El ex presidente uruguayo José Pepe Mujica estrenó el auditorio de Casa Naranaja. Habló sobre la república, la riqueza, las dos caras de la sociedad, la libertad, las drogas, el aborto y el bienestar. El protocolo y la jerarquía, signos de un republicanismo enfermo.
En su flamante auditorio colmado, Casa Naranja inauguró su ciclo de conferencias con el ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica, quien en una entrevista guiada por el periodista Miguel Clariá, dejó sentado, entre sonrisas y admiraciones, gran parte de su ideología, lucha e historia de vida.
“El republicansimo está enfermo; las repúblicas no aparecieron para suscribir en la historia del hombre de que nadie es más que nadie, de que el hombre es más que nadie. Vinieron por el hartazgo de la monarquía y el feudalismo, con la afirmación de que la democracia debe tender a la igualdad, el principio básico de los seres humanos”, comenzó el ex mandatario, tras haber sido indagado por su etiqueta del presidente “pobre”.
“Sucede que en nuestra propia cultura se tiende a cultivar actitudes sobre que lo jerárquico tiene que estar en lugar de lo normal; entonces aparece la alfombra roja, los soldados formados y el insoportable protocolo, un gastadero de plata inútil y gente cobrando un sueldo para no hacer nada; así, lo que debiera ser normal parece raro”, añadió.
“Y me pregunta esto del presidente pobre; pobre es el que precisa mucho, pobre es el que no tiene comunidad, el que no tiene cariño, el que no tiene gente, el que está solo, y entonces a mí me toca ir a contra mano y recordar ciertas cosas porque las he rumiado mucho”, remarcó.
“La pobreza la tiene aquel que cree que para vivir tiene que estar comprando cosas y pagando cuentas y se le va la vida. Y no se puede ir al supermercado y decir, dame cinco años de vida, el tiempo de nuestra existencia es la cosa más sagrada que hay”, enfatizó.
El ex mandatario dijo que prefiere cambiar la palabra “pobre” por “sobrio” en el sentido de vivir con lo necesario. “Cuando vas a comprar algo, no lo comprás con plata, lo comprás con el tiempo de tu vida que gastaste para obtener esa plata y no se puede malgastar el tiempo de la vida”, subrayó.
Igualdad
Respecto a empeñar el tiempo en ser feliz, fue consultado acerca de si valió el esfuerzo de ser presidente. En este punto, Mujica respondió afirmativamente, porque nació con la inclinación social de sentido de la solidaridad. “Dar me hace feliz, no el tener;ésta es mi forma de felicidad, para otro puede ser el pescar o el jugar al fútbol, lo importante es que los seres humanos tenemos un punto de partida, cada uno tiene su identidad y tenemos derecho a arrancar en un punto de partida común. Somo diferentes y, como tales, hay conflictos y, para ello, precisamos de la política, que es lo que hace viable la marcha de la sociedad”, graficó.
Libertad individual
“Hay un margen de libertad individual, no se puede pelear contra todo un sistema, hay un fuero de las cosas particulares que cada uno tiene que manejarlas como quiere, siempre y cuando no afecte a nadie”, dijo, dando lugar, por ejemplo, a la homosexualidad, un comportamiento milenario.
En forma seguida se expresó sobre el aborto: “A nadie le gusta el aborto, y mucho menos a la mujer que lo practica; si no la dejamos sola, la atendemos, la podemos convencer de que dé un paso atrás. No es pecado ser una madre soltera”, exclamó.
Liderazgo, representatividad y sociedad pendular
Sobre el liderazgo, “Pepe” Mujica indicó que las sociedades son cada vez más complejas y menos homogéneas, con lo cual las democracias tienen dificultades para representarlo todo.
“El sistema representativo no puede representar la cantidad de cosas distintas que hay en las sociedades; hay crecimiento de insatisfacción en la gente”, dijo.
Sobre la región de Latinoamérica, el ex presidente uruguayo dijo que la ve convulsa, bajo una historia vieja de dos caras que pertenecen a una misma moneda. “La sociedad pendula entre una cara conservadora y la otra que busca mitigar desigualdades. La primera multiplica los bienes y concentra las riquezas, la segunda trata de mitigar la desigualdad. La izquierda y la derecha no vienen de la Revolución Francesa, vienen de mucho antes, Jesús era de izquierda”, enfatizó.
Remarcó que es un dilema del hombre que siempre ha existido, aunque aclaró que cada uno contiene particularidades: el conservadurismo, cuando se vuelve reaccionario, se hace inamovible y llega hasta el fascismo. Por el otro lado, la izquierda puede caer en el infantilismo de confundir deseos con realidad.
“Que ninguna se crea que va a ganar, es una lucha permanente y hay que tener humildad estratégica para ver esto”, apuntó.
“Lo importante en política es no sentirse derrotado, porque la única derrota es cuando se deja de luchar”, añadió, para concluir que la única alternativa, es aceptar las diferencias y aprender de ellas “a caminar juntos por la política del diálogo”
Muy prolífico, el ex mandatario también sentó su reconocida postura sobre la legalización de la marihuana y la necesidad de “quitar” mercado al narcotráfico, dejando la clandestinidad de lado para pasar el consumo en manos de la prevención y la salud, si fuera necesario.