La Cámara expresó que la inacción del recurrente en impulsar el trámite de apelación por medio de la expresión de los agravios exteriorizó una pasividad incompatible con la diligencia propia de quien tiene interés real en obtener resolución de la alzada El resto del contenido sólo es accesible para usuarios suscriptos al diario. Si estás suscripto, iniciá sesión con tu usuario/e-mail y tu contraseña.
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Una voz que se escucha
Por María Victoria Pérez Carranza (*) Diariamente somos testigos en las mesas de mediación de la necesidad de la gente de ser...