ESCUCHARLas percepciones de oportunidad para iniciar un negocio, que venían bajando desde 2011, volvieron a crecer el año pasado en el país. Se difundieron los resultados del índice de Monitoreo Global de Emprendedurismo (GEM).
El nivel de actividad emprendedora registró en 2015 una mejora y cortó la racha negativa verificada durante los tres años previos, según los resultados del índice de Monitoreo Global de Emprendedurismo (GEM).
Se trata de la medición que realiza cada año un consorcio internacional sin fines de lucro, cuya investigación académica concentra la actividad de los emprendimientos en el mundo a mediante relevamientos en más de 80 países.
En la muestra general de Argentina -con 4.000 casos estudiados en total en el país y 1.500 de manera particular en la ciudad de Buenos Aires- se verificó una reversión de la tendencia decreciente de los últimos años, en especial en el ciclo de caída de la tasa de actividad emprendedora.
Asimismo, la actividad emprendedora total en etapa temprana volvió al mismo nivel de 2012 y, respecto de 2014, el índice creció cuatro puntos porcentuales en 2015, precisó la directora del GEM para Argentina, Silvia Torres Carbonell.
Además, dijo que detrás de la ciudad de Buenos Aires, que mantiene el liderazgo en el país, las ciudades con mayor presencia emprendedora son Córdoba y Mendoza.
En Argentina, las percepciones de oportunidad para iniciar un negocio en los próximos seis meses, que venían bajando desde 2011, volvieron a crecer en 2015. En 2014 sólo 32 por ciento de los adultos encuestados percibía buenas oportunidades para comenzar un negocio, contra 46 por ciento del año pasado.
Por otra parte, la tasa de actividad emprendedora en etapa temprana, que incluye a empresas de entre tres y 42 meses de vida, es en 2015 de 17,8 por ciento sobre población adulta en general.
Dueños
En cuanto a la tasa de dueños de empresas establecidas (los que pagaron salarios por más de 42 meses) alcanzó 9,5 por ciento de la población adulta y retomó una tendencia creciente.
El estudio concluyó que los gobiernos deben propiciar una economía flexible, con reglas de juego claras, respeto a los derechos de propiedad, oportunidades de inversión en función de desarrollar las actividades emprendedoras.
«Se necesita una política clara hacia las startups que implique una vinculación entre el sector público y privado para permitir a los emprendedores acceso a recursos financieros, tecnológicos, capacitación y de capital humano», recomendó el estudio.
