“Si quiere ser justa, no tiene que perder de vista a los que menos tienen”, subraya José Luis Serrano, intérprete del adorable personaje de Traslasierra. Habla de vocación, de la necesidad de egresados con ética y confiesa que, si Jovita hubiera ido a la universidad, habría elegido Artes – Carolina Klepp – [email protected]
“¿Pa’ qué sirven los universitarios? ¿pa’ que sirve la universidad? La universidad debe tener las herramientas necesarias para desactivar y desmitificar todas las tentaciones que tiene el triunfalismo individualista que se plantea a partir de los éxitos personales. La universidad tiene que ser pensada para la patria”. Lo dice Doña Jovita y lo dice su intérprete, José Luis Serrano, en un anticipo de las reflexiones que expondrá en una charla sobre la utilidad de la universidad.
Análisis, llamados de atención y hasta la confesión de lo que habría estudiado Doña Jovita de haber ido a la universidad y lo que estudiaría Serrano si volviera a clases. Este viernes, en el marco del Día de la Solidaridad, hablará en un encuentro organizado por el Foro de Rectores Córdoba -que nuclea a las casas de altos estudios públicas y privadas- y Cáritas Argentina.
“Doña Jovita llevará ideas sobre esa gran inversión que hace nuestro país de mantener una estructura para la enseñanza. Una viejita, casi analfabeta, tendrá que discernir sobre la esencia del conocimiento. Ella no puede presumir de inteligente ni de conocedora, ella va a hablar desde la elementariedad que le dan las cosas sencillas de su entorno. Reflexionará sobre las vocaciones, sobre el llamado que uno siente, por ejemplo, cuando elige ser doctor en medicina. Uno tiene que visualizarse enteramente en el oficio, en la profesión”, describe Serrano quien encarna a una abuelita muy tierna y pobre de Traslasierras.
– Habla de que la universidad debe ayudar a superar los individualismos. Esto se observa claramente, por ejemplo, a la hora de generar nuevos conocimientos, en la investigación, que avanza gracias a lo que otros anteriormente estudiaron y descubrieron.
– En las investigaciones se nota mucho. Cuando hay investigaciones es para resolver algunas dificultades que tiene nuestra sociedad, como por ejemplo, en el urbanismo. No se puede construir de manera arbitraria sin pensar en el movimiento que va a generar el parque automotor en la vida natural y sana. Para tal, hay que prepararse y estudiar. Es muy tentadora la vanidad de colgar el título, el diploma y después, a la hora de los requerimientos que necesita el país como Nación -organizada para poder crecer, con una economía humana, sustentable-, no funciona. La universidad tiene que funcionar desactivando, desde el primer año, los triunfalismos que tienen que ver con un pensamiento capitalista de criar Superman, Batman o Pokemones.
– ¿Qué dirá Doña Jovita respecto de lo que podrían hacer los universitarios donde ella vive, en Traslasierras?
– Ella es víctima de los “progresos”, las víctimas son los pobres. Doña Jovita se quejaría del dique de La Viña, porque cuando se construyó no se hizo un estudio del impacto que iba a generar en la gente que, hace dos siglos o más, viven del cauce del río de los Sauces. A esa gente, las crecidas cíclicas le permitían prever cosechas seguras. Al poner el dique nos quedamos sin las crecidas y a la gente se le quitó el agua, algo fundamental. Y ¿de dónde vino eso? de gente de la universidad que no hizo estudios del impacto. La universidad tiene que largar gente con ética. La universidad no tiene que hacer negocios con los poderosos porque, en ese momento, se beneficiaron algunos con el agua que distribuyó el dique. Y los pobres perdieron porque, al no tener gente que los representara, que luchara por los derechos que tenían sobre las crecidas cíclicas del río, entonces quedaron desamparados y se beneficiaron pocos. La universidad, si quiere ser justa, no tiene que perder de vista a los que menos tienen.
Es muy loco que pidan que Doña Jovita opine, porque no va a opinar nada bueno sobre lo que ha hecho la universidad que se jacta de ser “universidad”.
En mi opinión personal, por otra parte, las universidades privadas a veces se pasan de mambo con su espíritu marketinero y se convierten, más que en centros de enseñanza, en verdaderos negocios, kioscos del “prestigio” que da tener un título.
¿Qué estudiaría Jovita?
– ¿A doña Jovita le hubiera gustado hacer una carrera universitaria?
– Cuando pienso en Doña Jovita enseguida me sitúo en las abuelas que tengo como referencia, entre ellas, una tía que tiene 84 años y el otro día fue la protagonista de La casa de Bernarda Alba (dicen que fue la más aplaudida). Es decir, si Doña Jovita quisiera estudiar algo, estudiaría alguna actividad artística. ¿Por qué? porque los más pobres, al discernir qué van a disponer de su vida, quieren mimarse con belleza y el arte es belleza. Si Jovita tuviera que estudiar algo, estudiaría eso porque va a ser la mejor manera de encontrarse con los otros, que es a través de la belleza, a través del arte. No se pensaría ella haciendo otro tipo de actividad.
– Y José Luis, quien cursó la carrera de Agronomía alguna vez, ¿piensa a veces en volver a la universidad?
– Si… a veces he pensado que podría ayudar haciendo Medicina, pero no en la medicina casada con el mundo del fármaco. Yo veo médicos que curan con su presencia en el campo, con su silencio y con un vaso de agua. Los médicos rurales que no están expresados. Hay médicos a los que les adornan la vida con regalos y viajes, y les hacen perder el objetivo primigenio de su misión. Hay médicos que están llenos de muestras gratis de medicamentos en sus bolsillo y que incluso ellos mismos están metiéndose químicos en el sagrado templo de su cuerpo.