Para los pequeños y medianos productores agropecuarios, 2013 fue la expresión palpable de lo que denominamos la “década desperdiciada”, en clara contraposición al intento del Gobierno nacional de publicitarla como una década “ganada”.
Por Eduardo Buzzi * – Exclusivo para Comercio y Justicia
Podemos afirmar esto al tomar real magnitud de que el modelo económico impulsado por el kirchnerismo ha dejado consecuencias nefastas para nuestro sector, en especial para los que trabajamos en menor escala.
La pérdida de competitividad, el creciente nivel de endeudamiento, la insoportable presión tributaria, la falta de financiamiento y la indiferencia de las autoridades para con nuestros reclamos, en este año que termina, configuran una realidad que asusta.
¿Así defienden la mesa de los argentinos?
La última campaña triguera fue una de las peores de la historia. La falta de previsibilidad para la comercialización del cereal –debido a las trágicas políticas aplicadas por la Secretaría de Comercio-, el fuerte impacto de la sequía en la mayoría del territorio nacional y los altos costos de producción obligaron a los productores trigueros a reducir drásticamente la superficie sembrada, lo cual redundó en una baja estrepitosa en los volúmenes cosechados.
El resultado fue que en 2013 haya faltado trigo en el país que supo ser granero del mundo. Y que el fracaso en la política de “defender la mesa de los argentinos” haya derivado en altísimos precios del pan y derivados de la harina.
Los tamberos tampoco tuvieron un buen año. A tal punto, que tuvimos que llegar al extremo de ordeñar una vaca en la puerta del Ministerio de Agricultura comandado por Norberto Yauhar, para denunciar que no se pueden recibir valores fijos por litro de leche cuando sigue sin haber freno a la suba de costos para el productor.
En este marco, no sorprenden los datos de que en los diez años de kirchnerismo se hayan mantenido los niveles de producción de leche pero cada vez con menos tambos, porque los de menor escala debieron abandonar la actividad.
Otro “logro” del Gobierno fue ignorar el reclamo ganadero. No se tomó ninguna medida que frenara la caída del stock vacuno, y como país, pasamos de ser el tercer exportador a no figurar entre los diez primeros del mundo.
Continuó la liquidación de vientres, se perdieron miles de puestos de trabajo por el cierre de frigoríficos y cada vez se hace más difícil continuar produciendo.
En definitiva, en este 2013, el pan, la leche y la carne, los alimentos básicos que conforman “la mesa de los argentinos”, aumentaron 74 % para los consumidores, mientras que los precios fueron congelados en las chacras.
Queda muy en evidencia quiénes son los verdaderos ganadores de este modelo “nacional y popular”.
En relación con los compañeros de las economías regionales, hemos denunciado hasta el cansancio la situación de quebranto en la que se encuentran. Urge la implementación de políticas diferenciadas que se ocupen de las problemáticas específicas de este segmento productivo, porque la consecuencia directa de la caída de estos productores, que son el sostén del tejido social en las provincias, será catastrófico para el país.
Desde el plano de la actividad gremial, en 2013 hicimos un gran esfuerzo por modificar esta difícil realidad para nuestra gente. Arrancamos el año siendo protagonistas de asambleas organizadas por la Mesa de Enlace, que se realizaron en los diversos rincones del país.
En las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Río Negro, Chaco, Tucumán, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Mendoza escuchamos, en nuestro carácter de dirigentes representativos del sector, los reclamos de cada región, y diagramamos en conjunto un plan de acción para visualizar los problemas que tenemos.
Así fue como, el 28 de mayo, realizamos en el Obelisco una histórica Jornada de Concientización, en la que referentes de todas las economías regionales llegaron con sus productos para montar una “gran feria” que sirvió para mostrarle a la sociedad la diferencia de precios que hay entre la chacra y la góndola.
Fueron horas muy intensas para nuestra entidad. Al día siguiente, el 29 de mayo, en un nuevo aniversario del Cordobazo, éramos parte de una movilización multisectorial que marchaba por las calles de Buenos Aires y finalizaba con un acto en Plaza de Mayo, en el que fui designado como uno de los oradores.
“Hay que seguir resistiendo. Hay que seguir en la calle. Hay que seguir construyendo una nueva identidad nacional y tener la voluntad para construir contra el camino del ajuste”, dije ese día, ante columnas de obreros, estudiantes y chacareros.
Con la vocación institucional que nos ha caracterizado desde siempre, en más de cien años de vida, volveremos en el próximo año a apostar por el diálogo y la recuperación de la calidad institucional. Hemos pedido audiencia a los ministros Carlos Casamiquela y Jorge Capitanich para plantear nuestras demandas y propuestas.
No obstante, nos mantendremos en estado de alerta y volveremos a movilizarnos si hiciere falta. Porque, tal como lo expresó nuestra última reunión de 2013 del Consejo Directivo Central, los pequeños y medianos productores no tenemos más tiempo para seguir esperando.
* Presidente de Federación Agraria Argentina (FAA)