar que es un objetivo que se encuentra “un escalón más abajo” que el de la necesidad de la economía de su país de que cree empleo y no lo destruya. Para el área económica latinoamericana, el debate es clave hacia el futuro, tanto que fue el tema elegido por la secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, cuando habló en el capítulo regional del Foro Económico Mundial (WEF-LA), celebrado a principios de mes en Buenos Aires. El actual contexto global es una oportunidad para fortalecer la integración regional, que debe promoverse en áreas específicas más allá del comercio, subrayó la ejecutiva internacional en el evento.
Ante un contexto económico y político mundial que presenta fuertes tensiones e incertidumbres, no es posible seguir haciendo las cosas de la misma manera, sostuvo Bárcena.
La funcionaria de la Cepal explicó que la inserción regional en el comercio global es muy baja -sólo tiene 6% de participación en las exportaciones mundiales, comparado con el 31% de Asia en desarrollo-, a lo que se suma el término del llamado “superciclo” de las materias primas y el hecho de que en la mayoría de los países latinoamericanos, menos de 1% de las empresas exporta. “Por eso, en la Cepal proponemos que hay que fortalecer la integración más allá del intercambio de bienes. Debemos avanzar en la facilitación del comercio, en la participación en cadenas de valor, en la integración de la infraestructura y la energía, así como en el área tecnológica y digital”, indicó Bárcena.
“Las alianzas público-privadas de segunda generación son clave para impulsar mercados digitales integrados a nivel regional y subregional en América Latina y el Caribe”, dijo.
Por supuesto, no hay integración comercial o política sin plataformas físicas y virtuales de acercamiento. Y añadió que el desarrollo de platafomas tecnológicas y digitales permiten fomentar la diversificación productiva, el crecimiento de la productividad y apalancar la cuarta revolución industrial con mayor escala, conexión, acceso y difusión de contenidos. “Las plataformas de las nuevas tecnologías de la información potencian este proceso. Esto mejora la competitividad de la región al modernizar redes de infraestructura y tecnología”, indicó la funcionaria internacional.
El otro punto, el de la infraestructura, se tocó especialmente en la reunión del FMI y el BM. América Latina y el Caribe deben invertir en la construcción de infraestructura de manera más eficiente, se subrayó en el foro conjunto, porque “éste será un poderoso motor para el desarrollo” de la región, que luego de seis años de desaceleración, para este 2017 recuperará el crecimiento, aunque en torno de 1,5%.
Como promedio, la región invierte 3% de su Producto Interno Bruto (PIB) en infraestructura, y algunos países -como Chile- hasta 4%.
De todas formas, el BM considera que esa cifra es baja en comparación con la del resto del mundo. La región del este de Asia y el Pacífico dedican 7,7% de su PIB anual al sector.
Uno de los participantes en la reunión, el secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Planificación de Brasil, Jorge Arbache, consideró que para conseguir mejores resultados no es necesario invertir más sino hacerlo con mayor eficiencia y foco.
“Mirando hacia el futuro, hay que concentrarse principalmente en todo lo relacionado con la economía digital, las telecomunicaciones, Internet y en la infraestructura de las áreas urbanas para que tengan mejores condiciones y agreguen valor y diversifiquen la economía”, dijo el funcionario brasileño.
Los especialistas también evaluaron el papel del sector privado en la mejoría de la infraestructura y consideraron que si se realizan inversiones que favorezcan la eficiencia y la resiliencia ante el cambio climático y el uso de las energías renovables, la región podrá ahorrar unos 23 mil millones de dólares al año.