La creación audiovisual local crece desde el año 2010. Se han rodado en Córdoba una veintena de films, entre ficción y documentales. Una película chica cuesta $200 mil. El desafío para consolidar la industria es mejorar su distribución en el exterior.
El cine cordobés es una industria que se viene consolidando año a año. Su despegue fue allá por 2010, cuando se difundieron los estrenos que sorprendieron a más de uno: De Caravana, Hipólito y El invierno de los raros.
Lo cierto es que desde que un grupo de artistas audiovisuales, formado en Córdoba y silenciados durante la época militar, decidió “abrir la olla a presión” en el año 1983 y recorrer los cauces necesarios para el despertar de esta industria en Córdoba, la producción local de películas y documentales no se ha detenido.
De acuerdo con lo precisado por Rosendo Ruiz, director de De caravana y miembro de la Asociación de Productores Audiovisuales de Córdoba (Apac), desde ese momento hasta la fecha, más de 20 rodajes -entre ficción y documentales- se han producido en Córdoba.
“El año pasado fue un excelente año para la industria local, hemos lanzado más de siete películas entre las cuales se cuentan El grillo, Tres D, Último Verano, Una noche sin Luna, Atlántida y además, hemos trabajado mucho en la presentación del proyecto de ley provincial de fomento audiovisual”, contó Ruiz.
Este año, el cine cordobés redoblará su apuesta y, según adelantó Ruiz, en carpeta se están proyectando al menos diez películas.
El futuro es alentador y se sostiene nada menos que en la la fuerza intrínseca de un sector capacitado y emprendedor: “Las escuelas de cine en Córdoba, la fibra artística y el impulso de muchas productoras locales que han presentado a la Agencia Córdoba Cultura, allá por el año 2010 el primer concurso del Incaa, destapó la olla que venía presionado para que naciera este espacio de creación local”, contó Ruiz.
El proyecto de Ley Audiovisual Córdoba que propone fomentar la producción, distribución, formación del público y la creación de una “Film Comision” (entidades públicas al servicio de la filmación de una película-policías, inspectores de tránsito y permisos municiaples-), será de gran ayuda para la consolidación del sector.
El desafío
Las producciones locales hoy son solventadas de manera independiente en algunos casos pero, en la mayoría, se financian con subsidios del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) que se consiguen por concursos. “Cuando es de manera independiente, todavía es muy a pulmón, no alcanza para los honorarios de los artistas”, dijo Ruiz, quien calculó que para rodar una película “chica” se necesitan por lo menos, $200 mil, presupuesto que alcanza para los costos y sueldos de pocos actores.
“Los subsidios nos sirven para costear la producción y escasamente para pagar sueldos, aún no vemos ganancias como para volver a reinvertir. El desafío es poder vender las producciones en el exterior y mejorar la distribución”, contó. En este punto, es cuando se espera la acción del gobierno provincial, quien por medio de la Agencia Córdoba Cultura había anticipado la intención de colocar un stand en las ferias mundiales de cine para promover la industria local.
“Se realizan al menos siete festivales de cine a escala mundial, son vidrieras de las producciones al mundo, allí es donde nos daríamos a conocer y dónde podríamos colocar nuestras obras en otros mercados”, graficó Ruiz.