Familiares y amigos de las víctimas de la trágica explosión de la ambulancia del Servicio 107 en la que murieron dos policías y dos empleados del servicio de emergencia municipal protestaron ayer frente al edificio de Tribunales II para pedir justicia, al cumplirse 35 meses del episodio, ocurrido el 26 de setiembre de 2006 en la ciudad de Córdoba.
La protesta apuntó a reclamar la agilización de la causa, que hace más de un año se encuentra en el Juzgado de Control Nº 6 a cargo de Agustín Spina Gómez, luego de que la fiscal de instrucción del Distrito 2, Turno 2, María Mercedes Balestrini, elevara a juicio el caso.
Cabe recordar que en total son siete los imputados, tres de ellos funcionarios municipales. Entre los acusados se encuentran los empresarios de la carrocera “Vallé”, Ricardo Alberto y Omar Alfredo Vallé, así como el director de industria de la empresa y el ingeniero encargado del área de calidad de la firma, Víctor Sciencia y Hugo Cerezo, respectivamente, todos considerados como responsables de homicidio culposo y lesiones culposas.
Entre los funcionarios municipales fueron imputados Pablo Olmos y Carlos Navarro, quienes se desempeñaban como jefe y subjefe del área de logística del Servicio municipal 107, y Claudio Marcelo Gómez, ex titular de Emergencias de la comuna. Los tres fueron acusados de homicidio culposo, lesiones culposas y e incumplimiento en los deberes de funcionario público.
Según la información a la que accedió Comercio y Justicia, en los próximos días el juez Spina Gómez ya tomaría una decisión que permita confirmar o no la acusación referida.
Causas
La explosión, que terminó con la vida de cuatro personas, ocurrió cuando un patrullero del CAP del Distrito 3 de la Policía se dirigía a barrio San Vicente, donde se registraba un tiroteo. Al lugar concurrió también la ambulancia y según se desprendió de la instrucción que inició en una primera instancia el ahora juez de Control, Gustavo Reinaldi, la causa del accidente fue consecuencia de una combinación entre graves falencias en las instalaciones eléctricas y la acumulación de gas medicinal, sumados a deficiencias en la ventilación del vehículo .
En la pericia, los técnicos revelaron que los tubos de oxígeno tenían pérdidas, los sistemas de ventilación no funcionaban y las instalaciones eléctricas distaban mucho de ser las óptimas. Así fue posible que la ambulancia se incinerara en menos de cinco minutos, llegando a una temperatura de más de 2.000 grados, efecto alcanzado por la propagación del oxígeno.