Pan Plano imita, en sus pizzerías urbanas de Córdoba,los rincones italianos, sus calles, su horno de barro, con juegos y aroma a masa de origen. El estudio Pigmento Experimenta es el encargado del diseño de la primera franquicia, en la cual el interiorismo y la iluminación juegan un rol preponderante
Pan Plano es una cadena de pizzerías urbanas que además de traspolar las recetas originales de la masa italiana, transporta al espacio exterior, una estética italiana plagada de calidez y recuerdos.
“Una plaza seca en torno a un árbol acompañada de sus entrañadas calles europeas, un protagónico horno de barro y diversos juegos de materiales cálidos dan lugar a una atmósfera italiana en este singular formato de pizzería urbana”, resumen las arquitectas, Sofía Asan y Manuela Madruga, diseñadoras de la primera franquicia de Pan Plano, inaugurada semanas atrás en barrio Urca de la ciudad de Córdoba.
“Para todos aquellos fanáticos de la buena pizza, la pizza aquí, il cuore en Italia”, es el lema de la marca, con el que el estudio Pigmento Experimenta diseñó una original ambientación, centrada en la cultura italiana, emulando sus calles, colores y materiales.
El restaurante, ideal para la familia, los amigos y el público en general que desee contar con una nueva opción para salir a comer, abrió la semana pasada en la calle Emilio Lamarca 4135, Mediland Village (ex Campo Paddle). Es un espacio de 190 m2 con lugar para 120 comensales.
Punta de lanza
El nuevo local es la primera franquicia de Pan Plano, que ya cuenta con dos locales propios, uno en barrio Jardín y otro en Nueva Córdoba, que fueron diseñados por MF Arquitectura, a cargo Ignacio Mainardi y Mateo Facello.
Es el primer paso de su plan de expansión, que tiene como metas abrir tres locales más antes de fin de año y llegar a las 15 sucursales en dos años, según adelantó uno de sus fundadores de la marca, Francisco Tillard.
“Tenemos la idea de no llegar adonde ya existen polos gastronómicos sino de desembarcar con nuestra marca en zonas donde puedan generarse polos. Venimos con una propuesta de restaurante para la familia, para parejas y grupos de amigos, donde la comodidad, la iluminación, los espacios amplios se ajustan a los gustos de todas las edades”, explicó.
La mira está puesta en ciudades del interior, desde donde han manifestado interés empresarios de Río Cuarto, Jesús María y hasta en otros barrios de la propia ciudad de Córdoba.
Asimismo, proyecta su desembarco en otras ciudades del país como Salta, desde donde también han recibido consultas.
Para instalar una franquicia de estas características, la inversión mínima para una superficie de 120 comensales es de $1.700.000, según apuntó Tillard con base en la ficha técnica.
La propuesta de valor de la marca no es sólo la estética lograda con calidez y ambientación sino el servicio, el producto y el management, que respalda el negocio y su crecimiento futuro.
Historia de Pan Plano
“Y los soldados tomaron ese Pan Plano y lo coronaron con hierbas, especias, ajo y cebolla”, reza el refrán que activó recetas desde el año 521 a.C, cuando la pizza iba tomando forma.
Los panes planos y las preparaciones fundamentadas en ellos, como la pizza, son típicos de las cocinas mediterráneas. La pizza es una de las comidas rápidas más internacionales, que se ha extendido desde Nápoles al resto de Italia y después al mundo, debido quizás a la gran inmigración italiana.
De esta forma nació Pan Plano, como un despositario de relatos de personas que volvían de Italia “fascinadas” con las callecitas pintorescas y las costumbres de ese país.
“La idea fue crear un concepto que recreara de forma integral estar en ese lugar por una noche. Por eso creamos la mejor masa y decidimos que sea en un horno a leña que le aporta un toque único y de calidad a nuestras pizzas. Para acompañar esa recreación se le aporta buena música, vestimenta y aromas que cierran el concepto. A la pizza la adaptamos al paladar argentino y confiamos mucho en el producto ya que se encuentra en crecimiento constante en nuestro país”, resumió Tillard.
Por su parte, Pigmento Experimenta, a cargo de las arquitectas Sofía Asan y Manuela Madruga, es el estudio amplía los límites del diseño y se centra en espacios interiores, muebles e iluminación personalizados. La búsqueda constante por el diseño integral es el núcleo de lo que define su estilo, según sintetizan sus mentoras.