Esteban Ways es licenciado en Comunicación Social y, desde 2004, trabaja en distintos centros de salud realizando talleres de radio. Esta práctica abre espacios terapéuticos no convencionales para personas con dolencias subjetivas.
Luz Saint-Phat – @LuzSaintPhat
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A menudo, una palabra oportuna abre mundos y transforma realidades. Muchas veces, también crea una grieta en los muros de silencio que aíslan, segregan e imposibilitan.
Sobre estas posibilidades que otorga el mundo simbólico transitan los talleres que ofrece desde 2004 Esteban “el Chino” Ways en distintos dispositivos de salud mental de la ciudad de Córdoba, con el objetivo de promover la creación y el cuidado de sí mismos de los sujetos que sufren distintas “dolencias subjetivas”, según especificó el entrevistado en conversación con este medio.
La casa de medio camino Acto Analítico, ubicada en la avenida Rafael Núñez de la ciudad de Córdoba, es uno del los lugares donde el comunicador desarrolla su tarea. Comercio y Justicia se acercó para dialogar con él y con los talleristas, quienes contaron su percepción sobre la experiencia y sus proyectos a futuro.
– ¿En qué consiste la tarea que desarrollás con los talleres de radio en relación con la salud mental?
– En particular, esta radio –la Radio Feroz Divertite– nació con el dispositivo de esta casa de medio camino, en el marco de la implementación la nueva Ley de Salud Mental nacional. Desde 2004 trabajo en diferentes dispositivos de salud, siempre haciendo radio. Lo que hacemos es construir herramientas para poder acompañar desde la comunicación a las personas con dolencias subjetivas. En particular, la radio funciona con toda la potencialidad de un medio de comunicación y lo más interesante es que muchas veces es una terapia. El diseño que tenemos para los talleres posee dos partes: una que es el vivo, que en Radio Feroz es lo que hacemos todos los jueves de once a una; y la otra parte es la edición.
– ¿Cuáles son los principales aportes de la comunicación como terapia al proceso de sanación de las personas?
– Me parece que este tipo de actividad es humanizadora y devuelve las personas al lugar de sujetos. El trabajo con la radio devuelve también un lugar de felicidad, de alegría. Intentamos hacer eso, construir de nuevo una partecita de la vida que muchas instituciones por las que han pasado todas las personas que están acá se han llevado. Muchos de los chicos que se alojan en la casa de medio camino han pasado por cárceles, manicomios y han sufrido algún tipo de violencia institucional. Nosotros tratamos de transformar toda esa potencia –que la violencia ha sesgado– en algo de alegría.
– Este proceso creativo que realizás con la comunicación también se vincula con otros tipos de talleres, como los que se están realizando actualmente en el Neuropsiquiátrico…
– El arte en la salud siempre ha tenido un lugar de liberación, de práctica emancipadora. Y la radio tiene más potencial desde lo creador, ya que es un medio de comunicación. En ese cruce entre el arte y la comunicación me parece que justo están las cosas que tienen que ver con la libertad de poder expresarse, está la libertad de expresión. Y ese lugar ha sido históricamente puesto a un costado para todas las personas con dolencias subjetivas. Siempre se ha trabajado en un paradigma del loco como improductivo, el loco como peligroso o locuaz o chistoso.
– En el marco de este trabajo que estás realizando ¿qué evaluación hacés sobre la implementación de la Ley de Salud Mental?
En el marco de la nueva ley, se posibilita este tipo de dispositivos como la casas de medio camino que son “desmanicomializantes”, es decir, tienden a una práctica del cuidado de sí mismo. Ése es el concepto de Foucault del libro Hermenéutica del Sujeto que trabajamos todo el tiempo y en concreto con los chicos. Aun así, hoy todavía hay una hegemonía de un sistema de manicomios y en ese camino creo que no se ha puesto funcionar el presupuesto que la ley indica.
Escuchar y dar la palabra
– “En la radio contamos cosas, agarramos un libro y lo leemos en el micrófono. Todo me gusta. Cuando escuchás las voces de las otras personas, los mensajes que manda la gente. Ellos dicen que les gusta el programa de radio” dijo uno de los integrantes de la Radio Feroz Divertite.
– “A mí me gusta la radio porque nunca conocí una tan de cerca. Me gusta porque estamos todos juntos, porque la otra vez leímos un cuento y bajamos un tema de folklore. También me gustan los saludos que manda la gente”, dijo otro de los locutores del programa semanal que emiten desde la casa de medio camino.
– “Cuando empecé con la radio no me gustaba. Después me di cuenta que esto me divierte porque estamos todos juntos”, dijo una de las señoritas que vive en Acto Analítico al ser entrevistada por Comercio y Justicia.
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