Aunque Argentina está lejos de una crisis económica, las empresas vislumbran una mayor caída del consumo. Hasta ahora, las políticas del gobierno apuntaban a mantener la actividad comercial, por acuerdos de precios como el de alimentos, bebidas y artículos de alto consumo, o planes de financiamiento. Estas opciones no resultaron exitosas y se presume que será dificil renovar acuerdos y los planes de financiamiento con dinero de la Anses son una incógnita. Deberán, además, ajustarse las tarifas y la situación general no permitiría una recomposición salarial como pretende el sindicalismo. Todo ello conspira para aumentar las ventas.