Ya hay plantas con capacidad para producir en conjunto medio millón de litros mensuales en un futuro no distante. Mientras, abren nuevos bares. El caso de Antares
Javier De Pascuale – [email protected]
Decir que Córdoba no es sólo fernet con coca, hoy es casi un cliché. Sin embargo, había que ser valiente hace unos cuantos años atrás para lanzarse a invertir millones de pesos en el negocio de la cervecería artesanal en una escala que asegurara una tasa de retorno apreciable, dispersar la semilla de una cultura que -aunque de larga trayectoria en otras latitudes- carecía aquí de un público consumidor y conocedor de este producto.
Sin embargo, algunos lo hicieron, los brotes germinaron y hoy son varios los que buscan cosechar los dulces frutos que da un mercado en crecimiento, casi diríamos en pleno boom y que suma competidores.
Sólo en los últimos dos o tres meses, los cordobeses hemos visto emerger dos resto bares temáticos señeros en cervecería artesanal (Peñón y Antares, ambos en la zona del Cerro de las Rosas) y la ampliación de una planta de fabricación (Cassaro, sobre la avenida Malvinas Argentinas) que consolidan un presente de crecimiento en el rubro, pero que también conjugan en futuro los tiempos verbales usados por sus protagonistas.
Antares: alfabetizadores
Juan Manuel Pássera, responsable de la master franquicia de Antares para Córdoba, cuenta clarito esa historia. “Nosotros arrancamos con este proyecto en el año 2011, cuando Antares no era lo que es ahora, ni la cerveza artesanal era lo que es ahora. Desembarcamos en Nueva Córdoba el 19 de septiembre de 2012 con una misión: la de enseñar a la gente sobre cerveza, la de compartir nuestra pasión por la cerveza. Comenzamos a realizar cocciones en vivo con cerveceros locales, charlas de capacitación, etcétera. Capacitando a los empleados del local para que en cada atención instruyan, eduquen, alfabeticen en esta cultura, para ganar no clientes sino apasionados por la cerveza artesanal”. Casi en tono épico, cuenta que “fue muchísimo esfuerzo; solitos desde Nueva Córdoba. Tuvimos que esperar cuatro años para abrir nuestro segundo local, pero el éxito confirma que estábamos en lo correcto y nos anima a seguir. Hoy podemos anunciar que el año que viene estaremos en la zona de Güemes”. No hay stop para Antares, parece.
En el horizonte de esta franquicia está ampliar en la ciudad capital y avanzar en el interior provincial, en un caminar que se hace, aquí sí, stop and go, de un paso a la vez.
Una vez consolidado el local que está frente al Paseo del Buen Pastor, la firma realizó una importante inversión en la zona norte de Córdoba, en avenida Rafael Núñez al 4226. “Es un local más amplio que el primero, con una estética única y con la misma visión: transmitirle a la gente la cultura cervecera. Tiene lugar para 220 personas en 600 metros cuadrados, dos espacios al aire libre, una terraza adelante y un patio. Un lujo”, precisa el ejecutivo que revela ser originario de Alta Gracia (y este periodista no puede más que pensar en otra futura sede de Antares en la ciudad del Che).
¿Cómo funciona una cervecería de este tipo? “Contamos con ocho estilos de cerveza artesanal que están fijos en nuestras canillas todo el año; van de cervezas ligeras a cervezas más complejas con maltas tostadas, bien lupuladas como el caso de la IPA. Después, tenemos el estilo que lo llamamos “Cerveza de Estación” que varía según la época del año, cuenta con la “Playa Grande” para el verano, “Sudestada” para el otoño-invierno y “Caravana” para la primavera. La otra canilla que tenemos es la “Cerveza de Pizarrón”, que varía en el estilo de 50 a 60 veces al año; son cervezas que únicamente se publican en los pizarrones del local y duran sólo unas semanas. En total tenemos 12 canillas funcionando constantemente”, alfabetiza Pássera.
Esta compleja carta de bebidas (que no excluye el vino: “aquí no hay prejuicios”) va acompañada con una carta de comidas más simple, con platos que son elaborados también con las cervezas del local o que maridan con ellas. Lo más destacado: tapas, tablas de fiambres y quesos, ensaladas y postres. “Todas nuestras comidas se maridan con alguna de nuestras cervezas”, aseguran, pero recomiendan una en particular: las “papas Antares”, “una vez que las probaste las vas a querer pedir siempre”, dicen por lo bajo.
Antares no fue la primera cervecería artesanal cordobesa. O’Connors o Clarke’s estaban antes. Y la tradicional Cassaro (ver aparte). Pero su historia expresa un boom bien cordobés. Como el fernet.
Cassaro y Peñón: dos grandes que fabrican beer cordobesa
Corría el año 1984 y la democracia daba sus primeros pasos cuando don Adolfo Cassaro, junto a sus hijos Víctor, Adolfo y Gustavo adaptaron su fábrica de matafuegos para producir choperas de cerveza de uso familiar, ya que hasta ese momento sólo se producían barriles de gran capacidad.
Así comenzó a funcionar La Casa de las Choperas, cuya historia es la del país: para mediados de los años 90 del siglo pasado dejaron de producir porque era más barato importar y para comienzos de 2003 volvieron a fabricar, tras el cierre importador. La firma abrió su planta, creció y hoy la amplió para producir hasta la friolera de 20 mil litros diarios. Se alza sobre avenida Malvinas Argentinas y es la decana de las fábricas cordobesas de cerveza.
De todos modos, el furor por la cerveza artesanal y el desarrollo de este mercado obligaron a ampliar las variedades clásicas. “A las tres variedades que teníamos, que eran la pilsen, la stout (negra) y la red lager (roja), agregamos ocho más. La idea es responder a la demanda de un consumidor cada vez más exigente”, destacan en la empresa. Entre los nuevos sabores, están la golden ale (frutada), la cada vez más buscada honey beer (con miel), una variedad de green lager, una amond (con almendras), una roja fuerte (strong red ale) y dos variedades ahumadas.Peñón
Este diario informaba hace cuatro meses que Cerveza Peñón del Águila inauguró su planta en la localidad de Malagueño, donde espera cuadruplicar su producción en una primera etapa, para abastecer sus planes de expansión comerciales.
Dentro de este programa, la empresa pretende una mayor cantidad de puntos de venta y crecer con la red de bares Peñón Cervecería, el primero de los cuales ya abrió en la zona del Cerro de las Rosas y con un hermano menor que verá la luz próximamente en la nueva meca del consumo joven cordobés: barrio Güemes. La planta de Malagüeño ya ajusta sus tuercas para producir 60 mil litros mensuales, aunque su capacidad futura será de 200 mil litros.44 litros por año es el consumo per cápita de cerveza en la Argentina, contra un promedio de 25 litros de vino. Mientras éste pierde terreno con el tiempo, la cerveza lo gana.