viernes 19, abril 2024
El tiempo - Tutiempo.net
viernes 19, abril 2024

Sorpresivo agravamiento de la situación socioeconómica mundial

Por Salvador Treber. Exclusivo para Comercio y Justicia
ESCUCHAR

Los primeros pronósticos relativos al año en curso permitían alentar expectativas bastante más favorables sobre la coyuntura, pero imprevistos desajustes en los respectivos sistemas monetarios han creado múltiples incógnitas, muy difíciles de evaluar.

Al finalizar el año 2014 la relativa recuperación de la economía estadounidense hacía presumir que después de casi siete años críticos, ésta volvería a ser un activo impulsor de la actividad económica mundial. Incluso en el área más conflictiva, la Unión Europea (UE), se detectaron en sus principales integrantes ciertos signos positivos que alentaban algún optimismo; mientras China, que hasta 2012 había crecido por encima de 10% anual, volvió a reiterar un notorio desaceleramiento por tercer año consecutivo.

No obstante, el euro continuó su descenso respecto al dólar y las bolsas reflejaron una tendencia generalizada a la baja. Una noción del conflicto lo dio el hecho de que la Reserva Federal de EEUU dejara trascender que elevará el nivel de la llamada “tasa de referencia”, dado que lo habitual era hacerlo cuando muy pocos lo esperaban.

Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) ha venido imprimiendo gran velocidad a sus nuevas emisiones de euros, destinados a adquirir en forma creciente títulos de deuda soberana. Es obvio que tal actitud, en un escenario tan debilitado, hace que la cotización frente a la moneda estadounidense no cese de acumular insólitas y perturbadoras diferencias que desde julio de 2014 han llegado a un desestabilizador 23%. Por su parte, el desmoronamiento de los valores bursátiles y la referida la crisis generalizada de las paridades monetarias han contribuido a consolidar el dólar como única “moneda de refugio”. El contraste más significativo es que el yuan chino sólo mermó ligeramente (-1%).

Un símbolo de lo que está sucediendo lo ofrece la evolución operativa de los títulos alemanes, pues los emitidos a 10 años de plazo se conforman con un rendimiento de apenas 0,23%, pero en la gran mayoría de los casos, para plazos inferiores, el tenedor no sólo ha dejado de percibir renta sino que los bancos cobran por su simple guarda.

Para dar una clara evidencia de que el disloque es generalizado se puede mencionar que el yen japonés, siempre respecto al dólar, en idéntico lapso hizo lo propio en un significativo 16%, y hasta el franco suizo acusó el golpe exhibiendo un alarmante descenso – que contraría su extenso historial- de 11%, lo cual revela la magnitud del actual caos monetario.

También la corona sueca, perteneciente a un país que se mantiene al margen de las asociaciones continentales europeas, se ha visto obligada a descender casi a la par del euro: 22%.

La problemática de las “economías emergentes”
Lo referido precedentemente abarca las economías más desarrolladas del planeta, pero el agudo desajuste monetario se extiende a las que se identifican como “emergentes” (numeroso grupo que integramos) y dentro de ellas coexisten ciertos casos que están afrontando una problemática muy comprometida, como es la difícil realidad que está viviendo nuestro gran vecino Brasil.

En primer lugar, gravita una muy sensible pérdida de cotización totalmente inédita, ya que en el mismo período antes considerado ha llegado a un deterioro de precios de nada menos que -29%. Semejante nivel de caída no puede pasar inadvertida y, menos aún, para los operadores y/o tenedores del mercado argentino, que todavía no han logrado transitar hasta la fecha una real y firme etapa de recuperación.

Muchos analistas adjudican un alto grado de responsabilidad al “affaire” Petrobras, que involucra a 54 funcionarios del más alto nivel. Esta situación, cada vez más precaria, además del vaciamiento por el cual están acusados aquéllos, registra un incremento de su endeudamiento a corto plazo que desde 2008 a la actualidad ha pasado de US$ 47.999 a 112.900 millones.

La situación imperante no es mejor en Rusia, donde la abrupta baja en la cotización del petróleo y del gas natural, el conflicto de Ucrania y la debilidad política de Vladimir Putín convergen para que cunda el pánico y se acelere la huida de inversores.

Ese panorama se reitera en todos los continentes, observándose -por ejemplo- que en Turquía el presidente Erdogan acusa al titular de su Banco Central por no haber disminuido oportunamente la tasa de interés, incrementando peligrosamente la deuda de corto plazo de US$56.000 a US$96.000 millones. Pese a la abierta disputa, ambos conservan sus respectivas posiciones, agregando un factor adicional de inestabilidad y zozobra.

En la India, el cambio de gobierno de corte reformista alentó subas desproporcionadas de bonos y, en general, de los papeles que se cotizan en la bolsa mientras, como consecuencia de acertadas medidas de las respectivas conducciones, en Filipinas, Taiwan e Indonesia, les permitieron quedar al margen de la conmoción general reinante. No así en Sudáfrica, donde el rand sufrió también un considerable deterioro (-14%).

Un caso muy especial en ese aspecto es el de China. Al cabo de los últimos cinco años impulsó un impresionante salto de su deuda a corto plazo de US$102 mil millones, que en la actualidad llega a nada menos que US$ 850 mil millones, aunque las reservas de su Banco Central cuadruplica holgadamente esta cifra. Esa posición de gran solidez le permite ser importante prestamista en África (US$79.000 millones) y América Latina (US$ 114.900 millones), así como mostrarse dispuesta a incrementar esos montos en la medida en que sea necesario.

La situación en la mayor parte del planeta ha impulsado a concretar audaces compraventas de bonos para colaborar con una recuperación que demora más de lo conveniente en llegar. Mediante este tipo de operatoria se aprovecha para incluir otros valores que presentan mayor nivel de riesgo, pero también alto resarcimiento cuando se opera con éxito.

El BCE acaba de decidir una no menos intrépida incursión que consiste en adquirir hasta septiembre próximo un billón de euros en títulos seleccionados. Esta entidad, integrada por 25 miembros, parece que ha decidido arriesgar entendiendo que pronto sobrevendrá un período de franca recuperación. Es probable que la solidez alemana haya hecho innecesaria esa gran operación, no exenta de riesgo, pero las condiciones imperantes en Italia, España, Portugal y muy especialmente Grecia dependen en alta medida del éxito que acompañe esa iniciativa.

La apuesta que ha decidido llevar adelante dicha entidad, impulsada por su presidente, Paul Draghi, es de difícil pronóstico pero, de coronarse con éxito, servirá para poner en óptimas condiciones a los 10 países del área euro que lo integran. Si, por el contrario, tal cosa no se verificare, el golpe y la posibilidad de caída generalizada serían tan demoledores que sólo una recapitalización inmediata proveniente de aportes enviados por los respectivos fiscos podría obviar la catastrófica quiebra de la entidad, con todo lo que ella supone.

Los observadores más avezados sostienen que no recuerdan haber vivido tiempos tan dramáticos e imprevisibles que los antes descriptos, a los cuales se suman el conflicto abierto en Ucrania por la anexión de la península de Crimea por Rusia y las acciones terroristas de los violentísimos grupos islámicos antioccidentales que, mediante atentados suicidas, inquietan a toda la Humanidad; al par que anuncian una victoria que, por supuesto, sólo su fanatismo puede imaginar posible.

Las condiciones que rigen en Argentina
Según la estimación que acompañó al Proyecto de Presupuesto de la Administracion Nacional, el índice de incremento de los precios al consumidor no debe superar 15% Cabe recordar que, según el Indec, en 2014 habría sido de 23,9%, pero son pocos los que dan fe y consistencia a ambos indicadores. A la cabeza de los reclamos se han colocado las autoridades de la CGT oficialista. La continua reducción de la deuda externa expresada en monedas extranjeras coloca a Argentina en un sitial de relativo privilegio a escala mundial y fuera del alcance de la acción de los centros financieros. No obstante, por tratarse el presente año de compulsa electoral que incluye la renovación del cargo presidencial y la mayoría de los gobernadores, probablemente sea el de más tensiones.

Por lo pronto, la conducción económica pretende que las actualizaciones de las remuneraciones se concreten en requerimientos que, en promedio, estén por debajo de 30%, lo cual no será nada fácil acordar. A la mesa de negociaciones han llevado los delegados obreros, y los demás desde sus organizaciones respectivas, como máximo planteo, que se modifique el impuesto a las Ganancias que recae sobre las remuneraciones mensuales que exceden $15.000 mensuales.

En algunos ámbitos el reclamo es mucho más exigente, en procura de que lo que ellos califican sentenciosamente “impuesto al trabajo” se derogue definitivamente. Semejante enfoque abarca, según estimaciones oficiales, a alrededor de 1.1 millón de personas y en 2003 recaía sólo sobre 285 mil. Esa evolución se debe a que las normas no se han venido actualizando, especialmente la tabla de progresividad, que incluye el articulo 90 de la respectiva ley, cuyas escalas datan de principios del presente siglo.

Es obvio que esa pretensión es inaceptable ya que en el ámbito mundial rige en 137 países y se lo considera el tributo de mayores posibilidades redistributivas. Queda fuera, además de algunos “paraísos fiscales”, una franja de unos 50 países que muestran las condiciones de más penosa pobreza.

Resulta curioso y contradictorio que no hayan hecho ninguna objeción respecto de la vigencia del impuesto al Valor Agregado, que grava el consumo de las familias en forma amplia, no considerando niveles de capacidad y casi sin excepciones; salvo algunas inexplicables, como los intereses y la del personal superior del Poder Judicial.

Una visión constructiva requeriría una reforma tributaria integral simultánea en las tres jurisdicciones (nacional, provincial y municipal), pero lo inaceptable es que procedan a eliminar ciertas cargas que integran el tratamiento más equitativo de la economía. Se han escuchado formulaciones de franco tono oportunista que anuncian una sustancial baja del impuesto a las Ganancias junto con la eliminación simultánea de las retenciones y recargos, con lo cual se adoptaría un esquema mucho más regresivo, que para “cerrar” debería incluir la suspensión de todos los subsidios que favorecen a quienes poseen menos ingresos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Columna de JusCom

Los desafíos de la comunicación judicial en tiempos turbulentos Por Marcelo Baez (*) El viernes 26 de enero el diario Ámbito Financiero...

Leé también

Más populares

Sin contenido disponible

¡Bienvenid@ de nuevo!

Iniciá sesión con tu usuario

Recuperar contraseña

Ingresá tu usuario o email para restablecer tu contraseña.

Are you sure want to unlock this post?
Unlock left : 0
Are you sure want to cancel subscription?