A medida que avanza la recolección de soja las expectativas de rendimiento se ajustan permanentemente a la baja. En la campaña anterior, la producción nacional de soja alcanzó los 46.232.087 millones de toneladas en 16.596.025 millones de hectáreas, y en la actual, la cosecha estimada es de 34 millones o menos en 17.2 millones de hectáreas.
Esto tiene diferentes consecuencias. Por una parte, ayer la tonelada llegó a un valor de mil pesos, tras acumular un alza de 25 por ciento desde comienzos de año. “No hace más que reflejar el comportamiento externo y el balance local, donde la cosecha 2008/09 es continuamente ajustada a la baja”, explicó la Bolsa de Comercio de Rosario.
Por otra parte, la merma en la cosecha impulsa a grandes exportadoras y procesadoras de granos a cambiar su combinación de ventas externas y su plan de trabajo para conservar el mayor grado posible de rentabilidad. Así las cosas, Argentina exportaría la mitad de su producción respecto del año pasado, de acuerdo con diversos informes privados.
Para reducir costos, las exportadoras buscaron procesar el mayor volumen posible, aún cuando intentan comercializar al exterior harinas y aceites vegetales, más conveniente económicamente, y no creen que alcance al 70% de su capacidad.
Por su parte, la propia Bolsa de Comercio de Rosario, ante las perspectivas que arrojan una producción del 75% que el año pasado, estimó que las empresas del sector, la mayoría exportadoras y procesadoras venderán sólo 6 millones de toneladas, contra los casi 12 millones de la campaña anterior.
Por otra parte, un estudio de FAA indica que la actual campaña agrícola obligará a productores de la zona núcleo productiva a buscar financiamiento para afrontar la nueva siembra de trigo, soja, maíz y girasol.