Por Federico Tessore*
Éstas suelen ser interesantes y algunas de esas empresas en estado inicial parecen prometedoras. Pero con el paso de los primeros meses, muchas de ellas pierden fuerza, se “desinflan” y terminan desapareciendo, arrastrando con ella los sueños y el dinero de la persona audaz que decidió emprender.
¿El motivo del colapso de esos emprendimientos?: malas decisiones de sus dueños. Algunas veces por inexperiencia, otras por desconocimiento del rubro. Pero son malas decisiones que culminan en un fracaso del emprendimiento.
Teniendo en cuenta todo lo que he visto en 12 años en el mundo dinámico y fascinante del emprendorismo, voy a repasar una lista de 10 errores que creo que uno no debería cometer para que su pequeño emprendimiento salga adelante:
1. Figurar en los medios de manera compulsiva. El cementerio de las startups está lleno de empresas que durante un tiempo ocuparon espacios en revistas, diarios y en televisión, con empresarios generalmente jóvenes y carismáticos, obsesionados por darse a conocer. Lo que sugiero es que antes de arrojarnos a los brazos de la prensa, es mejor que trabajemos muy duro puertas dentro hasta que estemos pisando suelo firme y bien seguro de lo que la empresa ofrece. Porque si nuestro emprendimiento tiene fisuras (casi todos las tienen en sus inicios) esa repercusión lograda nos va a jugar en contra.
2. Tirar la casa por la ventana. Existen dos formas de financiar un emprendimiento: con recursos propios o mediante inversores ángeles. Si los fondos salen de su bolsillo, los emprendedores suelen ser más cautelosos, invirtiendo lo mínimo al principio y escalonando los gastos de a poco. En cambio, cuando la financiación proviene de otros inversores, el escenario a veces se descontrola y el capital inicial se gasta sin un control exhaustivo, bastante por encima de las posibilidades de la startup. Por eso, sea cual fuere nuestra financiación, es necesario que no nos excedamos en los gastos.
3. No delegar absolutamente nada. Éste es un error muy común. Además de compartir el estrés y los recursos, contar con un apoyo es básico, no sólo por una cuestión de eficiencia, también por el intercambio de puntos de vista.
4. Lanzar la empresa con demasiados socios. Los emprendedores aún no lo saben, pero con el tiempo se darán cuenta de que un número excesivo de socios influirá negativamente en la toma de decisiones. Los expertos coinciden en que dos, a lo sumo tres cofundadores, es un número idóneo.
5. Enamorarse perdidamente de la idea. Generalmente, los emprendedores piensan que su idea es única y brillante. Puede que la idea sea genial, pero eso no es suficiente para triunfar. Puede que el mercado no esté aún maduro o que las previsiones de negocio estén alejadas de la realidad. Por eso saber virar a tiempo es una virtud al alcance de muy pocos, pero esa capacidad de cambio en plazos cortos es importante en los primeros pasos de una startup.
6. Hacer networking en exceso. Muchos empresarios se obsesionan por estar presentes en todos los eventos, sin ninguna estrategia concreta, descuidando otros aspectos de la empresa a costa de ofrecer una imagen irreal. Está muy bien que comencemos nuevas relaciones y hagamos contactos, pero también debemos preocuparnos en mantener un equilibrio entre el trabajo privado y la presencia pública.
7. No aceptar críticas. La comunicación es un movimiento de ida y vuelta, y para el buen funcionamiento de una compañía es imprescindible que los directivos sean permeables a las críticas constructivas. No es síntoma de debilidad sino de humildad y grandeza.
8. Dibujar los balances. Cuando la necesidad aprieta y una startup busca financiación de manera infructuosa, corre el riesgo de exagerar las cifras de crecimiento o facturación. Es un error que es imperativo que no cometamos, ya que a la larga nos traerá muchísimas complicaciones.
9. Creer que lanzar una empresa es fácil. Emprender no es sencillo. Conlleva trabajo duro y sacrificio. Los emprendedores deben estar mentalmente preparados para enfrentarse a diversas dificultades que irán surgiendo y eliminando cualquier pensamiento negativo.
10. Perder la paciencia antes de tiempo. La paciencia es una de las virtudes más preciadas en el mundo del emprendedorismo. En la actualidad, muchos negocios apuestan sólo por el crecimiento, ansiosos por acumular rondas de financiación y usuarios. Es otro tipo de impaciencia: la búsqueda del crecimiento puro. Es importante que esperemos un tiempo prudencial para ir avanzando de a poco. Nada se hace de la noche a la mañana.
*Fundador de Inversor Global.