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Los imperdibles de la Riviera Maya

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La franja costera que une Playa del Carmen con la Biósfera Sian Káan intensifica los colores de la naturaleza. Allí, el Caribe es más turquesa, la selva tropical impone una infinita gama de verdes, las playas encandilan con su blanca luminosidad y las flores explotan en tonalidades incandescentes. En este contexto convive el legado maya en impactantes ciudadelas, cenotes y canales.

Carolina Brenner – 

[email protected]
Enviada especial a México

La costanera dorada acariciada por el turquesa líquido del Caribe, el clima tropical que regala días de sol y playa durante todo el año y la cultura milenaria junto a los vestigios más impactantes de una antigua civilización, moldean, entre otros atributos, la tentadora aventura de recorrer la Riviera Maya.

El aeropuerto internacional de Cancún es la principal puerta de acceso para ingresar a esta franja territorial que se extiende por más del centenar de kilómetros que delinean el lado este de la península de Yucatán.

Unidos por una extensa carretera, a través de este circuito, se suceden parajes idílicos, parques temáticos, reservas naturales, cenotes y ruinas milenarias, entre un sinfín de atractivos.

Playa del Carmen es uno de sus principales enclaves. Este pequeño poblado de pescadores de antaño se ha convertido en un balneario turístico de prestigio mundial. La Quinta Avenida, su arteria principal, que hace dos décadas consistía en un pequeño pasaje de arena, hoy se extiende por más de veinte cuadras abarrotadas por tiendas de marcas multinacionales, grandes discotecas, pubs, centros comerciales y un abanico de propuestas gastronómicas que abarca desde cantinas típicas a restaurantes de alta cocina. A lo largo del paseo se alternan los tradicionales mostradores que exhiben sombreros mexicanos, tequilas, copas de vidrio soplado, joyas de plata y huipiles multicolores, entre otros souvenires. No sería México si faltaran los mariachis y sus melosas serenatas o las esculturas de Frida Kahlo y sus esqueléticas figuras.

Pese a su crecimiento urbanístico, la naturaleza del lugar no se ha dejado doblegar y sigue gozando de playas paradisíacas. Las del centro son más angostas y concurridas, mientras que las más anchas y extensas se encuentran a unas diez cuadras hacia el sur, en la zona de Playacar, el lugar elegido por las grandes cadenas hoteleras de lujo para instalar sus complejos con sistema todo incluido.

A poco menos de veinte kilómetros de allí, se encuentra Akumal, el enclave elegido por las tortugas marinas para tener sus crías, quienes frecuentemente nadan muy cerca de la costa regalando un espectáculo único a los amantes del snorkel y el buceo.

Entre otros atractivos, esta zona está dotada por la mayor cantidad de cenotes de la región. Orificios gigantes que se descubren entre la selva tropical servidos del agua dulce y transparente que riega el terreno subterráneo de esta porción de la península de Yucatán.

Estas perforaciones naturales son habitadas por una colorida fauna submarina y apreciadas por su exótica morfología.

Entre Akumal y Chemuyil, la costanera dibuja incontables bahías agraciadas por aguas calmas y cristalinas. El color es producido porque allí se encuentra el segundo arrecife de coral más grande del mundo, que se extiende frente a ellas.

Entre estas maravillosas caletas, vale detenerse en la bahía de Soliman, y disfrutar de la playa privada de Chamico’s, cuyo parador rústico ofrece el mejor ceviche mixto con cola de langosta del lugar, ideal para degustarlo bajo la sombra de las palmeras y la compañía embriagadora de las olas del mar.

La muralla y el mar
A sólo media hora de viaje en auto desde Playa del Carmen, se arriba a Tulum, una de las visitas obligadas de la Riviera Maya y el único sitio arqueológico que conjuga la majestuosidad de las murallas mayas con el marco turquesa inconfundible del mar.

La excursión a la fortaleza, que vivió sus momentos de gloria al final del período clásico (cerca del año mil después de Cristo), generalmente tiene una duración de medio día. Una mañana completa es suficiente para recorrer sus estructuras icónicas como “El Castillo”, enclavado al borde de un acantilado, que -además de sus funciones ceremoniales- hacía de faro, permitiendo a los navegantes mayas sortear los peligros de la barrera coralina.

También, alcanza para visitar el “Templo de los Frescos” que era utilizado como observatorio para seguir el movimiento del sol y cuyos muros internos están decorados con pinturas grises y azules; la “Casa de las Columnas o Gran Palacio”, la “Casa de Halach Uinico” y la “Casa del Cultún”, entre otros.

Tulum fue uno de los pocos asentamientos que todavía estaba habitado cuando llegaron los españoles en 1518 y es el rastro que quedó de una gran urbe antigua que en su momento de esplendor estuvo rodeada por cantidades de unidades habitacionales y templos menores. En la antigüedad este sitio era conocido por el término maya de Zamá, que significa amanecer, mientras que su nombre actual es traducido al español como “muralla o palizada” y se empleó para designarla cuando ya se encontraba en ruinas.

El nombre antiguo hacía referencia a su situación en la costa oeste y a la alineación de sus construcciones, muchas de ellas dedicadas a observaciones astronómicas. Además, al encontrarse sobre la elevación más alta de la región y por su eficiente sistema defensivo, su ubicación era óptima para cualquier ruta comercial y para la explotación de los ricos recursos marítimos de la costa de Quintana Roo.

La zona arqueológica se encuentra dentro del parque nacional del mismo nombre, declarado como tal el 23 de abril de 1981. En el extremo sur del predio se extienden playas de arena blanca y fina donde la hotelería se restringe a pequeñas posadas y lujosos complejos de pocas habitaciones. La calle paralela al mar es una sucesión de restaurantes y barcitos de gran encanto que se destacan por su ambiente hippie chic, nutrido de visitantes de todo el mundo.

Flotando en la biósfera
El extremo sur la Riviera Maya pertenece a la Reserva de la Biósfera Sian Ka´an, una extensión de medio millón de hectáreas que ganó el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad hace poco menos de treinta años. Su nombre es traducido como “donde nace el cielo” y la razón adquiere sentido al presenciar un amanecer desde sus playas.

La única empresa comunitaria maya local, la Community Tours Sian Ka’an, es la encargada de compartir los secretos de esta área protegida, por medio de diversas excursiones. Su propuesta “Muyil Selva & Flotar” brinda la posibilidad de explorar gran parte de este sitio de gran belleza virginal.

El paseo, que demanda un día completo, comienza bien temprano con un desayuno a base de tortillas, frijoles y jugo de Horchata en el Centro Comunitario Muyil, donde también se visita el Museo de la Cultura y la Tradición para apreciar algunos tesoros del mundo maya por medio de sus vestimentas, medicinas y artesanías. En el mismo centro, se accede al mariposario, donde abundan estas especies que conforman un mosaico de colores exóticos.

La excursión se traslada luego a la zona arqueológica de Muyil, el mayor de los más de veinte asentamientos mayas que resguarda la zona. Sorprende descubrir pirámides y templetes de reciente tratamiento arqueológico, lo que demuestra el gran potencial histórico para explorar que tiene este lugar.

La caminata a través de la selva y las construcciones mayas se prolonga en un sendero interpretativo inmerso en la vegetación que culmina en el mirador e invita a observar alguna de las más de trescientas especies de aves y plantas que habitan el territorio.

La caminata concluye en el muelle de la laguna Muyil, donde se emprende el circuito en lancha, atravesando estrechos canales, los cuales -según el guía- fueron diseñados por los antiguos habitantes para salir al mar. Estos conductos atraviesan cuatro ecosistemas diferentes: la sabana, los humedales, los manglares y la selva tropical.

Luego de surcar la segunda laguna de agua dulce, conocida como Chunyaxché, los tripulantes son invitados a lanzarse al agua y dejarse llevar por la corriente del canal disfrutando de la silenciosa, relajante y mágica compañía de la flora del manglar.
La experiencia culmina con un almuerzo típico mejicano regado por platos deliciosos y los inconfundibles aromas y sabores yucatecos como el pollo pibil o el ceviche de camarones. Se puede considerar que éste es el broche de oro para un exquisito paseo y uno de los tantos momentos memorables que regala la Riviera Maya.

Ver también: Meca del Caribe todo incluído

Agenda de viaje

Cómo llegar
De Córdoba a Cancún operan varias compañías aéreas como Aerolíneas Argentinas (vuelo directo), Lan y Copa Airlines. Precio del pasaje en temporada baja desde $16.425 ida y vuelta con impuestos incluidos.

Dónde dormir
Hoteles en Playacar
Riu Playacar
Riu Palace México
Riu Palace Riviera Maya
Club Hotelo Riu Tequila
Hotel Riu Yucatan
Hotel Riu Lupita
www.riu.com

Cómo viajar
Para recorrer los principales atractivos turísticos de la Riviera Maya se recomienda alquilar un auto. En el aeropuerto como en la Quinta Avenida de Playa del Carmen se encuentran las oficinas de Alamo. La tarifa para un auto pequeño parte de US$40 aproximadamente por día. Más info: www.alamo.com

Qué hacer
• Excursión “Muyil Selva & Flotar” por Reserva de la Biósfera Sian Ka´an. Duración siete horas desde Tulum. Reservas con 24 hs. de anticipación.
Desde US$80 por persona

• Excursión a Tulum: se pueden contratar en los mostradores de los operadores turísticos de los hoteles. La visita a la antigua ciudadela maya es de medio día y la tarifa parte de los US$35 por persona.

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