El impacto de la crisis internacional de 2009 no deja de sorprender en los niveles de retracción de distintos sectores de la economía y el de los emprendedores no fue la excepción. El número de nuevos empresarios disminuyó en más de un 10 % en los países industrializados durante el año pasado. Así lo reveló el estudio de Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un análisis mundial llevado adelante por un grupo de expertos de la Universidad del Desarrollo (Chile), la Universidad de Reykjavik (Islandia) y el Babson College de Massachusetts (EEUU).
El informe indica que en América Latina no existe un patrón único y sus países presentan un porcentaje importante de “emprendimientos por necesidad” generada por la falta de empleo. En este segmento el caso más significativo fue el de Argentina, donde 48 % de los emprendedores manifestó que iniciaba una empresa porque no tenía opción laboral.
El promedio de la región es de 32% de empresarios por necesidad, uno de los más altos dentro los 54 países incluidos en el estudio de GEM.
“Es difícil relacionar esto con la crisis, aunque si hay un aumento en empresas por necesidad, también lo hay en oportunidades de negocio, como el caso de Chile, Brasil y Uruguay, que aumentaron sus indicadores”, señaló el documento.
Pese a las diferencias, “la cultura emprendedora se ha consolidado junto con el surgimiento de un escenario económico, social y cultural que ha permitido a muchos iniciar empresas y donde los gobiernos comienzan a considerarlas como fuente importante de creación de plazas de trabajo”, agrega.
En el plano general, los nuevos empresarios tuvieron dificultades para lograr apoyo financiero, especialmente de “inversores informales”, es decir, familiares o amigos.
Según Bill Bygrave, profesor de economía del Babson College, el monto del respaldo financiero en 33 países disminuyó de 400.000 millones de dólares en 2008 a 350.000 millones en 2009, lo que representa una disminución de 12,5 por ciento.
Para Kristie Seawright, directora ejecutiva de GEM, una forma de alentar la creación de nuevas empresas podría ser el desarrollo de fórmulas específicas para cada país, porque “representan el verdadero motor en la generación de empleos”.
Según el monitoreo, la mayor reducción en la creación de negocios ocurrió en Estados Unidos, donde fue de 24% en 2009. La encuesta indicó que a EEUU le siguieron Dinamarca (17%), España y Bélgica (12%), Alemania y Noruega (9%), Italia (7%), y Reino Unido (6%).
De acuerdo con el grupo, la menor creación de empresas tuvo origen en la existencia de normas rigurosas de protección del empleo.
“Aunque sugerir menos protección (contra el despido) parezca contraproducente en un momento de menos fuentes de trabajo, la legislación estricta aumenta el riesgo para nuevos empresarios que podrían generar nuevos empleos y para quienes podrían renunciar a su trabajo y establecer su propio negocio”, dijo Seawright.
El sondeo también indicó que la disminución en la creación de empleos ocurrió en cinco países de ingreso medio y que aumentó en cuatro: Serbia (40%), Croacia (25%), Perú (19%) y Rusia (18%). En Lituania aumentó 59%; en Colombia, 50%; en Chile, 31%, y en Hungría, 30%.
En los menos desarrollados, las nuevas empresas del tipo de pesca, silvicultura y minería se crearon como forma de procurar un sustento básico con escasas perspectivas de crecimiento.
La directora ejecutiva