Por Miguel Cavatorta*
Al momento de escribir esta columna de opinión, más de 3.000.000 de visitantes hemos tomado nota del video titulado “Yo no voy al Mundial”, difundido por la joven brasileña Carla Dauden, en el cual se exponen razones para oponerse a la realización en Brasil del Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
El video, hablado en inglés y subtitulado en portugués, señala en su núcleo central “el Mundial y los Juegos son grandes citas, pero no son lo que nuestro país necesita ahora. No necesitamos estadios sino educación. No necesitamos que Brasil le transmita al mundo una buena imagen para el mundo. Necesitamos comida y salud para los brasileños. Nosotros no necesitamos más fiestas, lo que necesitamos es gente con trabajo y vidas sostenibles…”
Se pregunta: ¿“No será esto guardar la basura debajo de la alfombra?”; agrega: ”¿Qué tipo de democracia tenemos?”. Y culmina: “No tengo las respuestas para lo que está pasando, no soy política ni activista, sólo quise expresar mis pensamientos.”
Un argumento simple, contundente, realizado con una interesante capacidad técnica, con un efecto viral notable, que a esta altura tiene la virtud de haberse transformado en la cara y en la voz de buena parte de las manifestaciones callejeras que se vienen sucediendo en las últimas jornadas en las ciudades más importantes de Brasil.
Es evidente que los medios sociales on line (blogs, Twitter, YouTube, Facebook) redefinieron las relaciones de las personas con sus semejantes, de los políticos con su electorado y de las empresas con sus consumidores. Con el advenimiento de los medios sociales, la comunicación boca-a-oído– (hasta hoy un fenómeno importante pero invisible y difícil de controlar) se volvió visible, con el poder suficiente para influir en un universo cada vez mayor de personas y se transformó en una medida importante del éxito de un candidato político, de un producto o de una campaña. Visibilidad, capacidad de influir y de convocar, referencia mediática, liderazgos casi anónimos no encuadrados en los tradicionales factores de poder y grupos de presión, construcción de agenda pública, recreación de issues management, temas críticos, tendencias sociales referidas a una gestión organizacional responsable orientada a la sustentabilidad y la salud del sistema representativo, republicano y federal parecen ser una gran señal para nuestras democracias en el cono sur.
No estamos en condiciones de saber si Carla habrá logrado finalmente reposicionar el servicio de dirección fotográfica que desarrolla en Estados Unidos o si la invitarán a formar pareja en algún reality famoso; lo cierto es que impresiona “verla debatir” casi en un pie de igualdad con Dilma Rousseff y que comunicadores y políticos aparecen cada vez más enredados en el entramado de los social media, que son cada vez más relevantes en su protagonismo como nuevos medios de promoción del debate público.
Referencia en Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=eF62uX3erJc
* Docente Colegio Universitario IES y socio de Cavatorta, Rey Lennon y Asociados.