Autoconfianza, innovación, necesidad de logros y percepción de los propios límites son competencias claves que necesitan desarrollar los emprendedores.
Luz Saint-Phat – @LuzSaintPhat
[email protected]
¿El hecho de que un emprendimiento sea exitoso depende sólo de una buena idea de negocio, o también se ponen en juego factores psicológicos? ¿Todos los seres humanos estamos preparados para desarrollar nuestro propio emprendimiento? ¿Es posible implementar algunas técnicas que nos permitan mejorar el desempeño de un proyecto laboral propio?
Estas preguntas que los emprendedores suelen formularse al comienzo y en el transcurso de su proyecto pueden encontrar respuestas en una rama de la psicología.
Mariela Demaría, psicóloga y parte del equipo del Servicio de Psicología Económica de la Facultad de Psicología de la Universidad de Córdoba (UNC) conversó con Comercio y Justicia sobre las competencias que necesita desarrollar un emprendedor y sobre cómo es posible medirlas y ejercitarlas.
-¿Existe un perfil psicológico característico de un emprendedor?
– Lo que podríamos decir es que existen competencias emprendedoras que nos permiten identificar y fortalecer algunos aspectos en los emprendedores y en la gente que quiere tener un emprendimiento. Aunque es importante tener en cuenta que, en estos contextos en los que aumenta el desempleo, el emprendedorismo surge como una salida laboral o proyecto de vida que hace que las personas encuentren su satisfacción personal y laboral; y no todas las personas somos emprendedoras. Hay personas que emprenden por necesidad y otras que lo hacen por convicción. Así, poder reconocerse como emprendedor implica también reconocer algunas de las competencias que son necesarias.
– ¿Cuáles son estas competencias?
– Teniendo en cuenta la escala de Robinson, hay cuatro competencias que los emprendedores o los aspirantes pueden tener en mayor o menor grado de desarrollo. En primer lugar tenemos la autoconfianza, es decir, la disposición a creer en uno mismo, a confiar en el propio potencial. Es una de las principales competencias porque no sólo ayuda en el comienzo del emprendimiento sino también tiene que ver con el sostenimiento a largo plazo. Está relacionada con enfrentar las dificultades que van surgiendo en el proceso. Luego también está la innovación. Todo emprendedor tiene que ser creativo, aportar ideas o un valor original a su emprendimiento, porque justamente es lo que hace que el proyecto pueda tener salida al mercado y al consumidor. Por otro lado, tenemos también la necesidad de logro que tiene relación con el empuje o esas ganas que llevan al emprendedor a sortear las diferentes dificultades y obstáculos, que permite tolerar las frustraciones. Por último, se trata del locus de control, algo muy interesante para que lo asociemos al emprendedorismo y a la necesidad que tiene el individuo de poder pensar en sus propios límites y de reconocer la necesidad de que otra persona o institución externa pueda marcar errores y fortalezas.
– ¿Cómo se realiza la medición de estas competencias? ¿Se trata de un cuestionario autoadministrable?
– El sondeo de las cuatro competencias se puede hacer mediante un cuestionario autoadministrable, pero sugerimos que la interpretación de los datos la realice un profesional psicólogo. Yo considero que una de las mejores herramientas que está validada en el país y que también se utiliza en España y en Estados Unidos es el cuestionario que se llama EAO (Entrepreneurial Attitude Orientation Scale). En el servicio de Psicología Económica lo hemos podido implementar desde 2009 y con este instrumento podemos asesorar a los emprendedores.
– ¿Qué otras herramientas o consejos se les pueden brindar?
– Me parece que los emprendedores, en algunos casos, son muy exitistas y creen que su idea es la mejor y que van a poder sortear todos los obstáculos del mercado y de la competencia, pero en el camino se tropiezan con dificultades y recuperar la confianza es todo un tema. Muchas veces, personas que realmente tienen competencias emprendedoras pero no han desarrollado todas de manera equilibrada tienen repercusiones negativas en su salida laboral y en su trayectoria de vida. Por eso, en el servicio de Psicología Económica apuntamos a que el emprendedor pueda sostener los proyectos y pueda contagiar su compromiso para que otros se sumen a su iniciativa. Para sostener un emprendimiento hay que estar preparado psicológicamente y también hay que tener la capacidad de estar abierto hacia otros, porque generalmente los proyectos necesitan de la participación de más de un emprendedor.
– ¿Cómo definirías el perfil ideal de un emprendedor para los tiempos actuales?
– Yo creo que el emprendedor ideal tiene que tener un equilibrio de las cuatro competencias y también tiene que dejarse acompañar en el camino. Me parece que es importante poder entender que la lógica para el sostenimiento de un proyecto emprendedor exitoso está relacionada con la capacidad para pedir ayuda. Si bien no hay que perder de vista el proyecto, el objetivo y la meta que uno quiere construir, es importante estar abiertos para cambiar el rumbo en el camino y tomar la mano de otros emprendedores que pueden aportar valor.