La UIF reclama que De Vido sea procesado por “Sueños Compartidos”

La Unidad de Información Financiera (UIF) pidió anular la falta de mérito del ex ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, en el marco de la causa “Sueños Compartidos”, y que sea procesado por el presunto desvío de fondos millonarios destinados al plan de viviendas sociales de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
En el caso, el juez federal Marcelo Martínez De Giorgi ya procesó a los hermanos Sergio y Pablo Schoklender y a Hebe de Bonafini, presidenta de la asociación, por administración fraudulenta en perjuicio de la Administración pública.
Además, procesó al ex secretario de Obras Públicas José López -ya detenido por otra causa- y a Abel Fatala, por el desvío de más de 206 millones de pesos, y resolvió la falta de mérito para de Vido, entre otros funcionarios y gobernadores provinciales.
El organismo que dirige Mariano Federici es querellante en el proceso y entregó una serie de informes sobre el circuito de “dinero negro” oculto detrás del proyecto “Sueños Compartidos”, que sirvió para aumentar el patrimonio de los hermanos Sergio y Pablo Schoklender y otros de los involucrados.
Según el material probatorio, en aquella maniobra participaron diversos funcionarios del ex Ministerio de Planificación; entre ellos, Claudio Freidin y Claudio Castellano; de la Secretaría de Obras Públicas, así como Daniel y Silvia Nasif, responsables de viviendas de Santiago del Estero. Todos están procesados.
En el entramado de “Sueños Compartidos”, De Giorgi puso bajo la mira un conjunto de «cuevas financieras» que habrían sido utilizadas para cambiar en efectivo los cheques oficiales emitidos por la cartera de Planificación, a cambio de quedarse con un porcentaje del dinero.
De esas negociaciones formaba parte una red de empresas que supuestamente estaban bajo la órbita de Sergio Schocklender, el ex apoderado de la fundación, y de su contador, Abraham Gotkin.
La más importante de esas sociedades era Meldorek, que se quedó con una gran porción de las obras. Se trata de la misma firma que le otorgó a Alejandra Bonafini, hija de Hebe y ex apoderada de la fundación, un departamento en La Plata valuado en 120 mil dólares.