En un fallo dividido, la Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba habilitó el estudio de ADN para determinar si un chico que vive cerca de Alta Gracia es hijo de Marita Verón, la joven secuestrada en 2002 por una red dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual.
Así, los camaristas rechazaron el planteo de la defensora María Mercedes Crespi, quien se oponía al estudio. Crespi adelantó que apelará la decisión judicial.
La medida, solicitada semanas atrás por el fiscal Gustavo Vidal Lascano, fue autorizada en primera instancia por el juez federal Nº 2, Alejandro Sánchez Freytes. El pasado 11 de agosto el juez libró un oficio a la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia para que los resultados del análisis entre el niño y Paola Ceballos, la mujer que lo crió, se remitieran a su juzgado para cruzar la muestra genética extraída al menor con las tomadas a los familiares de María de los Ángeles Verón (Marita).
Crespi se opuso a la medida y se inició entonces una serie de dimes y diretes judiciales que impedían el proceso, que finalmente concluirá con el cruce de los datos genéticos. Ahora, con el voto de los jueces Abel Sánchez Torres y José Vicente Muscará, la Cámara -integrada además por el juez Ignacio María Vélez Funes, quien votó en disidencia- desestimó el planteo de la defensora.
El expediente se inició a partir de una denuncia hecha en junio por Susana Trimarco, madre de Marita, después de que recibió un llamado en el que la alertaban sobre la posibilidad de que un chico criado cerca de la localidad cordobesa de Alta Gracia, pudiera ser su nieto. En estos más de 12 años de búsqueda, varias víctimas de trata le dijeron a Trimarco que existía esta posibilidad. Al tomar conocimiento de esta denuncia, Trimarco pidió públicamente que se investigue si ese chico puede o no ser hijo de Marita y por qué y cómo fue inscripto, acaso con “papeles falsos y documentación apócrifa”.