Severo cruce entre el FMI y el Gobierno por cifras de crecimiento

El Gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvieron ayer un fuerte cruce de opiniones con respecto a las previsiones que realiza periódicamente el organismo sobre Argentina. Mientras el Fondo estimó que la economía nacional se contraerá 1,5% este año y recién volverá a crecer levemente en 2010, el Ministerio de Economía consideró que esos cálculos se sustentaron “en datos poco fiables de consultoras privadas” y opinó que constituyen “una respuesta política” al alejamiento del país de las políticas dictadas por el FMI.
El cruce entre las partes se produce en momentos en que el ministro de Economía, Carlos Fernández, se apresta a participar de la Reunión Anual del primer semestre. Al mismo tiempo, genera tensión con el organismo mientras se menciona con insistencia un posible regreso del país al FMI para recuperar el fondeo en dólares.

El documento del organismo indicó ayer que la economía argentina se contraerá 1,5% este año, y que retomará la senda del crecimiento el próximo año, con una expansión del 0,7%. Así lo indicó en su informe “Perspectiva Económica Mundial”, en el que revisó a la baja la mayoría de los pronósticos mundiales efectuados meses atrás.
Asimismo, el FMI destacó las graves pérdidas sufridas por los mercados de valores en Argentina, que ubicó en torno de 25%. También señaló que el país fue uno de los que más sufrió la suba de los costos de financiación.

El sombrío pronóstico generó, horas más tarde, una dura respuesta del Gobierno nacional. A través de un comunicado titulado “Los errores del FMI”, el Ministerio de Economía sostuvo que las estimaciones “se sustentan en datos poco fiables de consultoras privadas; un modelo de predicción inexacto que minimiza el impacto de las variables domésticas (…) y una sobrevaloración de la dinámica de corto plazo de ciertos sectores industriales”.
Asimismo, el Gobierno consideró que “desde que Argentina abandonó el Plan de Convertibilidad, el FMI subestima sistemáticamente la tasa de crecimiento de la economía y el superávit de cuenta corriente”.
Para el Gobierno, la proyección “constituye una respuesta política al hecho de que desde 2003 nuestro país ha dejado de lado las recetas que impulsa el FMI”.