La agenda urbanística global hoy avanza hacia un nuevo paradigma, contrario a la ciudad segmentada y desintegrada de countries y barrios cerrados. Ejemplos pilotos de algunas urbes que decidieron cambiar. Por Carolina Klepp – [email protected]
Hay nuevos criterios que comienzan a estar presentes e integrados en los proyectos de urbanistas y arquitectos que construyen las ciudades y desarrollan proyectos de vivienda. Se trata de criterios de la nueva agenda urbana global que se aprobarán en octubre próximo en Quito (Ecuador), durante la conferencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible “Habitat III”.
Un anticipo de ese encuentro se concretó en Córdoba, en el marco de las jornadas “Pensar la vivienda, vivir la ciudad”, organizadas por la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC, las cuales contaron con la presencia de Elkin Velásquez, director Regional para América Latina y el Caribe de ONU Hábitat. En diálogo con este medio, destacó los objetivos trazados para lograr ciudades más resilientes y sustentables.
– ¿Cuáles son hoy los principales ejes de la agenda urbana en el mundo ?
– Es una agenda que pretende que las políticas que tienen que ver con el desarrollo urbano sean integrales, no sean sectoriales. Por ejemplo, propendemos a que no haya políticas de vivienda aisladas de la política de desarrollo integral de la ciudad que tendría que incluir, más allá de la vivienda, otros temas relacionados con la movilidad, la seguridad y el medioambiente. Todo eso es posible a partir de una nueva forma, un nuevo paradigma de calificación de las ciudades. Planteamos que una ciudad más resiliente, más sostenible, es aquella compacta, conectada, incluyente e integrada.
– ¿Hay ciudades que pueden ser referentes en ese rumbo de desarrollo?
– Constatamos que en América Latina hay una tendencia a construir una ciudad segmentada, con countries, con barrios cerrados, una ciudad desintegrada de alguna manera. Ésta es una tendencia de hace 30, 40 años que se debe no sólo a una política de vivienda sino también a los proyectos inmobiliarios privados. No ha habido una concepción de ciudad integrada. Entonces, el paradigma que ONU Habitat promueve y propone en ese sentido es hacer exactamente todo lo contrario.
No hay una ciudad ejemplo en América Latina. Una ciudad se va construyendo a lo largo de los años, no hay una en particular que reúna todos los elementos que estamos mencionando. Pero sí es posible encontrar que hay algunos proyectos pilotos en algunas ciudades que están en la buena dirección del desarrollo urbano sostenible.
– ¿Cuáles son esas ciudades que sirven de ejemplo?
– Hay partes de Rosario, en Argentina, que han sido redesarrolladas siguiendo esta lógica de una ciudad más compacta, donde hay mezcla de usos del suelo, que no se separa completamente lo residencial de lo comercial o de otras actividades: han logrado buenos espacios públicos y hay mezclas de grupos sociales a través de una oferta variada de soluciones residenciales.
Otro ejemplo es Medellín (Colombia), que recientemente ha mostrado cómo encara algunos de esos criterios en villas, en áreas de alta vulnerabilidad. También se puede mencionar Quito (Ecuador), que desarrolló buenos proyectos de recuperación de espacios públicos en el centro, algo clave.
La ciudad de Panamá también ha mostrado buenos ejemplos en lo que ha sido el mejoramiento integral de barrios. Santa Tecla (El Salvador) ha desarrollado proyectos importantes de renovación urbana incluyente.
También Santiago de Chile, que manejó la norma de uso del suelo con mucho más mezcla de usos y mezclas de grupos sociales en el centro. Ahí la alcaldesa ha hecho un buen trabajo.
Hay buenos ejemplos en Brasil, como los es San Pablo, que ha configurado un plan de desarrollo urbano que integra todos estos criterios de que estamos hablando. También ha innovado en la forma de utilizar mecanismos de mercado para facilitar que haya oferta residencial de vivienda social en áreas centrales para que haya inclusión.
No hay una ciudad modelo, lo que hay es una serie de proyectos e iniciativas que está comenzando a utilizar los elementos de la nueva agenda urbana y que están ahí para inspirar a muchos otros intendentes y alcaldes.
– ¿Qué medidas se requieren para poder implementar estos criterios?
– Buena planeación y buen diseño urbano son tal vez de las más importantes decisiones políticas que puede tomar una alcalde o intendente para el futuro de la ciudad y comunidad. Definitivamente, se requiere liderazgo político y decisión política para conducir a la ciudad a una senda del desarrollo sostenible. Los actores que intervienen no sólo son el sector público sino también la participación del sector social y el sector privado.
Los universitarios hacen de Córdoba una “ciudad vibrante”
“No hay una segunda oportunidad para una primera impresión”, dijo el escritor y poeta Oscar Wilde. Cuando se le pregunta a Elkin Velásquez qué es lo que más le llamó la atención en las primeras horas de su visita a Córdoba, contesta: “El gran potencial de la ciudad en relación con la gran cantidad de estudiantes universitarios, eso me llama la atención. Eso la vuelve a Córdoba una ciudad vibrante y eso es algo que seguramente hay que aprovechar más en términos de cómo estratégicamente la ciudad se vuelve una centralidad en términos de innovación, de desarrollo científico”.
Y agrega: “Uno se pregunta ¿cómo esa universidad se integra más en el desarrollo de la ciudad, cómo tiene más influencia, cómo articulamos con el sector privado para mayor posibilidades de innovación?..”Finalmente, hizo hincapié en la gran importancia de planificar. “Diseñar bien la ciudad genera riqueza porque se genera plusvalía (en mediano y largo plazos) que, de acuerdo con la estructuración financiera, pueden ser traídas al presente.
Planificar bien la ciudad es una inversión porque toda la riqueza que genera la urbanización sostenible, bien tonificada, puede ser redistribuida para financiar de alguna manera las obras que sean necesarias. La vieja excusa de que no hay recursos ya no es una excusa, es necesaria la decisión política y la capacidad de estructurar muy bien las operaciones urbanas integrales que tengan en cuenta el diseño urbanístico y espacial”, concluyó.