La víctima fallecida no tuvo la culpa por el choque

La Cámara 8ª Civil y Comercial de Córdoba confirmó la sentencia que rechazó la defensa de la demandada, en primer lugar por extemporánea y en segundo término por no existir prueba que demostrara la responsabilidad de la persona muerta en el siniestro [privado] Después de considerar que la defensa interpuesta por la persona física demandada y la codemandada Provincia de Córdoba respecto a la culpa de la víctima fue introducida tardíamente recién al oponerse los alegatos, con lo cual imposibilitó que la parte actora ofreciera prueba al respecto, la Cámara Civil y Comercial de 8ª Nominación de Córdoba rechazó la apelación presentada, y confirmó el resolutorio de condena a favor de los herederos del hombre fallecido en el accidente porque, al indagar las constancias de la causa, no surgió que existió negligencia de la víctima en su circulación. El tribunal integrado por Graciela Junyent Bas -autora del voto-, José Manuel Díaz Reyna y Héctor Hugo Liendo, resolvió el recurso de apelación incoado por la codemandada Provincia de Córdoba en contra de la sentencia que hizo lugar a la demanda entablada. Y condenó a Víctor Ariel Sponer y al Estado provincial la misma, a abonar la suma de pesos cien mil ($ 100.000) a cada uno de los actores, María Graciela, José Leandro, María Lourdes y Mario Antonio Leiva, más intereses. Los magistrados observaron que tal como indicó la jueza a quo, el planteo referido a que la relación causal ha sido total o parcialmente interrumpida por la culpa de la víctima resulta extemporáneo por haber sido recién introducido al momento de los alegatos. Entendieron que no formó parte de la traba de la Litis, razón por la cual no puede ser objeto de resolución ni en primera ni en segunda instancia. Sin perjuicio de ello, señaló la Cámara que “tampoco se comparte lo sostenido por el apelante en cuanto a que se encuentre acreditada la culpa de la víctima”. Precisó que si bien se encuentra acreditado que el Sr. Leiva se encontraba, al momento del accidente, circulando en sentido este-oeste, ello no permite de por sí concluir que hubiese tenido una conducta antirreglamentaria consistente en invadir la calzada que es de uso exclusivo de los automotores y dirigirse hacia el interior de la calle Rómulo Cabria, que tiene sentido de circulación opuesta (oeste-este), y agregó que “existe prueba de peso (informe pericial mecánico) que señala que no puede determinarse fehacientemente si la víctima se trasladaba a bordo de la bicicleta o si la transportaba a su costado, pero que se inclina a favor de esta segunda hipótesis”. Informe De ello se infirió que teniendo en cuenta las lesiones físicas de la víctima luego del impacto, las cuales constan en el informe médico, se podría presumir que el mismo transportaba la bicicleta a su lado, siendo así que se produce “el hundimiento anormal del hemitorax derecho compatible con la fractura costal, escoriación en el muslo derecho y deformidad anormal en tercio superior de pierna derecha, compatible con fractura en el momento del contacto de la parte frontal media-izquierda de la pick-up con el cuerpo de la víctima, siendo concordante de esta forma los daños de la víctima con las alturas de impacto en el vehículo mayor, las cuales no tienen tal grado de coherencia en el supuesto de que la víctima al momento del hecho se encontrara conduciendo su biciclo, por lo que mal puede sostenerse que se encuentre acreditada la culpa de la víctima”. A lo cual el tribunal sumó que el hecho que surge también de la prueba es que el conductor del vehículo habría percibido la presencia de la víctima unos 37 metros antes del inicio de las marcas de neumáticos, las que a su vez tienen una longitud de 47 metros, lo que permite concluir que el conductor pudo advertir la presencia de la víctima a una distancia considerable (más de 60 metros, si se considera que el lugar del impacto fue en la mitad de la longitud de las marcas de neumáticos). Por lo que quedaría descartado un giro sorpresivo por parte del fallecido sobre la calzada por la que circulaba el vehículo del apelante. Así, el fallo remarcó: “no quedan dudas que fue la excesiva velocidad a la que se conducía el vehículo de la demandada lo que impidió que se pudiese evitar la colisión entre la víctima y el vehículo”. Autos: “LEIVA, Maria Graciela y otro c/ SPONER, Victor Ariel y otro - ORDINARIO - DAÑOS Y PERJ.- ACCIDENTES DE TRANSITO- 2530288/36” [/privado]

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