Puso de relieve la continuidad de la tortura ejercida por el Estado, criticó el autoritarismo y la acumulación de poder de algunos gobiernos, denunció presiones contra la prensa y remarcó los altos niveles de violencia en algunos países.
La semana pasada, Human Rights Watch (HRW) pintó un precario cuadro de derechos humanos en América Latina. Según este grupo, que vigila el cumplimiento de los derechos humanos en todo el planeta, la brutalidad policial, la violencia política y los intentos de algunos gobiernos por amordazar a sus críticos fuero “comunes” durante 2013.
En su informe anual presentado en San Pablo, HRW aplaudió al presidente mexicano Enrique Peña Nieto por reconocer las violaciones de los derechos humanos ocurridas en el contexto de la guerra al narcotráfico.
Sin embargo, estimó que el gobierno mexicano logró pocos avances en procesar los extendidos asesinatos, desapariciones forzosas y torturas cometidas por soldados y policías en el curso de los esfuerzos por combatir el crimen organizado, incluyendo el mandato de Peña Nieto.
Contra la tortura y el autoritarismo
“La tortura continúa siendo extensamente practicada en México para obtener confesiones forzosas y extraer información”, añadió el reporte, que criticó la impunidad que ofrece el sistema judicial a las fuerzas armadas.
HRW dijo estar preocupada también por la concentración de poderes del presidente Nicolás Maduro, en Venezuela. “La acumulación de poder en el Ejecutivo y la erosión de las garantías de derechos humanos permitieron al gobierno intimidar, censurar y procesar a sus críticos”, dijo al respecto esta organización no gubernamental con sede en Nueva York, que valoró también que los abusos policiales, las condiciones de las prisiones y impunidad sobre las faltas cometidas por las fuerzas de seguridad continúan siendo problemas serios.
Por otra parte, el Informe Mundial 2014 de HRW denunció la brutalidad de la guerra civil en Siria y opinó que la comunidad internacional no está haciendo lo suficiente para frenar los asesinatos de civiles por parte de las fuerzas armadas ni los abusos cometidos por los grupos rebeldes que intentan derrocar al presidente Bashar al-Assad. Asimismo, remarcó los crímenes que cometen “rutinariamente” guerrilleros y grupos de paramilitares en lugares más cercanos, como Colombia.
HRW teme que algunas reformas constitucionales promovidas por el presidente Juan Manuel Santos “despejen el camino para una amplia impunidad para las atrocidades cometidas por guerrilleros, paramilitares y militares” si el gobierno colombiano logra un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Ataques a la prensa y violencia
Además, el organismo condenó los intentos de varios gobiernos de América Latina por regular y, en algunos casos, silenciar a la prensa. Nuevamente, HRW citó a Venezuela, pero también mencionó leyes de medios en Argentina y Ecuador.
En cuanto a América Central, destacó que la región sigue siendo asolada por niveles brutales de violencia y plasmó que uno de los peores casos es Honduras.
“La tasa de asesinatos, que ha subido consistentemente durante la última década, fue la mayor del mundo en 2013”, detalló, añadiendo que los perpetradores de homicidios u otros crímenes violentos “rara vez” son llevados ante la Justicia.
Sobre Cuba, puntualizó que las autoridades comunistas dejaron de encarcelar por largos períodos a los opositores y también relajaron sus restricciones de viaje al extranjero, enfatizando que el gobierno de ese país continúa reprimiendo a los individuos y grupos que lo critican o reclaman derechos humanos básicos.