Alcanzó a 5.580 pesos para una familia tipo en julio frente a 4.464 pesos de igual mes del año pasado. En el caso de la carencia severa, el límite fue de 2.415 pesos. La medición mostró así una desaceleración respecto al trimestre anterior. El índice es equiparable a la pobreza e indigencia que medía Indec.
Una familia cordobesa tipo necesitó $5.580 para no caer bajo la línea de carencia y de $2.415 para no ser considerado un carenciado severo, esto es ingresos 25% mayores que un año atrás.
El dato surge del relevamiento que realiza la Dirección de Estadísticas y Censos correspondiente al trimestre julio-septiembre, que sirve como parámetro para la determinación de los beneficiarios de planes elaborados desde el Ministerio de Desarrollo Social.
La medición para una familia de cuatro personas utiliza una metodología vinculada con un parámetro de ingresos a diferencia de la medición discontinuada por el Indec para el cálculo de la pobreza e indigencia, basada en una canasta de bienes y servicios.
Con todo, ambos indicadores pueden resultar compatibles, particularmente ante la falta de un medición de la pobreza por parte del organismo estadístico.
De cualquier manera, la Provincia sólo difundió los datos del límite de ingresos para carencia y carencia severa pero no informó la cantidad de personas u hogares que se encuentran bajo esa línea.
De hecho, ese dato -al que se llega a partir de información de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec- sólo fue difundido al momento de presentarse la medición, en abril de 2014, sin que luego se conocieran nuevos parámetros.
En aquel momento, con datos del cierre de 2013, el límite de la carencia era de 4.129 pesos para una familia tipo de cuatro miembros. Concretamente, ese ingreso dejaba bajo la línea de carencia a 71.454 familias, esto es 15 por ciento de los hogares del Gran Córdoba. De esa cifra 19.316 eran carenciados severos.
Por el contrario, para el Indec, los hogares pobres eran 21.013 y los indigentes, 6.686, de acuerdo con las últimas cifras informadas, antes de discontinuar la difusión de datos. En rigor, la canasta de Indec se elabora para una familia de 3,09 miembros.
Como fuere, el nuevo límite fijado por la Provincia es 25 por ciento mayor que el de un año atrás y muestra una desaceleración respecto al trimestre pasado.
De hecho, en el trimestre abril-junio, la línea de carencia era de 5.348 pesos y de 2.314 pesos para la línea de carencia severa.
Esos valores eran 29,5 por ciento mayores a los registrados un año atrás.
Por lo demás, la suba de 25 por ciento interanual registrada por la Dirección de Estadísticas y Censos, puede compararse de manera indirecta con el movimiento de precios observado en ese período.
De acuerdo con los últimos datos oficiales a mayo pasado, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional urbano (nu) mostró una variación interanual de 15,3 por ciento.
En tanto, la denominada “inflación Congreso”, que relevan consultoras privadas y que difunden los bloques opositores en el Parlamento nacional, mostró en los últimos 12 meses (mayo 2015-mayo 2014) un alza de 27,9 por ciento.
De todas formas, todos los indicadores, entre ellos la canasta que mide el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (ver aparte), muestran una clara desaceleración de precios en los últimos meses.
En ese marco, con la salvedad de que la mayoría de los carenciados y -principalmente- los carenciados severos seguramente no tienen empleos en blanco y por consiguiente no pertenecen a ninguna rama de actividad, las paritarias cerradas este año se ubican todas por encima de 25 por ciento medido por la Provincia, luego de la referencia de 27,8 por ciento con que acordaron la mayoría de los gremios importantes en el país.
Método de cálculo
La medición que fija el límite de carencia y carencia severa comenzó a aplicarse por parte de la Provincia a comienzos de 2014. Se trata de un método indirecto de medición a partir de datos relativos como ingresos.
El cálculo parte de tomar la “mediana” del ingreso total familiar per cápita. El concepto de mediana es el valor equidistante entre los dos extremos de los ingresos informados por la EPH.
Para el caso de carencia, se toma 75 por ciento de esa mediana y, para carencia severa, 25 por ciento.
Ese monto es el valor del ingreso per cápita. Para una familia tipo de cuatro miembros (dos adultos mayores) se toma un coeficiente, que para la carencia severa es 74 por ciento por individuo extra respecto del ingreso tomado como base.