ESCUCHARA poco menos de 100 kilómetros de Puerto Madryn queda Península Valdés, una pequeña saliente de la provincia del Chubut hacia el mar, privilegiada por su ecosistema nutrido de infinidad de especies.
Esta porción de tierra declarada Patrimonio Natural de la Humanidad está unida al continente por el istmo Carlos Ameghino, que regala unas maravillosas vistas del golfo San José de un lado y el golfo Nuevo, del otro.
La puerta de ingreso a este paraíso ecológico es Puerto Pirámides, un pueblito de pocas cuadras y mucha “onda”.
En la calle principal, también conocida como Primera Bajada, se alternan restaurantes sencillos y de gran calidez con casi una decena de agencias de turismo que ofrecen los avistajes de ballenas.
La pintoresca arteria desemboca en el puerto, que es -en este caso- la playa misma. No hay muelle ni escolleras.
Durante la temporada de avistajes, las embarcaciones son trasladadas desde la costa hacia el océano en una especie de grúas gigantes para luego emprender la marcha, mar adentro, en busca de los grandes cetáceos. Las opciones para emprender estos viajes se ofrecen a bordo de semirrígidos, lanchas y hasta de un submarino que permite ver los gigantes mamíferos a través de ventanas.
A pocos minutos de navegación es posible apreciar gran cantidad de ballenas amistosas que se acercan tanto a la tripulación que hasta llegan a nadar por debajo de los barcos.
Este espectáculo se desarrolla exclusivamente durante los meses de junio a diciembre, época en la que está terminantemente prohibido practicar cualquier deporte acuático en la zona.
Por el contrario, en verano, Puerto Pirámides se convierte en el lugar elegido por el público adolescente para disfrutar de la playa y las actividades náuticas. El enclave cuenta con un camping con capacidad para 4.000 personas que atrae principalmente a este segmento etario.
El crecimiento en el flujo de visitantes obliga a los habitantes del destino a resguardar su valioso tesoro natural.
“El pueblo cuenta con aproximadamente 800 habitantes y recibimos más de 350.000 turistas al año, por lo que nuestro objetivo es categorizar la infraestructura que consta de unas 1.500 camas, reglamentar las actividades y posicionarnos como destino turístico alternativo a Puerto Madryn”, revela Paula Fontao, secretaria de Turismo de Puerto Pirámides.
Fontao cuenta que viajantes de diversas partes del mundo arriban a estas latitudes para apreciar el espectáculo único que brinda la mayor población reproductora de ballenas francas australes.
Además de este gran atractivo, la península seduce por sus seis reservas naturales, donde también se avistan orcas, delfines, toninas overas, pingüinos, lobos y elefantes marinos y gran variedad de aves.
Entre estos enclaves se destaca la isla de los Pájaros, un apostadero de aves marinas al que sólo se accede a través de visores por ser considerada zona intangible.
También, existe una treintena de estancias rurales, algunas abiertas al turismo, que brindan la posibilidad de entrar en contacto con la fauna patagónica en un entorno de ensueño.
Más info: www.puertopiramides.gov.ar
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