sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

FIFA, corrupción y globalización

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La corrupción no es un fenómeno nuevo. Históricamente no encontramos ningún Estado en el que la corrupción no se haya hecho presente, al menos mínimamente, ni régimen político carente de corrupción -al menos en algún nivel- ni actividad pública o privada que se encuentre exenta de sus efectos. Por Luis Carranza Torres* y Carlos Krauth **

Si bien la corrupción siempre existió, por efecto de la globalización, en la actualidad se ha transformado en un fenómeno transnacional de gran magnitud. Esto ha generado que no sean pocos los que, como la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal de Naciones Unidas, afirmen que en la actualidad podría haber niveles tan altos de corrupción como jamás antes ocurría.
Es que en la era de la globalización, la corrupción también se ha puesto a tono con el fenómeno. No pocos de los resultados monetarios de tal práctica en el tercer mundo se hallan en bancos del primer mundo. Las más inconfesables o “flojas de papeles” en poder dar explicaciones públicas prefieren, por su parte, aquellos paraísos fiscales en que el rastro de quien finalmente se quedó con la “tarasca”, permanece con mayor misterio que una desaparición en el triángulo de las Bermudas.

El último de estos casos de “corrupción global” es el escándalo suscitado en la FIFA. Todo comenzó el pasado 27 de mayo, cuando un un grupo de personas vestidas de jean y camperas ingresaron al lujoso hotel “Baur au Lac” de Zurich y, tras identificarse como miembros de la Polizei suiza, procedieron a detener a varios dirigentes de la FIFA que pernoctaban en ese hotel, con vistas a tomar parte dos días después de la elección del presidente de ese organismo que rige el fútbol mundial. De las diez órdenes de arresto que los tribunales suizos emitieron en virtud de un pedido de extradición de la justicia de Estados Unidos, tres son pertenecientes a argentinos: Alejandro Burzaco, Hugo Jinkis y Mariano Jinkis.
Al otro lado del océano, en los tribunales del país de los dólares, bien ganados o mal ganados, se los espera con la fiscal General a la cabeza, para enjuiciarlos en un tribunal federal bajo cargos de fraude, chantaje y lavado de dinero. Una múltiple calificación delictiva que hace muy difícil salir bien librado de todas.

A pesar de las discusiones en cuanto a la corrupción, sobre su origen o causas, lo central -cuando se quiere analizar este fenómeno- es, como dice Jorge Malem, que “la corrupción es un modo de actuar, un instrumento, una herramienta que permite alcanzar determinados objetivos de otra manera inalcanzables o más costosos”. Es decir, la corrupción es el medio usado para alcanzar determinado fin, por ejemplo obtener un cargo, un lugar social, un beneficio económico o de cualquier otro tipo, lo que hace que, cuando se consigue el fin buscado, la corrupción constituya una actividad exitosa y lamentablemente en muchos casos, una herramienta eficaz a pesar de su inmoralidad.
Corolario de ello es que el erradicar las prácticas corruptas no pasa tanto por un problema “moral” sino por pergeñar instrumentos que le hagan perder su eficacia. Es decir, priven al que la lleva a cabo de conseguir ese resultado apetecible que lo ha llevado a delinquir.
Pero, quizás, la globalización que ha permitido ese fenómeno, también sea la que proporcione su solución. Y esto sea particularmente aplicable en el tema del escandalete de la FIFA. Pero eso lo dejamos para explicarlo la próxima semana.

* Abogado. Doctor en Ciencias Jurídicas. ** Abogado, magister en Derecho y Argumentación Jurídica

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