martes 23, abril 2024
El tiempo - Tutiempo.net
martes 23, abril 2024

El traspié televisado de la estrategia Le Pen

ESCUCHAR

Por Claire Bernard – Exclusivo desde Marsella

Nunca dos candidatos a la presidencia de Francia habían debatido de forma tan violenta y confusa. Marine Le Pen embistió, se burló, se rió, mintió e hizo todo lo posible por desestabilizar a Emmanuel Macron.
La candidata de la extrema derecha arrancó desde el primer minuto con una diatriba contra Macron y mantuvo ese tono hasta que se agotaron las dos horas y media del debate. Acusó a Macron de ser el heredero del socialista François Hollande; éste respondió de la forma más obvia y contundente: “Usted es la hija de Jean-Marie Le Pen y la heredera de la ultraderecha”.
La vieja ceremonia republicana, la del debate respetuoso e inteligente entre los dos candidatos finalistas, fue totalmente envilecida, principalmente por causa de Marine Le Pen, quien era la que parecía desear esconder un hecho evidente: la ausencia de propuestas concretas. E intentó tapar ese flanco con ataques y criticas al programa de su rival.
Y como no somos completamente idiotas, los franceses lo notamos muy rápidamente. Por eso, en gran parte, Macron salió fortalecido de este disputado debate.

Europa, el tema mayor de la discordia
La visión sobre Europa de ambos aspirantes no podría ser más divergente.
El proteccionismo, la nacionalización de nuestra economía es el tema de predilección de Marine Le Pen. Defiende “recuperar la independencia” de Francia ante la posición “sumisa” que afirma ha adoptado ante Alemania y Estados Unidos.
Una de las medidas emblemáticas del Frente Nacional (FN) es abandonar el euro para volver a una moneda nacional. Decir a los franceses “el euro fue un fracaso, tiene la culpa de la caída del poder de compra” es sencillo.
Proponer algo concreto y viable para reemplazarlo parece más complicado para Marine Le Pen. Propuso la salida de Francia del euro, aunque señaló que esa moneda podría coexistir en las transacciones comerciales internacionales con el franco, que será usado por los ciudadanos, pero no por las grandes empresas. Esta parte fue muy confusa.
En efecto, durante el debate no supo decir para qué mantendría el euro, para qué utilizaría el franco o en qué divisa se pagarían las importaciones. Nunca se había visto a un candidato tan incapaz de precisar qué moneda quería para su país. Sobre este tema en particular no se podía entender nada de lo que estaba proponiendo la candidata. Trató de compensar esa vaguedad con acusaciones virulentas contra Macron, pero eso sólo llamó la atención sobre su propia incompetencia en los temas económicos.
Macron -por su parte- afirma que salir del euro es “mortífero”, tanto en materia de poder de compra como de competitividad y hasta de fortaleza mundial, y asegura que su posición es “construir un euro fuerte”. El ex ministro trató de demostrar que conocía el tema, era competente, y lo más indicado para representar a Francia en la escena económica internacional.

Sin duda, una de las frases más célebres de este debate salió de la boca de la propia Marine Le Pen, quien aseguró: “Francia será dirigida por una mujer, será la señora Merkel o yo”. Una forma, sin ninguna sutileza, de asegurar una vez más que Macron cedería a las políticas alemanas si fuese elegido como presidente de la V República.
Sin embargo, el punto álgido del cara a cara llegó en la discusión sobre la lucha antiterrorista. Marine Le Pen ha acusado directamente a Macron de mostrar “complacencia con el fundamentalismo islamista”. “La seguridad está totalmente ausente de su proyecto político”, afirmó la candidata, al tiempo que prometió expulsar a todos los individuos que estén bajo vigilancia por yihadismo y cerrar las “mezquitas salafistas”. Una vez más, la candidata del FN fue muy eficaz en su ataque, muy directa. Eso habría podido dar frutos si hubiese propuesto algo concreto después, desarrollando las medidas que quería ver aplicadas. Sin embargo, tal como se vio durante dos horas, los franceses tuvieron que contentarse con violencia verbal.
En respuesta, Macron recordó que una de sus promesas electorales es crear una unidad antiterrorista que responda al presidente de la República y reforzar los recursos de las fuerzas de seguridad, tanto civiles como militares, en la lucha contra el yihadismo. Expulsar a los sospechosos no surtirá efecto, advirtió, y defendió «una medida quirúrgica» frente a la generalización de Marine Le Pen.
Este sentimiento de una gran falta de profesionalismo de Marine Le Pen fue compartido por muchos franceses, incluso los que la votaron en la primera vuelta.
Una gran parte de sus seguidores se sintieron decepcionados el día siguiente del debate. Algunos ejecutivos del partido no dudan en decir que fue un fracaso para Marine Le Pen. Su propio padre, Jean-Marie, explicó en una entrevista al diario Le Figaro que a su hija le faltaba “un poco de altura”, calificando los primeros 30 minutos del debate como “aburridos, y muy confusos para la mayoría de los franceses”. Por primera vez no se puede contradecir al hombre. Si antes del debate se sabía que Marine Le Pen tenía pocas chances de ganar la elección, con este debate se demostró que una derrota es sólo su responsabilidad.
Prueba, si es necesario, de la desilusión de los franceses que votaron por ella es lo que sucedió cuando la candidata del FN visitó una empresa en Bretagne, en la ciudad de Dol-de-Bretagne (en la que Marine Le Pen llegó en primera posición en la primera vuelta). La bienvenida de los trabajadores fue muy fría.
El servicio de seguridad de Marine Le Pen tuvo que protegerla de las manifestaciones y el descontento de la gente presente, que incluso arrojó huevos a la candidata. Marine Le Pen se presenta a sí misma como la “candidata del pueblo”, pero este dicho pareció, en Bretagne, más lejano de la realidad que nunca.

Históricamente, el debate cara a cara de los dos finalistas nunca tuvo una gran influencia sobre los votos de los franceses, pero estas elecciones son muy particulares. Y no dudo de que el “espectáculo” del miércoles pasado va a influir en los resultados del domingo.
En efecto, con este debate Macron realzó su perfil presidencial y Marine Le Pen sacó su versión más ruda, más próxima a la de su padre —o a la del candidato Donald Trump el otoño pasado en EEUU— que a la de una líder que aspira a dar confianza a todo el país.
El forcejeo se extendió hasta los últimos segundos. Mientras que el candidato de En Marche! terminaba su réplica final, ella no dejaba de interrumpirlo para recordarle que él es el heredero de Hollande, como si quisiera prolongar el espectáculo. Macron cerró: “Usted quédese en la televisión, yo quiero presidir este país”.
Así, el joven Macron se convirtió en un verdadero hombre político y la muy segura de sí misma Marine Le Pen en la digna heredera de su padre: extremista, violenta, sin respecto para con las opiniones de los demás.
Dicho de otro modo: indigna de gobernar nuestro país.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Leé también

Más populares

¡Bienvenid@ de nuevo!

Iniciá sesión con tu usuario

Recuperar contraseña

Ingresá tu usuario o email para restablecer tu contraseña.

Are you sure want to unlock this post?
Unlock left : 0
Are you sure want to cancel subscription?